miércoles, 31 de agosto de 2011

¿Quitamos el Ministerio de Cultura?


La siguiente generación, la que tiene apenas entre 5 y 10 años en estos momentos, se acordarán con resquemor de la anterior, o mejor dicho, de la de sus abuelos o tíos mayores, esa que al calor del 68 soñaron con la perfección social y han terminado por destrozar los pocos avances en Educación, Ciencia y Cultura que se han acumulado desde los años 80. La guadaña se lleva sus recursos futuros para salvar el culo de los que vivieron antes que ellos, y en medio una generación destrozada en ánimo, espíritu y ganas. Un país serio tiene un sistema educativo acorde con su civismo: da terror pensar en el caso de España, donde todo parecen ser buenas intenciones, ideas cojonudas (con perdón, y sin él) que en cuanto cambian de manos (a las de los funcionarios y cargos "de confianza" del gobierno de turno) se convierten en un fantasma imposible de atrapar. Hay ejemplos pequeños y hay grandes. Aquí conocemos uno pequeño destinado a la compra de libros de texto para las familias, que tiene un futuro incierto si su padrino y creador no está presente. Una pena, era una idea muy buena. Confiar en los partidos políticos es caro: siempre defraudan.

Se debate el futuro del Ministerio de Cultura mientras Educación sufre mil y un recortes, porque siempre es más fácil recortar dinero a los colegios y obligar al copago sanitario que quemar coches oficiales a lo bonzo o reducir a la mitad los sueldos de los "cargos de confianza" y sus jefes. ¿Por qué siempre recortan justo donde más falta hace el dinero, en educación y sanidad? En Cataluña, ese "pequeño país" que en realidad es una tragaperras con montañas al fondo, se han obsesionado con conseguir pasta gansa a toda costa, y ahora dicen que si se suprime el Ministerio de Cultura y se reparte entre las autonomías les tocarían a ellos 150 millones de euros. Un dinero que irá a pagarle el coche oficial y las primas a los diputados porque no se usará para Cultura, eso seguro. Y menos con la burguesía barcelonesa al mando. Son peor que buitres olisqueando la sangre mientras trazan círculos sobre el cadáver. Es lo que ocurre cuando se pone a un tipo que no sabe la diferencia entre la magdalena de Proust y la absenta de Baudeleire, por poner dos ejemplos franceses, que les pilla cerca a ellos.

Una verdadera pena que haya que padecer este via crucis: todo lo recortado hoy no volverá mañana, ni pasado, ni al otro, ni puede que nunca. Sigue paralizada la inversión en ciencia y tecnología, sigue el poder público en retirada de la industria cultural (lógico, nunca debió meterse tan de lleno), y ahora salen con este tipo de chorradas. ¿Y por qué no eliminar las consejerías de Cultura de las autonomías, que total, para la mierda que programan sería mejor darles el dinero a otros, no? Y mucho más en Cataluña, donde hay que pasar por la obediencia debida a la causa nacionalista. Si Oscar Wilde levantara la cabeza moriría del ataque de risa mientras repetía esa frase: "El nacionalismo es el último refugio de los idiotas". Y si no, que se lo pregunten a Albert Boadella. Encima tienen ideas, los muy...




domingo, 28 de agosto de 2011

El lado oscuro de Vargas Llosa


Luces y sombras. Como en esta foto, perfecta para ilustrar lo que muchas veces es Mario Vargas Llosa, un genial escritor que metafóricamente es como la rubia del chiste, que mientras no abra la boca no tendrá problemas. En su caso, mientras se dedique a escribir novelas y relatos no pensará en política, que es donde abre la boca y hace realidad el chiste: "¿Tu novia por qué no abre la boca? ¿Pá qué, pá cagarla?". Eso en castizo. En lenguaje civilizado, Vargas Llosa es un amo y señor de las letras, que representa lo mejor de este arte eterno y vital, pero cuando escribe dentro de 'Piedra de toque' resulta ser terriblemente reaccionario en muchos temas. Es la Fe del converso: cuanto más demostración pública de apego a la nueva Fe, mejor seré. Más bien lo contrario, porque el converso siempre será más fanático con lo suyo y reaccionario con todo lo demás para reafirmarse a sí mismo. El liberalismo de Vargas Llosa es un desapego con su propio ente literario, y de tanto escorarse termina en el lado extremo de donde debería. Es el triunfo del sentimiento del vacío psicológico frente al método de la Razón. Un verdadero liberal no da juicios solemnes sin resquicios, no es fatuo, no lanza "fatwas", sino que construye vías llenas de dudas pero con un par de certezas firmes que son el esqueleto de sociedades más sanas mentalmente. Y recurrir a la religión, perdonar su falta de democracia, es un síntoma del lado oscuro de Vargas Llosa. No te metas en política, maestro, ni aquí ni en ningún lado más. No abras la boca, que la ca...

