jueves, 30 de abril de 2009

Mensaje cifrado


Cada día que pasa la amistad de ciertas personas desvela más sorpresas de las esperadas. Qué malo es juzgar demasiado deprisa, tanto como ralentizar el juicio. Todos juzgamos a los demás, siempre, porque es el método de nuestra especie para vivir en el mundo: experimentamos la realidad y emitimos entonces juicios de valor que nos ayudarán para futuras ocasiones (ya lo avisó, a su forma hermética, Kant). No se puede ser como Cristo, eso seguro, pero tampoco es cuestión de ser tajante. Cuanto más radical es un ser, más imbécil se vuelve. Así de sencillo: los barcos escorados se hunden, ¿lo pilláis, queridos? Aquí nos equivocamos con determinada persona, como si años y años de conocimiento mutuo no hubieran servido de nada, y ahora, en la autopista vital que nos lleva hacia la madurez (bueno, algunos..., otros..., cosas más raras se han visto) nos damos cuenta de que esa persona es como una caja china, que cuanto más la abres más acertijos tiene (lo que incrementa el interés por ella, por cierto). Durante años nuestro juicio inicial quedó nublado por la deriva personal de unos y otros, para luego desembocar en esa cara de sorpresa nacida del choque con esa otra parte que no era visible del otro/a. Lo inesperado, incluso cuando es bueno como en este caso, abre tantas posibilidades que es difícil saber a qué atenerse. Esto es, viva el caos. Bienvenidos a esas esquinas donde las farolas no dan luz, que hacen a esa persona mucho más interesante que antes, aunque quizás ya lo fuera y nosotros demasiado lerdos como para verlo, a pesar del cariño.

Pd: Nadie ha entendido muy bien de qué va esto de arriba, pero seguro que el destinatario sí que lo pilla. Eso sí, y tras aviso de otro cómplice, es para bien, ojo.

miércoles, 29 de abril de 2009

El alma desgarrada

De todo lo que podíamos hablar hoy hemos elegido algo en las antípodas de lo habitual en este blog. Una de esas historias que sirven para hacer una película, una novela de éxito (tomamos nota, hay que pensar en el pobre LC) o directamente, y seguramente, encogerle el corazón a cualquiera. Ha sido la BBC la que ha destapado la historia. Durante unas obras cerca del campo de Auschwitz los obreros descubrieron una botella incrustada en uno de los muros de un edificio que las SS usaban de almacén. Dentro había un papel escrito en septiembre de 1944 que contiene los nombres, números de campo y lugares de nacimiento de siete jóvenes internos provenientes de Polonia y Francia. Al menos dos sobrevivieron. Pasarán años, décadas, y quizás nunca podamos realmente llegar a entender el horror que fueron los campos de concentración. Murieron muchos más en otros genocidios de la historia, pero jamás de una manera tan industrializada, deshumanizada y totalmente fría. Si ya es horrenda la muerte de siete millones de personas, todavía más pavor infunde la forma en la que fueron exlos explotados, exprimidos, usados como cobayas humanas o eliminados, en fosas comunas cubiertos de cal.

Millones de palabras y de imágenes no son suficientes para sofocar el miedo y la humillación infringida a toda la especie humana en aquellos campos, la total falta de humanidad. Sólo hubo un momento en toda nuestra historia en la que el diablo realmente caminó entre nosotros, y fue entre 1939 y 1945. Antes o después sólo fue ilusión. El Mal se hizo carne y gas en aquellos años, lo peor había pasado, y su recuerdo debería estar tatuado en nosotros, en nuestras almas, para que jamás olvidemos un pecado cometido entre todos por acción u omisión. Y aunque no estuviéramos allí, los mecanismos que lo provocaron siguen en nosotros, en nuestra sociedad y nuestra psique.


martes, 28 de abril de 2009

Simplemente Skármeta

Imaginen a Santa Claus vuelto del revés. Sin pelo, pero con melena; con un frondoso bigote, la barba desaparecida de una cara que se queja de los años, una gran nariz dálmata enrojecida por vaya usted a saber qué, ojos pardos pero claros y una eterna sonrisa que antecede y cierra la conversación con el suave acento chileno de sube y baja. Todo encerrado en un cuerpo grande de hijo balcánico forjado a fuego en Chile e incapaz ya de, a pesar de los tumbos que ha dado en su vida, ser otra cosa que no sea un gran sudamericano. De esa fuerza humana que no para de reír nace la literatura de Antonio Skármeta, que pasó el lunes como una exhalación poética por Salamanca. No hace falta mencionar libros como si fueran medallas, ni sus premios, sólo pensar que es el único que ha logrado reconstruir la poesía de Neruda y ponerla a su servicio en un libro, en una película y en la memoria de millones de personas. Ojalá todos los días salmantinos fueran así, con gente capaz de reírse y de enseñar al mismo tiempo. Quién tuviera sus dedos y las neuronas para hacerlos moverse como debe...

PD: Hoy martes, Jorge Volpi, Carlos Franz y Andrés Neumann. En la plaza de Anaya. 



lunes, 27 de abril de 2009

Dejen hablar al autor, por favor

Una de las peores costumbres es no dejar hablar a los que deben. En Salamanca se aplica a rajatabla el protocolo del "yo pago, yo hablo". Mejor dicho, del peloteo industrializado que demora una y otra vez al verdadero motor del acto en sí, el autor. Imagínense esta situación: presentación de una antología poética. Además del autor, al que curiosamente ponen en una esquina, están presentes un decano, un diputado, un académico, el prologuista y editor y medios de comunicación, a los que hay que sumar un jefe de prensa y un jefe de gabinete de la institución que puso la pasta para la edición. Todos hablan, porque si no sería un absurdo, y lo hacen por orden. Todos sufren de la misma enfermedad contagiosa: el yoyoísmo, esto es, el gustazo por hablar y oírse. Todos son veteranos y demuestran que saben con largos monólogos vacuos y fatuos que convierten el acto en un tormento que consume el tiempo de todos (fíjense que hemos repetido 4 veces 'todos', para remarcar el espíritu comunitario de la ciudad, hahah).

Imaginen que el ritual de onanismo empezó a las 11.00 de la mañana. Son las 11.35, ya han hablado el decano, el diputado de marras que no tiene ni ganas de estar allí y dormita tranquilamente, el académico acaba de terminar y todos se dan cuenta de que falta por hablar el prologuista. Se excusa y dice que lo mejor es la obra, pero no renuncia a sus 15 minutos de gloria. Total, que son las 11.45 y los de la TV se marchan porque tienen otra rueda de prensa; los de la radio también se escabullen porque tienen que preparar el programa del medio día y el resto de prensa escrita se pira porque por algo son los que más mala baba tienen. Sólo se queda una persona, de una agencia de noticias, porque no hay más narices que quedarse. Y esto ocurre siempre en todos lados, sea una provincia recóndita o la entrega del Premio Cervantes. En serio, ¿es indispensable dar de comer a tanto juglar cortesano que por amistad o interés o ese regusto por salir en la foto se planta y lee un folio como un cordero camino del matadero..? No, no hace falta. Pero cualquiera le dice al emperador que está en pelota picada...


Samantha Sweeting

De vez en cuando la realidad tiene esos giros impertinentes cuando el programa de un día se rompe porque alguien llama por teléfono y casi te obliga a que muevas el culo hasta la otra punta de una ciudad. Todo dice que no, pero al final se pasa por el aro para conocer a una persona y así poder aumentar el abanico de gente a la que poder olvidar luego. Uno de esos soplos llevó a alguien de este blog a conocer a Samantha Sweeting (en la foto, con Ron Athey) en un recóndito tugurio de buena fama (uno de esos donde hasta la suciedad parece medida). Apenas hay información sobre ella en español, por ahora, pero esta joven creadora inglesa es precisamente uno de esos soplos de aire frío y húmedo del norte que suelen ventilar y mejorar el viciado, pesado, seco y caliente clima artístico español. 

