martes, 28 de abril de 2009

Simplemente Skármeta

Imaginen a Santa Claus vuelto del revés. Sin pelo, pero con melena; con un frondoso bigote, la barba desaparecida de una cara que se queja de los años, una gran nariz dálmata enrojecida por vaya usted a saber qué, ojos pardos pero claros y una eterna sonrisa que antecede y cierra la conversación con el suave acento chileno de sube y baja. Todo encerrado en un cuerpo grande de hijo balcánico forjado a fuego en Chile e incapaz ya de, a pesar de los tumbos que ha dado en su vida, ser otra cosa que no sea un gran sudamericano. De esa fuerza humana que no para de reír nace la literatura de Antonio Skármeta, que pasó el lunes como una exhalación poética por Salamanca. No hace falta mencionar libros como si fueran medallas, ni sus premios, sólo pensar que es el único que ha logrado reconstruir la poesía de Neruda y ponerla a su servicio en un libro, en una película y en la memoria de millones de personas. Ojalá todos los días salmantinos fueran así, con gente capaz de reírse y de enseñar al mismo tiempo. Quién tuviera sus dedos y las neuronas para hacerlos moverse como debe...

PD: Hoy martes, Jorge Volpi, Carlos Franz y Andrés Neumann. En la plaza de Anaya. 



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