sábado, 27 de agosto de 2011

Michael Moore guiña el ojo a Irán


Hay dos opciones: reconocer que Michael Moore tiene cierto talento y que ha sabido explotarlo, especialmente con 'Bowling for Columbine' (insuperables los primeros 20 minutos, de la introducción a la escena del banco), o bien acordarse de su madre y dar a entender que es un provocador radical, que abusa de la demagogia que va implícita a toda obra artística (poca hace que el truco resulte, demasiada aburre).

En realidad Moore son las dos opciones, eso y la sensación de que quiere seguir haciendo de mosca cojonera con su país (y de paso con todo Occidente) al pretender ir al festival de cine de Irán, un país que encierra a pan, agua y palos a los directores de cine que no cantan a su son. Ha sido el propio régimen el que ha cacareado que el gordito americano más odiado de la derecha se va a dar un paseo por el principal enemigo a la vieja usanza de EEUU.

Su visita es un error cultural: da pábulo al régimen a nivel político y ensalza la idea de que el arte siempre puede manipularse y debe estar al servicio del poder. Esa es una idea más propia del siglo XIV que del XXI. Si al final no va, que es una posibilidad (y todo sea publicidad), será un provocador; y si va, traicionará incluso a sus compañeros de profesión, mil veces insultados por Irán, el país que mejor define la expresión "Dios no es bueno si es rehén de los hombres", en este caso Alá, uno de sus muchos nombres. Y también a Jafar Panahi, uno de los muchos hombres domeñados por el fascismo encubierto de Irán. Muy mala elección usar el cine como arma política.

martes, 23 de agosto de 2011

Tom Waits y Johnny Cash


Es uno de los tipos más raros de la música, una especie de gurú para solitarios disfuncionales. Durante años las vidas de las personas se cruzan, y las nuestras a veces dan como resultado seguidores de Tom Waits. Gente rara, que dirían los ancianos, gente genial, que dirían los que adoran a estos Llaneros Solitarios que se repiten en forma de Lou Reed, Johnny Cash o en algunos aspectos, el propio John Lennon. No tienen mucho que ver entre sí, pero todos comparten con Waits esa capacidad para caminar por una senda que sólo ellos conocen. Y resulta que va a tener nuevo disco, lo que recuerda que son músicos además de mitos, que influyen mucho en otros y que a fin de cuentas, queridos, la música no deja de ser un negocio. Siete años y pico después vuelve con disco de 16 canciones nuevas: 'Bad as me', "tan malo como yo", toda una declaración de un californiano. Amenaza, además, con una edición de lujo en la que habrá texto: 40 páginas. Entre todos ellos, quizás nos quedamos con Johnny Cash, tan loco como sinceramente roto en cada canción, un atormentado arrastrado que de alguna forma fue capaz de conectar mejor con el espíritu de su país, Estados Unidos, que ningún otro. Quizás mejor que Waits. Un ejemplo de esa fuerza es 'Hurt', de Trent Reznor, que en manos de Cash parecía un réquiem que se escapa entre las cuerdas de la guitarra.





viernes, 19 de agosto de 2011

Si fuéramos judíos...


Una curiosidad antes del post: según varios estudios genéticos y médicos, resulta que el 30% de la población española es de origen semita (eso incluye fenicios, judíos y árabes), y que otro 30% es mestiza de indoeuropeo y semita. Es decir, que en el fondo todos llevamos un pequeño judío rompehuevos dentro. Entre los judíos conversos y los que se mezclaron, al final resulta que Sefarad no murió, pero se quedó lo menos bueno de un pueblo forjado a latigazos. El mayor error de la historia de este país fue destruir Granada y expulsar a los judíos, todo en 1492, el mismo año en el que se hizo algo bueno (para nosotros), "redescubrir" América. En fin...