En ella, a partir de la fotografía, se unen las relaciones del hombre con la naturaleza, el trabajo artístico femenino más allá de los géneros y el profundo estudio del cuerpo humano como medio de expresión, también aparte de las consideraciones sexuales inherentes en una sociedad como esta tan acostumbrada a medirlo todo por el instinto más perseguido por nuestra civilización. Como decía Gervaise de la Rochelle: "Si matas a mil soldados eres un héroe, pero si dices que te has acostado con la vecina eres un vicioso". Sweeting hace honor a su apellido, tiene la educación que se le presupone a todo ciudadano británico no alcoholizado, sonríe, luce los detalles externos de la impostada vanguardia y apenas se toma en serio nada que la rodea. De esa forma abre más puertas que los atormentados que visten de negro y hacen honor a la sentencia de Alberto Sicilia sobre París: "Aquí todos van de parisinos bohemios, de negro y como si fueran cucarachas". Su obra estará presente en Bruselas con Domingo Sánchez Blanco (otro que daría para escribir un libro), pero también en el Festival de las Artes entre el 29 de mayo y el 13 de junio en el Espacio El Gallo. Apenas tiene 28 años y aparenta menos, y a buen seguro volverán a oír hablar de ella, pero esta vez en sitios más elegantes, caros y fenicios que este blog. No digan que no fuimos los primeros en avisar. 


sábado, 25 de abril de 2009

Mayo de seis cuerdas

En los próximos días del siguiente mes Salamanca podrá decir que ha tenido, al menos una vez en su vida, cierto protagonismo. Con el Festival de las Artes en perspectiva silenciosa lo que nos queda es soñar con que el colpaso capitalista no pase excesiva factura en el futuro. De momento todo se acumula y atasca en apenas 30 días miserables. El 29 de abril llega Fito Páez de gira; el 7 de mayo Andrés Calamaro (y no José Calamaro, como dijo el enanito de frente despejada...) dará el único concierto que albergará Castilla y León; Gary Moore también pasará cual tornado del Medio Oeste el 13 de mayo, tan fugazmente como aturullado, porque aquí o lo concentran todo en un día o les da el tembleque; y por último, Amaral arrancará su nueva gira el próximo 23 de mayo, también en Salamanca. De ahí el título del post, seis cuerdas de guitarra de muy diferente calaña.
Páez y Calamaro pueden ponerse juntos, a fin de cuentas son los mismos productos de la cantera del rock en español que es Argentina, último reducto de algo más que ritmos latinos prefabricados y de miseria artística incalculable, lo mismo que se ha comido la creatividad en España. Aquí ya sólo se hace pop o sucedáneos malolientes de lo latino, como si nacer en Soria fuera lo mismo que hacerlo en Guayaquil. Pues no, queridos, no es lo mismo, pero en fin. Nos agarraremos a Gary Moore como lapas y miraremos para otro lado cuando Amaral vuelva a hacer lo mismo otra vez después de mil oportunidades para evolucionar. Al principio histórico de este blog soñamos con un concierto perfecto, con Dylan, U2 y The White Stripes, quizás ahora con The Killers y algo de Coldplay, por contentar a las masas. Seguid soñando niños, y daros con un canto en los dientes, que el capitalismo zozobra y dentro de poco no podremos ni piratear música a mayor gloria de los bolsillos de Teddy Bautista (más conocido como el Hijo de Satán).

viernes, 24 de abril de 2009

No hace falta un Día del Libro sino leer

Estos tiempos serán definidos en el futuro como el del Gran Padre, porque es así como se comportan los estados, las instituciones nacionales, locales, internacionales, las familias, los grupos sociales, las redes sociales de todo tipo y hasta el último ser que tenga algún tipo de interés en un individuo. La sobreprotección es el mal del presente, y generará en el futuro sociedades aterradas donde la violencia será desmedida y la parcelación en grandes clanes será la única respuesta posible. Hemos pasado de la comunidad a la sociedad de masas, y de ésta a la Gran Sociedad donde todo está reglamentado y perfectamente encajado. Incluso algo tan natural como la literatura, la lectura, el primer destello de civilización que nos conformó a todos los habitantes del planeta como seres pensantes, se ha convertido en un despropósito. Hace falta que haya un Día del Libro, elegido azarosamente en la falsa fecha en la que murió Cervantes y supuestamente Shakespeare, y que fue alentado desde Cataluña porque coincidía con la fiesta patronal de Sant Jordi, esto es, San Jorge.
Renegamos del Día del Libro porque el libro no necesita que nadie le dedique más atención que una detenida lectura. Sea bueno o malo, pero leer. En el norte de Europa el índice de lectura de libros está entre el 60 y el 65%; en España, el 35%, y al menos ha subido porque antes era del 25%. Evidentemente hay muchos aspectos que inciden en ese hecho, pero desde luego ni el clima, ni la falsa y farisea cultura de la fiesta son excusa. Sólo los negados se escudan en que en España más vale salir a la calle y hacer vida latina. Que sepamos, ahora mismo, hay una temperatura media de 26º en el centro de Berlín, una ciudad poblada de terrazas en cada resquicio de acera, más incluso que en España, aunque parezca mentira. Y allí todo el mundo salía a tomarse algo. Y leen más. Así que menos fiestecitas absurdas auspiciadas por la ONU y más programas masivos de lectura, que la Gran Sociedad sea útil para algo más que tenernos a todos bien ataditos de pies y manos.

miércoles, 22 de abril de 2009

Cortázar tenía razón

Para poder entender este relato hay que haber leído a Julio Cortázar, o cuando menos, determinado libro de relatos. De todas formas, tampoco pretendemos que lo entiendan, simplemente que abran la cabeza como una caja china y dejen que entre algo de aire, a ver si así vuela un rato. LC es así.

"Hugo amaga profundamente el verbo retorcido y surrealista de los oxbridge que veía por la televisión una y otra vez. Y odiaba a Cortázar con la misma densidad, por no poder entenderle. ¿Por qué sí podía entender los diálogos de Palin y Cleese y no los renglones torcidos de un hombre que había descubierto la puerta de la gatera de lo que hay al otro lado de la literatura? Hugo le dio una oportunidad más a la maldita raya-voluta hecha líneas infinitas de lenguaje. Decidió que quizás el problema era que necesitaba música. Eligió al azar y la extraña ‘The battle of evermore’ llegó hasta sus oídos. “Dios bendiga a Led y sus colegas” se dijo mientras leía y dormía a un tiempo. El sueño de tinta se apoderó de él con fuerza y al despertar descubrió, asustado y feliz a la vez, que efectivamente el maldito dinosaurio que antes no podía ver y entender seguía allí…"

PD: Quien sea capaz de entenderlo, que envíe su explicación a maildelcorso@yahoo.es. La mejor la publicaremos en este blog.


lunes, 20 de abril de 2009

Me parto de risa contigo.. O no

Hay un blog llamado Rock & Blog que es de las pocas cosas que hacen reír a más de uno por aquí. Como broma está bien, pero conociendo al autor (y lo conocemos de verdad) sabemos que tiene más de acidez de estómago y ganas de tocar las narices que de verdadera tribuna de opinión sobre música. Como la abeja Maya, el chaval salta de un lado para el otro entre las filias, fobias y demás neurosis agudas surgidas de una infancia con falta de cariño, un ego hinchado con chicle y más de una visita al otro lado de la consciencia (borracheras mediante, que lo hemos visto…). Erasmo, el filósofo y teólogo (no el tipo que le puso nombre a esa red de juergas continentales destinada a lograr la super raza europea a base de sexo ocasional lejos de papi y mami), solía decir que a los locos se les permite todo. Se quedó corto: el bufón es en verdad el que puede saltar por encima de la línea, subirse a las barbas del rey y decirle a la cara eso de “Te conozco, y eres un mendigo de nuestra obediencia y amor”. Detrás del blog está Alsedo, un tipo que con cada entrada logra una media de 50 comentarios (también es que escribe en ‘El Mundo’, oiga). Eso no es lo peor, es que TODOS son para insultarle o meterse con él. 

El chico tiene su gracia, y LC siempre dice eso de “ladran luego cabalgamos”, así que igual es cuestión de darle algo de patente de corso para ver hasta dónde es capaz de llegar, dejarnos de ñoñerías y admitir que la vida es dura y que el insulto, la crítica y los golpes de sable forman parte del juego. Y el que no quiera verlo, que se meta a monje. De todas formas, tampoco es para que se lo tomen en serio, porque la comedia y la risa a costa de otros queda lastrada por la falta de argumento. Así que menos gracias y más músculo nervioso. Meterse con Alaska, por ejemplo, porque es bajita, frívola, mediocre, vive del cuento de la Movida y está más aburguesada que la reina de Inglaterra tiene la gracia justa. Amamos la risa, pero también el discurso bien hecho. En lugar de decir que Alaska es una petarda se podría decir que no ha aportado nada nuevo a la música desde el 83, y ya es decir mucho. Con eso se dice todo. O que trabajaba en la COPE como comentarista del corazón. ESO sí que dice mucho de ella…

domingo, 19 de abril de 2009

El hombre sabio se calla

Un brote de orgullo puede ser útil, pero dos brotes seguidos ya son soberbia, y ésta siempre precede a la caída. El humano sabio es prudente y moderado, desconfía de sí mismo, jamás celebra sus éxitos salvo en la intimidad y lo suele hacer con el desdén propio del que sabe que la felicidad dura tanto como un subidón hormonal. Leer Corso Expresso también es un chapuzón en los grandes temas de la virtud, porque la pedagogía es esencial: en lugar de daros la brasa a todos son post snobs sobre música, cine y literatura, también nos gusta de vez en cuando releer los libros que son nuestro espejo moral, aunque no siempre los sigamos como debiéramos. Permítannos tener estos pequeños oasis de moralina: a cambio nos esforzaremos el doble en el siguiente post. Homer Simpson dice en un capítulo de la octava temporada: “¿Cómo se llama esa religión llena de reglas bienintencionadas que luego siempre salen mal…? ¡Ah sí, cristianismo!”. Por todo eso, presten mucha atención a esta conversación mantenida a tres bandas en cierto lugar de cuyo nombre no queremos acordarnos. 

 ¿Cómo se escribe vasta de amplitud, con V? – dijo A.

Coño tía, pues con V. – responde B. En ese momento C anda por ahí, lo escucha y con su arrogancia particular entra al trapo.

Joder, a algunos deberían enseñarles gramática, y luego dicen que escriben bien. – B lo escucha, y serenamente, se gira.

No saber una cosa de cien no es ser un necio, es un error. Y que sepas que fui finalista del premio Adonais.

¿Y qué haces aquí entonces? – preguntó C colorado.

¿Yo?, pagar por los pecados de mi vida anterior. ¿Cuál es tu excusa para no saber hacer oraciones subordinadas, o puntuación?

Creemos sinceramente que sobran los comentarios. Y no, los protagonistas no tienen nada que ver con Corso Expresso, si es en eso en lo que están pensando. El silencio es sabio, la verborrea nos lleva al abismo (tremendo momento Siddartha, ¿cierto?). 


sábado, 18 de abril de 2009

Salamanca y 'La Flauta Mágica'

Ópera masónica, ópera popular, casi ópera póstuma y una pieza maestra. Todo eso es ‘La flauta mágica’, estrenada en 1791 por un ya enfermo Mozart. De hecho, fue la última pieza lírica que vio en vida el autor y que probablemente dirigió. Se representó por primera vez en el Theater an der Wien vienes en 1791. Versionada y readaptada miles de veces desde entonces, esta clásica de todo repertorio de teatro operístico que se precie se estrena el martes en el CAEM salmantino (20.00 horas). No fue una de las mejores del niño prodigio, pero sí una de las más socorridas porque está bien hecha, lleva el sello Amadeus y además es una de esas variantes de las viejas canciones líricas germánicas (los singspiel, traducción aproximada: canciones recitadas) que normalmente desembocaban en conciertos para el populacho, una sucesión de textos cantados que cuando cayeron en manos de Mozart se convirtieron en una ópera clásica. 

Resumiendo: donde otros sólo veían espectáculos para los bajos fondos o las fiestas campesinas este chico tan listillo se marcó “la madre de todas las operetas”, hasta el punto de convertirla en una ópera. Si no entienden el salto es sencillo: es la diferencia que hay entre una canción de los Beach Boys y ‘The End’ de los Doors (juas juas). Por cierto: a la vez que componía ‘La flauta mágica’ el bueno de Wolfgang también escribía ‘La clemencia de Tito’ y su última obra, el ‘Réquiem’ en los ratos libres. Todo esto nos recuerda una y otra vez a uno de los Imprescindibles de Corso Expresso, esa genialidad de Milos Forman que es ‘Amadeus’. Todo ser humano civilizado debería verla al menos dos veces en su vida, una para fascinarse y otra para llorar la muerte del Gran Profeta de la musica. 


viernes, 17 de abril de 2009

Y el periodismo se hizo pixel...

Una jeremiada de cierto personaje supuestamente con idea de futuro nos empuja a jugar a ser el Oráculo de Delfos. Ha sido tal la desilusión ante la demostración de falta de miras y entendederas que nos obligan a reaccionar. La realidad se impone. Ejemplo: el papel, como soporte del periodismo, ha muerto. Hace poco ‘El Mundo’ y ‘El País’ publicitaron un hecho que no tiene vuelta de hoja: cada día, cerca de 1,5 millones de personas entran en sus web (elmundo.es y elpais.com) para leer noticias y enterarse de algo. Las ventas en papel son, aproximadamente, de 440.000 y 515.000 respectivamente, diez mil arriba, diez mil abajo. El grado de impacto de cada uno, según el EGM, es inferior al de entradas en sus web (y todavía no se ha demostrado, es una simple proyección).

Otro punto: la publicidad se ha hundido en todos los soportes, en todos salvo en uno. Y sí, es el que están pensando. Internet se lo está comiendo todo, recursos financieros incluídos. Lo que no está en la red directamente ya no existe. El papel es pasto y pienso de gusanos y termitas. Por eso hay una vieja sentencia que cada día se hace más evidente: sólo el periodismo digital, escrito o audiovisual, sobrevivirá a la próxima década. Sin embargo en algunos sitios siguen pensando (necios, acabaréis por perder el trabajo…) que el papel es esencial y da más dinero. Todos los periódicos provinciales de Castilla y León son deficitarios, todos salvo ‘El Norte de Castilla’. En lugar de reducir costes pasándose al formato digital persisten en el error. Igual en cinco años de 12 periódicos terminan siendo dos o tres por su falta de astucia. Se lo tendrán bien merecido. También a Copérnico le condenaron porque decía que la Tierra no era el centro del Universo… ¡y encima era redonda! (Ay, Dios…)