Si fuéramos judíos de verdad, quizás estaríamos en medio de una guerra civil contra los ultraortodoxos, pero también seríamos un pueblo mucho más cultivado y espabilado, porque de tanto recibir guantazos nuestra cultura sería mucho más ingeniosa y sofisticada. Si fuéramos judíos al 100% tendríamos la mala conciencia de la causa palestina, pero también habríamos creado más vías culturales, especialmente en la filosofía y la literatura, o la música, donde la temprana alfabetización y especialización de los judíos antiguos les hizo especialmente hábiles para estas artes. Si fuéramos judíos igual no podíamos dormir por las noches, pero éste sería un país mucho más diverso, más complejo aún si cabe, y decididamente múltiple, de tal forma que probablemente las diferencias nacionalistas por terruños serían poco menos que tonterías infantiles, porque importaría más ser de una religión u otra. Si fuéramos judíos... ya no seríamos españoles. Pero vista la situación actual, igual... en fin.

lunes, 15 de agosto de 2011

En los márgenes del género


Es un post largo, así que toca tomárselo con calma. Un revisionado reciente de parte del legado de 'Ghost in the shell', concretamente 'Ghost in the shell 2: Innocence' (ojo, hay que haber leído algo de filosofía, teología o psicología para entender muchos de los diálogos) basta para darse cuenta de que la finísima línea que hay entre cómic, anime y literatura se suele romper siempre por el mismo sitio: ¿Japón? Pero sobre todo por la gran fisura: los géneros. Japón es adicto al ciberpunk y la fantasía de la misma forma que lo es a su mitología sintoísta y budista; en EEUU nutren su propia escuela del cómic-animación con lo mejor de Nietzsche, Mark Twain o el mensaje moral de fondo; en Europa ya es más complejo, porque el asunto de los géneros no parece pegar bien con naciones con demasiado peso sobre los hombros.


Y es que el pasado es muy heavy, tanto como para anular por completo los géneros literarios y de otro tipo en países, por ejemplo, como España. Una simple pregunta: ¿podría haber sido posible algo parecido a 'Ghost in the shell' en esta piel de toro adicta al melodrama barato y la comedia chusca? Pues más bien no. La primera forma de secar una cultura literaria es mutilando las opciones de expresión. En España sólo la novela negra parece escapar de las garras de lo obvio, ya que hace mucho tiempo que la novela histórica ha quedado en manos de melodramáticos autores incapaces de hacer nada que no sea lo que Noah Gordon y compañía han hecho durante décadas. Así pues la ciencia-ficción está arrinconada (sólo en el cómic parece sobrevivir) por una literatura donde sólo hay respeto si se usan los mismos caminos trillados de siempre, y eso vale también para el cine, donde, una vez más, sólo escapa un género: el terror. En ambos casos son la excepción que confirma la regla. Somos una cultura que huele a muerto, que no ha muerto, pero que ya empieza a criar champiñones en el cogote. Sólo cuando los géneros de los bordes estén en el centro se podrá decir que la literatura ha avanzado, y no ser sólo pasto de adolescentes, frikis y "comunes", esa gente que no ha leído nunca a Umbral... ni puñetera falta que le hace, la verdad. Cuando veamos un 'Ghost in the shell' en España, entonces aplaudiremos. Mientras, la misma desafección de siempre, y no estamos solos en los bufidos, más bien al contrario.

PD: Salvad el DA2.




viernes, 12 de agosto de 2011

Dan Eggers y McSweeney's


Hace ya tres años, cuando todavía había dinero para hacer cualquier cosa, hasta montar un pequeño Estado del Bienestar que ahora se viene abajo, hicimos un post sobre todo lo que rodeaba a un ente llamado McSweeney's, varias revistas culturales nacidas al calor de esa otra pequeña Nueva York que es San Francisco. Al frente está Dave Eggers, escritor, editor, crítico literario y uno de los grandes compiladores de ese ente más vivo que nunca llamado "literatura norteamericana", muchas veces mirada de lado. Lo que hay alrededor de McSweeney's es uno de los grandes bastiones de la cultura del libro (digital y físico): innovador, selectivo y con una capacidad de reconvertir el noble arte de escribir en una fuente de saber y placer para millones de lectores en EEUU y el resto del planeta. La gran ventaja de McSweeney's es que es un cruce de líneas, tangenciales, pero que crean un todo que por estos lares no hay ni buscándolo con sabuesos: cómic, letras, dibujo... todo unido.