jueves, 16 de abril de 2009

Cien años de la Bauhaus - Nada en Salamanca

Este pasado fin de semana la Bauhaus, la gran sede cultural que fusionó arquitectura, diseño y construcción en un todo funcional que sentó las bases para las artes plásticas del siglo XX. Al menos medio centro de Berlín está construido a partir de sus preceptos, lo que le ha valido a esta tremenda ciudad del siglo XXI su condición de patrimonio mundial por parte de la Unesco. Vamos a decirlo literalmente: Gropius, Klee y Kandinsky (el primero fundador, los otros dos, socios) diseñaron el siglo XX, sus formas rectas, transparentes, metálicas, cristalinas, pesadas por el hormigón, funcionales, donde el arte ya no tenía delirios sino que se ponía al servicio de la limpieza de formas y la funcionalidad del usuario. Con ellos hacer un edificio no era construir una tumba de piedra llena de esculturas, sino un hogar, una fábrica o un edificio administrativo. Además de poner la arquitectura y el trabajo decorativo al servicio de la gente, intentaban también cambiar y formar a la gente. También buscaron reformar las enseñanzas artísticas para alejarlas de la pura artesanía y también del academicismo castrante de las facultades de Bellas Artes. Querían cambiar el mundo con edificios, con sus ideas. Walter Gropius era socialista, y en 1919 creó en Weimar esta forma “activa” de transformación social. La primera fase (1919-1923) fue idealista y romántica, la segunda (1923-1925) mucho más racionalista y en la tercera (1925-1929) alcanzó su mayor reconocimiento, coincidiendo con su traslado de Weimar a Dessau. En 1930, bajo la dirección de Mies van der Rohe, se trasladó a Berlín donde cambió por completo la orientación de su programa de enseñanza. Porque sí, también enseñaban, y con su magisterio cambiaron todo a partir de 1950, una vez el mundo empezó a recuperarse de la tormenta de sangre que en 1933 mandó al exilio a toda la Escuela de la Bauhaus. 


miércoles, 15 de abril de 2009

I+D = No hay dinero, majete

Decía un hombre sabio que la vida sigue adelante y que los triunfos llegan “a pesar de nosotros mismos”, lo cual no deja de ser una recriminación, por cierto. Y más en una sociedad donde el ingenio queda relegado sólo para los monólogos (como los del Café Garibaldi en Madrid, un rincón único) y las puyas de los cofrades amistosos, esos que no paran de acordarse de la madre ajena entre carcajadas (oh, malas personas). Hacemos referencia a mucha gente nacida al calor de las escuelas técnicas y del I+D que son sistemáticamente ignoradas, como el del dibujo que acompaña el texto (que por cierto, ¿no les recuerda a alguien…?). El propio ministro de Trabajo (con apellido de un insigne humorista charnego barcelonés) ha dicho que en España faltan “técnicos, mecánicos y tecnólogos”, que es como decir eso de “Que inventen ellos”. Pensamos en los pilotos de medios de transporte avanzado, en los ingenieros, en los técnicos especializados que mejoran por ensayo y error las ideas de otros, de toda esa gente que ha puesto su inteligencia al servicio de los instrumentos que separan la barbarie de la civilización, en los que estudian Formación Profesional y son tan válidos y necesarios como un niñato que entra en la Facultad de Filología y se deja barba y fuma en pipa para parecerse a Cortázar. ¿Saben por qué Alemania creció entre 1949 y 1959 al triple de velocidad que el resto del planeta, el famoso “milagro alemán”? Sencillo: los americanos reabrieron las fábricas y rescataron a todos los técnicos y profesionales que encontraron entre los prisioneros de guerra. En Alemania hay, proporcionalmente, tantos ingenieros como en España, pero tienen más del doble de especialistas en los laboratorios de tecnología. Ahí está la clave. Mal que nos pese, “más ingenio y menos arte”. Todo en su justa medida. Y mañana, la Bauhaus y la arquitectura en Salamanca, prometido.


Smiley para los que dan miedo sin saberlo

Una vez más la realidad se impone. Teníamos pensado hacer un post sobre el aniversario, este pasado fin de semana, de los 100 años de la gran factoría-escuela de la Bauhaus, que diseñó por completo las líneas estéticas de la arquitectura en Salamanca (por supuesto aquí no llegó, a Salamanca, queremos decir). Pero determinados hechos surgidos del principio de injusticia universal que nos gobierna nos obligan a dar ánimos a otras personas caídas en combate. Cuando la ignorancia, el orgullo de ésta y la envidia mangonean un grupo se termina muy mal. Se quema el ímpetu, la valía, el carácter, y la personalidad queda mellada como si le hubieran dado martillazos sin cesar. Los que valen volverán a levantarse a pesar de la nube de recelos, de susurros envenenados y de más de una tormenta de arena craneal producida por trabajar demasiadas horas con demasiada gente. Nosotros protegemos a los nuestros, porque el mundo no nos ofrece más remedio que hacerlo. El Equipo se solidariza ipso facto con quien debe, especialmente con el/ella. Sabe quién es, así que sobran más referencias. Sólo diremos que hemos visto demasiadas veces ‘El Padrino’, ‘Uno de los nuestros’ y ‘Casino’ (juas juas).  Ahí va una cara sonriente, pero al estilo de la casa...


martes, 14 de abril de 2009

The Under College: los amos del mundo

Cuenta la leyenda (allá vamos con Friker Jiménez) que en algún lugar de Oxford o Cambridge, todavía no se sabe muy bien en cuál de las dos villas universitarias, se reúne desde finales de los años 40 uno de los clubes más desconocidos y poderosos: The Undercollege. En las tripas pétreas de los college nacidos al calor de la Edad Media se fundó este poderosa sociedad después de la Segunda Guerra Mundial, cuya única labor es promover y determinar qué es vanguardia y qué no, esto es, el devenir del arte y la cultura. Ellos son los que mueven los hilos que nos condicionan y nos dicen por dónde deben ir nuestra mentes modernas supuestamente libres pero que siguen a pies juntillas los dictados de los arcanos. Cuando surgieron los Beatles (lo único que se les escapó de las manos, esos malditos) ellos crearon a The Rolling Stones. Cuando en EEUU apareció Kerouac y el movimiento beatnik ellos auparon a los revolucionarios de mayo del 68. Su poder primero abarcó Gran Bretaña, luego Europa y después EEUU y el resto del mundo. Los miembros del Undercollege sacaron de la nada a Ridley Scott, cimentaron la carrera de Pedro Almodóvar, apadrinaron a Tolkien, a Spielberg, pagaron las deudas de Coppola con los productores de ‘Apocalyse Now’, auspiciaron la Movida madrileña, promovieron la creación de los bloggers, de U2, de The Clash, pergeñaron ‘La Naranja Mecánica’, manipularon a Andy Warhol, metieron en cintura y se cargaron a Sid Vicius cuando estuvo a punto de contarlo todo, convencieron a Umberto Eco para que se pusiera a escribir novelas, sacaron del guetto a golpe de talonario el hip-hop en los años 80… 

The Undercollege fue también responsable de que Stieg Larsson publicara su trilogía antes de que muriera; susurraron la idea del iPod a Steve Jobs, salvaron la vida de Salman Rushdie al menos en dos ocasiones, le pagaron las promociones a Oasis y Blur…, incluso movieron cielo y tierra para poder alimentar el auge de la novela histórica. Nadie sabe exactamente cuántos son, ni su procedencia, pero no dudan en cepillarse a los apadrinados rebeldes; sólo hay tres datos fiables: que se reúnen cada lunes y cada viernes, que desde 1966 su presidente siempre es un escritor y que son mayoritariamente british, aunque eso no evitó, por ejemplo, que Albert Boadella ingresara en 1991 en este poderoso club que durante muchos años fue dirigido por los miembros de los Monty Phyton y por Stanley Kubrick, uno de sus más famosos líderes hasta su muerte. Cuando LC llegó a Salamanca le susurraron que también bajo las piedras de la Pontificia o del Patio de Escuelas milenario había algo parecido a The Undercollege: evidentemente trata de ingresar. Todavía lo está buscando, sin éxito, obviamente (hahahaha). 


lunes, 13 de abril de 2009

'Dos menos' que son más que muchos... (?)

Cuentan las tablas desvencijadas de más de un teatro español que los que las pisan desgranan y transpiran emoción y talento, que en esas virutas de madera o de cubiertas de plástico está el compendio de lo que somos y de lo que aspiran todos a ser. La vida como representación, como obra de teatro, y éste como transpolación de lo que es la vida misma. Es una idea de Occidente, la civilización creadora del teatro como expulsión de lo interior hacia fuera. ‘Dos menos’ es una de esas obras que suenan a despedida y cierre de dos habituales de las tablas rotas, Héctor Alterio y José Sacristán. Por sí mismos es lo mejor que va a dejar este mes de abril podado de recursos culturales. Entre el sábado y el domingo próximos (18 y 19) ofrecerán esta historia que retrata las últimas horas de dos agónicos condenados a muerte en un hospital cualquiera. Su ansia de libertad y de recuperar lo que es la vida (que les obliga a fugarse) es una demostración más de que ésta es un sin sentido continuo lleno de crueldades. Es ahora, en la vejez, cuando más reputación y honor parecen exudar estos dos monstruos de actores venidos de dos países diferentes unidos por la misma lengua ácida española. 

Sacristán se tiró media vida haciendo películas infames en el franquismo para luego irse al otro extremo: teatro, dramas, musicales y siempre rojo como la cabeza de una rosa de montaña. Alterio tuvo que salir por piernas de Argentina para no “desaparecer” en manos de la dictadura de los generales. Primero perseguidos e insultados, luego encumbrados: triste hipocresía de un pueblo que cada vez que respira hace arte pero que sigue en manos de fuerzas invisibles al estilo Adam Smith que no paran de joder la marrana. Menos mal que siempre nos quedará la senectud, esa etapa final en la que la sabiduría y las heridas de guerra le hacen a uno mejor persona, o peor, y por tanto encantadora. No esperan mucho más del mes de abril que merezca la pena: Teatro Liceo, 21 y 22 horas. Las entradas, entre 12 y 20 euros. 


domingo, 12 de abril de 2009

Te alabamos, House

Crueldad, sadismo, egoísmo, egolatría, vanidad, falta de empatía… todo eso se le puede achacar al mejor personaje de ficción creado en mucho tiempo. Un agujero negro plagado de defectos pero que es libre por dos razones: su inteligencia y potencial, y que jamás miente si no es para llegar a la verdad. El problema de House es su libertad total, es decir, que es sincero, como todos deberíamos serlo y no lo somos por pura comodidad y conveniencia social. De mayor querríamos ser como él, y puede que algún día consigamos estar por encima de todo a través de la pura y dura sinceridad: entonces dirán que somos esto y aquello, pero dará igual, porque seremos libres para elegir y sufrir nuestros tormentos preferidos. Si alguien es idiota, se lo haces ver; si alguien es malo, se lo dices; si alguien es mejor que tú, le proteges. El problema de mucha gente que parece desconectada del mundo es que no entran en sus juegos. La psicología intenta entrar y domeñar las mentes de todo lo que no huela a sumisión social. Incluso han inventado un nuevo concepto: sociópata. Llevado al pie de la letra probablemente ningún ser humano con algo de poder pasaría el baremo de ese concepto, igual que ningún artista, científico o político. Somos una especie condenada a vivir en comunidad a pesar de que el cuerpo nos pide un mundo nietzschano. Es sencillo, si meas fuera del tiesto te sacuden, y la misión del clavo que sobresale es aguantarse, asimilar el problema, buscar una solución y no dejarse llevar por la mezquindad. Alguien muy amado nos dijo que o conviertes el mundo en el blanco de tu ira y tu dolor o asumes la realidad e intentas sobrevivir buscando la salida racional. Tiene toda la razón del mundo, pero el Mal está ahí para susurrarnos a la oreja y darnos a entender que si quieres crear debes olvidarte de reglas y conveniencias. Nosotros queremos ser como House, porque es libre por completo, y no hay nada más hermoso que la sensación de que haces lo que te da la real gana. Todo lo demás son convenciones sociales que se quiebran en cuanto la vida empieza, como dice el cerebro de OCP, “a darte un viaje detrás de otro”.

PD: Tenemos que dejar de leer a Nietzsche, al final se nos pegará algo y ya veréis el cisco que se arma… Va por ti, María.

sábado, 11 de abril de 2009

Aviso: no tomar valerianas después de un café

Con los ojos enervados por la falta de sueño, después de dos valerianas para poder dormir, con la cabeza metida en un frasco al estilo Futurama, en el mismo estado hipnótico de Tarantino cuando escribe un guión (ay madre…), LC escribió a toda prisa esto: 

“El viejo Tiresias tuvo un sueño sobre nuestro tiempo, regado del poderoso riff de Jimmy Page con Led Zeppelin, los años del renacer de los dioses; mientras las cuerdas metálicas vibraban y se desgarraban vio el extenso desierto pedregoso en el estado de la aridez suprema, con las montañas rojas en el horizonte recortadas al capricho de Eolos, el calor del infierno en la tierra le envolvía y soplaba en su rostro. Una gran nube parda se movía hacia él con libertad, como volutas de humo de las calderas del otro lado del Estigio y una figura andrajosa y esquelética que caminaba entre carnes desgarradas, superviviente del final del mundo, de la caída de los dioses del Olimpo a la tierra por los empujones de aquellos ángeles falsos y fariseos que se abalanzaron sobre las verdes praderas y los templos blancos. Era Hades, que salía de su escondrijo al encuentro de sus dos hermanos supervivientes, que le esperaban a la espalda de Tiresias. Los dioses no muertos habían surgido de nuevo con fuerza, llegaba la hora de reunirse y el nuevo Tiresias lo veía entre las brumas del vapor que emanaba de cada piedra y grano de arena; vio las cuencas huesudas de Hades, su falange descarnada señalándole y la sombra de Jimmy Page a su lado desgarrándole el oído con el arte final”.

PD: Consejo, no lean mientras escuchan a Led Zeppelin. Ni tomen cafés a las doce y media de la noche, que parecemos nuevos…


viernes, 10 de abril de 2009

El gran Quevedo budista - Antonio Colinas

Parece, de lejos, una especie de Quevedo budista, sereno, tranquilo, reservado y opaco en muchos aspectos. El bigote, la calvicie y la antigua larga melena que junto con esa media sonrisa tímida le confiere ese aspecto de quevediano total y fuera de contexto en el espacio y el tiempo. Pero que nadie espere que Antonio Colinas saque un florete y se dedique a batirse en duelo con el primer rompehuevos que se le cruce en el tabernarium, como hacía el auténtico Quevedo (igual buen espadachín que escritor); es el hombre más pacífico del mundo, una especie en extinción, un sabio que coge tal distancia del mundo para poder verlo que se eleva y parece más allá de cualquier problema o cuita de la realidad. Es un nirvana con piernas, capaz de saltar del ensayo a la poesía con la misma facilidad con la que acumula libros y títulos en su haber. 

Trabajador incansable, no para, y prepara ya antologías y nuevos ensayos que algunos esperan como agua de mayo. Reconocemos que apenas hemos leído su poesía, porque algunos no han nacido para entender el verso, la rítmica, es esa asignatura pendiente literaria que no desembocará en nada. Sabemos que la lírica se mete entre los párrafos de prosa, que el lenguaje total actual es una fusión de todo tipo de extremos formales: prosa poética, explicaciones dignas de ensayo, diálogos teatralizados, todo en formato de novela corta o larga. Eso es la literatura, y no como el bueno de Colinas, un vestigio único y deseable de una forma diferente de entender las letras que puede que se extinga con él. Colinas todavía no se ha contaminado con internet o la comunicación horizontal de la posmodernidad; quizás por eso para mucha gente sea tan interesante, y puede que candidato a todos los premios grandes imaginables. Somos pequeños electrones minúsculos y absurdos a su lado, aprendices de brujo que juegan con fuegos que no son nuestros. Tan sólo eso. 


jueves, 9 de abril de 2009

Otro guillotinado - Ciao, "Fede"

Dijo el profeta: “No te quejes ni llores tu desgracia, recuerda que siempre puede ser peor”. Más o menos eso es lo que debe estar pensando Federico Jiménez Losantos (y muchos ex ministros), más conocido como “Federrico” desde que a Gomaespuma se le ocurrió la gracia, cuando se enfadaban, de decir eso de “No me hinches que me pongo Federrico”. Realmente la crisis ya es de dimensiones universales: se han cargado a este hombre (mandándolo, dicen, a la noche) que era el rey mañanero del grito ibérico, de esa particular forma de entender el periodismo desde los bajos fondos del alma y las tripas. Y le echaré de menos. Donde otros ponían neuronas y mesura él ponía sangre, sudor y lágrimas. Había algo en él que me fascinaba, cierto toque a último mohicano que hizo que le tuviera cierta simpatía (aunque siga siendo un peligro para la democracia). Llevó al límite la libertad de expresión, la vulneró y pagó por ello perdiendo un juicio tras otro. 

Su gran logro ha sido crear el mito del Vocero Ultra, un elemento creador de opinión siempre extrema, sin moderación y que rompe la estabilidad democrática para difundir un mensaje: en breve habrá otro Federico, pero en rojo, es cuestión, ay, de tiempo. Conozco mucha gente que le ponía al despertarse para partirse la caja de risa. “Es el mejor humorista de España” dijo una vez Buenafuente, el pesadito rey de la retranca con recortada. ¿Habrán sido los obispos, temerosos de que su imagen negativa les perjudicara socialmente?, ¿habrá sido Rajoy, harto de que insinuara cierto tabú sobre su vida privada?, ¿Gallardón quizás? De todas formas, ahora se va con el otro peso pesado (metafórica y literalmente vistas las fotos y su capacidad para publicar libros que no dicen nada – sí, los hemos leído) de César Vidal, otro que un día se encontró una vena entre la mansedumbre de sus carnes y desde entonces no deja de hacer sangrías a diestro y siniestro. Adiós Federico, te echaremos de menos, tus acólitos salmantinos ya lloran tu marcha más que factible de la vieja radio católica. Si es que no somos nadie… Tiempo de guillotinas este, oiga.


miércoles, 8 de abril de 2009

Otro petardazo más

Haría falta unir una carcajada a la otra en un bucle infinito sin principio ni fin para poder resumir el hecho de que Ángeles González Sinde sea ministra de Cultura. Es, por poner un ejemplo, si a Guardiola le pusieran a dar clase de biomecánica sólo porque hace gimnasia a diario y sabe algo de músculos. Ahora, por fin, queda bien clarito que al PSOE literalmente se la trae al pairo ese ministerio, la Cultura y que todo movimiento es siempre por un fin oculto: explotar mediáticamente la cultura en beneficio propio. Porque si Carmen Calvo era un guiñol en sí misma e intentó que el glamour se convirtiera en marca de su ministerio (maldita sea, Carmen, que eras una funcionaria, leches…), y César Antonio Molina era un sargentucho ególatra con tendencia al despotismo y el látigo de siete colas (lo sabemos porque lo sufrimos en carne propia), González Sinde, entre otras lindezas, es una de las criminales que se esconden detrás de la infamia ‘Mentiras y gordas’, probablemente la peor película española en lustros. Su mérito es ser más roja que el capuchón de un rotulador bermellón, ser una de las puntas de lanza del gremio del cine español en su versión más combativa (que incluye esa cara de “Dios-cómo-sufro-por-todos-vosotros”) y lucir una seriedad nacida de su incapacidad para las relaciones públicas. Y esto último también lo sabemos porque en cierto momento también la sufrimos. Para esto mejor que hagan como el Ejército Rojo en Stalingrado: tú un fusil, tú las balas del de antes, tú un fusil, tú las balas… 

ZP es, repetimos de nuevo, el mayor cabrito que haya pasado por La Moncloa: es malo, malo, pero malo malo. Con esas cejas mefistofélicas, esa voz anodina y sin vida (igual es un súcubo, o un alienígena disfrazado), esa sonrisa de malo de película de la Metro Goldwyn Meyer de los años 40, y esas manos que usa como si fueran palas o guillotinas. Terrible, terrible. Estamos consternados. En serio, ¿qué narices sabe de cómo gestionar el Museo del Prado una guionista de cine, o de cómo organizar las exposiciones internacionales que son la cara amable de España en el extranjero…? Eso sí, los Goya van a ser ya una rechifla, y venga más dinero malgastado en el cine..., alargando el síndrome de dependencia económica que lo ha matado. 

martes, 7 de abril de 2009

Y el pérfido glóbulo blanco se comió el Gran Café Teatro...

Dos apuntes sobre por qué el Ayuntamiento de Salamanca es en realidad el glóbulo blanco más grande del universo (jo, qué imagen mental tú…). Primero: al contrario de lo que opinó en su día Gore Vidal, las comunidades pequeñas no son más democráticas, sino que son más sensibles a caer en manos de reyezuelos y caciques que los grandes estados y naciones. Es más fácil mentir a mil que a un millón, aunque parezca lo contrario. Segundo: el Gran Café Teatro de La Vega, el último rincón de iniciativa cultural privada que quedaba en Salamanca, se ha ido directamente a las fauces del consistorio, que harto de ser puesto a caer de un burro por sistema ha terminado por “comprar” el formato de café-teatro-cabaret que tanto éxito tenía. ¿Cómo? Sencillo: valiéndose de un informe de los bomberos sobre la falta de seguridad estructural del edificio donde se ha hecho durante 20 años, han ofrecido un espacio municipal a cambio de… (música de fanfarrias), sí, exacto, “seleccionar” y quitar de la lista a determinadas personas con tendencia a despelotar al Emperador. La subversión, como dijimos el domingo (qué post tan bonito nos quedó…), ha muerto. A partir de ahora ya no quedará nada. Ellos dicen que no, que seguirán con la barra de bar, los cafés, las copas, las cervezas y las sátiras contra Lanzarote y Pablos (PP-PSOE, o las dos caras de la misma moneda oxidada), pero la realidad es que los elementos más peligrosos ya han dicho que no van, porque no se puede sentarse uno al lado del César y reírse de él. Como un glóbulo blanco patrullando la sangre, en cuanto aparece un virus o un cuerpo extraño el leucocito de marras lo huele, lo persigue y se lo come fagocitándolo. Es más sencillo eso que no prohibirlo. Bienvenidos pues a la mano izquierda del poder. El Huracán Fontaine está que trina. Por lo menos alguien de los medios dirá algo (a nosotros nos leen poco, ¡debería daros vergüenza!), mientras el resto de plumillas de medio pelo y telarañas en la cabeza rajan a gusto a la espalda y luego mojan los pantalones cuando los tienen delante (recadito gratuito, nenes…).


lunes, 6 de abril de 2009

La Semana Santa (Esos chicos de la capucha...)

“Hay que creer en algo, en la religión, en la política. O en un par de tetas, pero hay que creer en algo”. La frase es de la película ‘Nadie conoce a nadie’, de Mateo Gil, un extraño thriller que el gremio del cine nacional no suele hacer (¿no saben, no quieren o les da pereza?): estructura clásica del género ambientada en Sevilla, con trasfondo religioso y la Semana Santa como diana preferida de las dianas ácidas. Y dadas estas fechas, vamos a hacer cierta entrada sobre estos días de Pasión, incienso y suelos resbaladizos. En la película hay un personaje, Sapo, interpretado por Jordi Mollá, que suelta algo como: “Tipos que se visten del Ku-Klux-Klan y pasean un trozo de madera como si fueran a quemar cruces”. Evidentemente exagera, porque los nazarenos no hacen esas cosas, como pensaba Tom Cruise en ‘MI2’, cuando mezcló las procesiones con las Fallas y quemaba en la película las tallas de Cristo. Toma ya, eso es entrar con buen pie en un país, hahaha. 

En la misma obra de Mateo Gil se ridiculizaba la fiesta religiosa con muy mala leche y sin demasiados argumentos. Reírse de la Iglesia ya no es subversivo, sino un chiste fácil que atenta contra las creencias personales de los demás. Somos libres para soltar ganchos de izquierda, pero también hay que saber cómo hacerlo. Reírse de los católicos no tiene punch, pero sí dejarles como al Emperador: en pelotas. Nosotros tenemos un argumento definitivo: la devoción religiosa se ha convertido en un negocio turístico, alentado desde los municipios para trincar dinero del turismo cultural. Esto es, los mercaderes han vuelto al templo, y para quedarse, hermanos. El cristianismo retrocede incluso con la aquiescencia de sus próceres, como ese deán de la Catedral que escenifica para los fotógrafos los pasos y avisa cuándo sí y cuándo no se pueden hacer fotos (si se hace sin seguir sus órdenes te echa del templo y te quedas sin fotos). 

El dinero todo lo puede, incluso corromper el alma, y esas señoras que lloran mares ante un Cristo crucificado no siente Fe, sino tradición. Sus vidas obedecen a un círculo estacional que les lleva al paroxismo psicológico porque llevan todo el año esperando esta fiesta. Eso sin mencionar la idolatría que supone arrodillarse ante un objeto de madera (ah, si Moisés levantara la cabeza…), un tema hoy olvidado pero que provocó guerras religiosas en la Edad Media. Conclusión: ya nada es lo que era, e incluso los que abominamos de la religión católica echamos de menos la verdadera pasión de un hombre visionario que fue condenado a Muerte por soñar otra utopía perfecta para los hombres. Lástima de sociedad hueca. 


domingo, 5 de abril de 2009

Subversión (1)

Subversión: sustantivación derivada del verbo subvertir, esto es, “trastornar, revolver, destruir, especialmente en lo moral”. Lo que en su día fue asociado con aquellos que rompen la tradición, hoy en día es venerado porque demuestra libertad de pensamiento o separación de la línea troncal de esa inexistente normalidad. Hoy en día el verbo como tal, y el sustantivo, están en franca decadencia, porque cualquier cosa puede ser considerada subversiva. Lo que antaño era normal y hoy incorrecto: llamar “negro” a un africano, “nazi” a un soldado israelí o “socialista” a alguien del PSOE (!). De la larga cadena de silencios prudentes por la hostilidad del mundo exterior nace la censura auténtica, la que ejercemos nosotros mismos, y ese miedo a insultar cuando en realidad el insulto es la guinda de la crítica. 

Algún día, cuando seamos libres de verdad, colgaremos en este blog el texto innombrable sobre el periodismo español: ‘Putas y mercenarios’. Mientras tanto nos contentaremos con soltar pequeñas gotitas de ácido sulfúrico. Anónimas, claro, no vaya a ser que por tener agallas nos vayan a torpedear el chiringuito (de todas formas, no hace falta ser muy astuto para saber quiénes somos...). Por ejemplo, aquí en Salamanca ser subversivo es verle las vergüenzas a un alcalde manipulador y casquivano con tendencia a la censura y el insulto fácil; decir la verdad y encima hacerla pública; comprender que el PSOE es un cadáver exquisito que ha conseguido esclerotizar la Universidad; entender que un profesor de matemáticas sin talento no puede ser alcalde; que un constructor tiene más poder que miles de ciudadanos anónimos; que el periódico de la competencia es un clan mafioso digno de Palermo; que sólo se puede ser libre, como decían los antiguos, si lo somos de corazón y de espíritu antes; o simplemente soñar con ser algo que no somos y no amodorrarnos en la apatía de conformarnos con lo que tenemos (de ser así seguiríamos en las cavernas). Sean felices, y recuerden el final de ‘La vida de Brian’: “Look always the bright side of life…, and death”. 

Pd: No me digan que no les enternece esa oveja rompehuevos...


sábado, 4 de abril de 2009

Por qué amamos la música (y renegamos de los Beatles) - Parte 2


Basta escuchar los diez primeros segundos de 'Satisfaction' de los Rolling Stones para saber qué nos gusta; el sonido de la guitarra de Page con Led Zeppelin en la parte final e 'Stairway to Heaven', o de 'Whole lotta love'; los gritos de The Who mientras reventaban los años 60 y metían a Inglaterra en los 70; cualquier canción de los Stones; The Clash y 'London calling' o 'Should I stay o go now'; la fuerza de Lenny Kravitz o Prince cuando tocan la guitarra; o directamente ese bardo repelente en lo humano y sublime en los artístico que es Bob Dylan, al que cuanto más se escucha más ganas se tiene de robarle el alma para hacer algo parecido. Aquí se escucha todo eso, pero también a The Pogues, a The Oyster Band, o Capercaille, o The Chieftains (todos padres e hijos bastardos del renacer folk), pero también a The Killers, Rage Against The Machine, de vez en cuando a AC/DC, el increíble y muchas veces ignorado Jimmy Hendrix, capaz de coger una canción de Dylan y mejorarla ('All along the Watchtower'). O The White Stripes, o mezclándolo todo: Queen, U2, algunas de Metallica, de ZZ Top (los días en que nos gustaría tener una Harley en el garaje, aunque no sepamos conducir), Deep Purple, Rammstein (más de lo que nos gustaría, por cierto...) o The Doors, que para más de uno descubrirles fue como ver una ventana desde la que se veía esa pradera que sólo ven algunos.

PD: y además, también, con la misma pasión, nos taladran los oídos Beethoven, Brahms, Tchaikovsky, Vivaldi, Mozart, Liszt, Offenbach, Palestrina, Bruch, Sibelius o Berlioz. Así que fíjense si no tendremos razones para no escuchar a The Beatles. Eso o en una vida anteior fuimos la batuta de Von Karajan o la guitarra de Jimmy Page (juas juas).

Por qué amamos la música (y renegamos de los Beatles) - Parte 1


Todavía estamos algo escamados por el post de ayer. Más de uno nos habrá crucifricado por haber mentado la madre y sombra de Lennon y compañía, pero es que no tragamos a esos nenes de parroquia. Y mira que hemos tenido oportunidades de poder apreciar su música, de escuchar mil y un recopilatorios de lo mejor de The Beatles, pero no hay manera. Siempre suena igual: ñoño. A LC estos chicos de Liverpool les recuerda a un grupo de niños pijos con cierto atractivo que explotan a los demás para triunfar. No hay ni una sola canción que se salve de ser mirada con cierto recelo, el mismo que pone un turista occidental en el zoco de Marrakesh cuando un abuelito con chilaba intenta venderle una mano de mono disecada. Sí, justo es esa sensación de "mmm, no sé, es exótico pero huele raro". En concreto el famoso disco blanco de las narices llegó cuando en EEUU ya se llevaba mucho tiempo escuchando eso. The Beatles era a Gran Bretaña lo que los Beach Boys a América: el toque naïf que nos delata como blancos sensibleros. Se comieron el mundo y las almas de quienes no habían podido escuchar nada mejor, por eso salieron adelante.

viernes, 3 de abril de 2009

¿Los cien mejores? ¿Qué hace ahí Jacques Brel?

Una reciente macro encuesta de ‘El País’ entre músicos de todo tipo en España (ay, qué gusto de trabajo deben tener con medios, ideas y ganas…) y en Latinoamérica ha dado como resultado la lista de las mejores 100 canciones de la historia. Ya dijimos una vez que el gusto está hecho de mil hastíos y muchas decepciones, pero…, digamos que si el propio Diego Manrique pone en cuarentena la lista famosa es porque demuestra el sentimentalismo de los músicos y la poca visión artística. Vamos a poner sólo las cinco primeras, para que cada uno se santigüe a gusto: 1.‘Ne me quitte pas’ (Jacques Brel); 2.‘God only knows’ (Beach Boys); 3.‘Help!’ (The Beatles); 4.‘Como el agua’ (Camarón de la Isla); 5.‘Mediterráneo’ (Serrat). De las cinco sólo salvaríamos, quizás, la balada animosa del bueno de Serrat, por lo que implica y destaca y porque sus gorgoritos tienen algo que engancha. Un simple vistazo rápido demuestra la poca amplitud de miras, la emotividad de gente que no parece entender quién revolucionó la música y hasta qué punto ciertos grupos fueron sepultados por otros por el peso de la leyenda.

Bob Dylan es ignorado en su talento, inmenso y que lo cambió todo, los Rolling Stones no aparecen hasta el puesto 25, la música negra es simple y llanamente segregada (salvo Marvin Gaye, que metió el sonido soul en la mente de los blancos), y ni hablar de hip-hop, del folk-rock germinado a golpe de concierto obrero desde los años 80, y por supuesto todos pecan de la misma manía infantil: The Beatles. Mucho ruido y pocas nueces, que diría el otro. Porque si el rock convirtió en blanco lo que era negro, el pop desmontó el entramado musical surgido de los guettos negros y de las manos de Chuck Berry para que los pequeños hedonistas anglosajones pudieran bailar y emocionarse sin demasiadas complicaciones artísticas. Mentes pequeñas, canciones facilonas, supuestamente revolucionarias de unos años 60 demasiado ilusos que han terminado muy mal. ¿Y por cierto, qué hace Brel en la lista…, por qué no Edith Piaf?


jueves, 2 de abril de 2009

Nuestros nuevos dioses - Homero despierta...

Ya es definitivo. El hecho de que la Fox haya gastado millones en hacer ‘Lobezno’, el spin off de ‘X-Men’ sobre el mejor de todos sus personajes, es una demostración de que definitivamente el paganismo ha vuelto, pero en su versión homérica. Vivimos tiempos de enhorabuena para gente como los que nutren este blog, porque por fin el corazón mismo de Occidente, la tradición homérica, resucita. Nietzsche dijo que Dios había muerto, sustituido por el espíritu del superhombre, y luego Dios susurró aquello de que Nietzsche había muerto: lo hizo en su funeral, mientras le abría la puerta del Cielo para hacerle ver la luz en lugar de castigarlo. Es posible que algo parecido a Dios existe, pero también puede que no. En el fondo da igual, porque como dijo Woody Allen: “No sé si hay vida más allá de la muerte. Si la hay lo descubriré después de palmarla, y si no, no me enteraré, así que…”. Que nadie se tome a broma el hecho de que desde los años 70 para acá el cine, la literatura y los medios se hayan llenado de pequeños dioses o héroes mitológicos, porque el paganismo ha vuelto, y los nuevos Aquiles, Ulises, Jasón, Ajax, Patrolclo o Agamenón se llaman Darth Vader, Batman, Ignatius Reilly, Hellboy, Arno Neuendorf… 

Nombres que cambian pero donde el fondo es el mismo una y otra vez: un alma atormentada, un héroe, un mito que sobrepasa la condición del ser humano de muchas formas y con un talento especial único que le hace ser guía del resto de la masa. Son los nuevos Mesías del poscristianismo. Nuevos dioses, pero humanos a la vez. El cristianismo se repliega, el Islam se hunde en el fanatismo, las religiones menores son carne de nacionalismo, Confucio resucita en versión materialista, el budismo se estanca y nadie parece ya creerse lo de que hombrecillos verdes bajarán a iluminarnos. Occidente, y más concretamente Europa, están en pleno proceso de introspección, y al hacerlo está resucitando la mitología que la empujó a comerse el mundo. Qué contradicción: en la India se tapan incluso la boca para no comerse los insectos sin querer y aquí alabamos a un tipo agresivo y sociópata con garras de acero. Decididamente Keznaburo tenía razón: “De todas las civilizaciones de la tierra, sólo Occidente lleva al diablo en la sangre”. 


Anuncio: próxima serie en Corso Expresso


Hoy habrá dos entradas (una de publicidad y otra cultural), porque somos generosos y porque en breve comenzaremos con una nueva serie: Taxidermia de Redacción, que intentará resumir la fauna y flora de un periódico desde dentro, especie por especie con todas sus virtudes (jajajaj) y sus defectos. De momento podemos hablar de esos jefes de prensa y machacas periodísticos de gabinete público a los que se les pide un dato el lunes a las 10 de la mañana para el jueves alas 16.00 horas y te lo dan el viernes a las 11 de la noche. Son muchos, son moscas sin alas que intentan volar y se dan de bruces contra una realidad informativa que de lejos les supera. ¿Para qué sirve un gabinete? Sencillo: para censurar, para influir, para inducir, para manipular y desde luego para gestionar acreditaciones (si tienes suerte lo harán bien). Todo el gremio sueña con un puesto en un gabinete, y todos desprecian la fauna que pulula por ellos. Es como la burguesía: odiada y despreciada por todos por su anodina normalidad y materialismo y a la que todos desean parecerse. Ya se sabe, tiran más dos bolsas de oro que dos carretas. No era así, pero casi. Preparen la leche contra las úlceras de estómago que en breve verán el bisturí del cirujano (pero sin acritud, desde el cariño y el respeto, que os....). Sonrían.

miércoles, 1 de abril de 2009

Joseph Haydn y Marvin Gaye duermen en la misma tumba

Extraños compañeros de cama hace la Muerte, con mayúsculas. El mismo día (hoy miércoles) en el que se cumplen 25 años de la muerte de Marvin Gaye a manos de su tarado padre (un ultra cristiano negro que no hubiera podido distinguir un acorde de un salmo) empiezan las celebraciones oficiales del bicentenario de la muerte de Joseph Haydn (el del cuadro que parece George Washington), el padre del clasicismo de la mal llamada ‘música clásica’, que no es otra que la música sinfónica. O música a secas para los ultras de la calve de Sol bien hecha. Como dijo uno de los feligreses de esta secta “Beethoven es Dios y desde 1940 sólo se hace ruido para palomas”. Toma ya. De mister “Sonido Austríaco” podemos decir que fue profesor de Mozart, que vio venir a Beethoven y que se convirtió el modelo de músico de corte y de encargo que duraría hasta bien entrado el siglo XIX. El pistoletazo de salida de los múltiples conciertos del ambicioso Año Joseph Haydn (1732-1809) lo ha dado este martes por la noche Nikolaus Harnoncourt al frente de su Concentus Musicus, entonando cuatro sinfonías (la Nr 1, la 59, la 95 y la 100) del músico austriaco. A ciencia cierta que no puede haber nada más antagónico que una sinfonía cortesana de Haydn con la interpretación que hizo Gaye del himno americano aquella noche en la que unió a todo un país con su forma tan peculiar de cantar y retorcer la voz.

Negro más negro que nadie, convirtió el espíritu de la música de su gente en un producto bien lustroso y empaquetado para que los blancos descubrieran ese sonido serpenteante, profundo, suave y pecaminoso que llevaba siglos inundando Nueva Orleáns, los guetos de Nueva York, Chicago o Los Ángeles y que se metía en sus oídos sin problemas. Entre tanto, y aunque amemos el clasicismo, seguimos pensando dónde habría podido llegar el bueno de Marvin si no hubiera caído en las drogas, el alcohol y el frenesí copulador por culpa de un padre hipócrita, sacerdote y que había abusado de él siendo un niño. Lo mató y con él murió buena parte del soul cuando sólo tenía 45 años. Imagínense lo que hubiera sido de los años 80 de estar él vivo, imagínense lo que habría sido el siglo XIX si Mozart hubiera vivido 20 años más. Seguro que en Salamanca hacen algo recordando al austríaco, pero probablemente lo de Gaye pase sin pena ni gloria. Qué pena de urbe. Requiescant in pace ambos.