En España han surgido como champiñones los rincones digitales relacionados con la cultura (si lo sabremos nosotros, ¿verdad? - www.elcorso.es), pero aquí van un nivel más allá, no sólo por el talento acumulado en las firmas colaboradoras de Egger, sino también por su planteamiento, mucho más ambicioso, libre, abierto y con ese saber hacer tan poco latino que ha convertido al escritor y esa web en un punto de referencia. Las artes dándose la mano para mayor gloria de historias nuevas de un país que puede estar en crisis económica, pero no cultural. La buena noticia es que tres años después sigue en pie, es más grande y podría ser un gran espejo en el que mirarse.

lunes, 8 de agosto de 2011

Go to the Proms!!



Mucha atención a la foto que hay sobre estas líneas. ¿Qué parece?, ¿la cola para ir al FIB?, ¿para comprar entradas para Coldplay?, ¿para entrar a un club? No, nada de eso, es la cola para comprar entradas para los Proms de Londres, la mayor fiesta de la música clásica, la MÚSICA con mayúsculas: compleja, pura matemática emocional, una estructura que tiene mucho de ciencia y otro tanto de arte, nada que ver con el ABA de toda la vida del pop consagrado por los Beatles, entre otros. Facilón. Muy facilón todo.

Este post casi parece una repetición, pero es que la envidia es muy malsana, y nos hace caer en la misma autocompasión de ver cómo en el corazón de Inglaterra, el mismo país que monta Glastonbury cada año, no hay que olvidarlo, y que se pirra por Coldplay, los clubes y los festivales en la costa levantina, también da el Do de pecho por el mayor compendio de clasicismo conocido, a puertas abiertas para el público, popular y deliciosamente inteligente. Las comparaciones son brutalmente dolorosas con la nación que ha dado a Bustamante, Bisbal y Alejandro Sanz al mundo. Tan sólo esperamos que algún día la Humanidad nos perdone.

Quien vaya a los Proms verá que no hay diferencias de raza, religión, color, clase social o gustos, son una gran fiesta. Y esto es algo que no habíamos recalcado en el otro post que se hizo sobre esto: cuando el arte es una gran fiesta, todos entran y saborean, cuando es casi una obligación o una devoción académica, se convierte en un antipático lastre que nadie desea. Todo lo que toca el Estado se convierte en eso: en España convertimos la cultura es una asignatura de examen, en algo que hay que tener apolillado en la biblioteca criando polvo y siglos. La música es una gran fiesta de cada uno, como si fuéramos cajas de música universales; si se toma como una obligación o un deber, no llegaremos ni a la puerta, y la gente, hastiada, se echará en brazos de ese monstruos demoníaco llamado "sonido latino". Dios nos proteja...

Número de agosto de El Corso

Para este mes de agosto hemos preparado algo especial, tanto como para sacrificar, por una vez, secciones enteras. En nuestro nuevo número la clave es la despedida a toda una época en el DA2, el principal museo y centro de arte contemporáneo de Salamanca, que desde una provincia perdida ha sabido labrarse un nombre propio dentro del circuito nacional e internacional del sector. Más de cinco años de gestión de su exdirector, Javier Panera, que han forjado todo un estilo, y ocho años desde su fundación.

En el resto de secciones, este mes entrevistamos a Bertrand Chavarría, director artístico y cofundador del Smash Ensemble, formación especializada en música contemporánea y que sostiene el festival del mismo nombre en Salamanca. Y fuera de la capital del Tormes, una nueva colaboración del argentino Bevilaqua, un nuevo viaje a las islas británicas, en concreto a la vieja urbe romana de Bath, una atención especial a Guy Delisle y sus novelas gráficas sobre Asia. Y también otro ojo puesto en el rodaje de ‘El Hobbitt’ en Nueva Zelanda, de nuevo con Peter Jackson detrás de las cámaras.

Saludos y que lo disfrutéis.

viernes, 5 de agosto de 2011

Del cine a la televisión: adiós talento, hola dinero


Post breve pero conciso, y con una simple pregunta: ¿se ha pasado el talento literario que antes caracterizaba el cine a la televisión? Respuesta obvia: sí y no, ya que el potencial del cine supera técnicamente a la televisión. Respuesta evidente: sí, por completo. Basta pensar en David Simon, de cuya cabeza han salido 'Treme', 'The Wire' y 'The Corner', sólo por dar un ejemplo. De un tiempo a esta parte algunos de los grandes maestros de la industria de Hollywood se fijaron en que la caja tonta, bien dirigida, es a veces tanto o más efectiva que el cine. Otro ejemplo con nombre propio: Steven Spielberg, que ideó para televisión 'Hermanos de Sangre' y 'The Pacific' después del impacto que tuvo, en la gran pantalla, 'Salvar al soldado Ryan'. El arte de lo audiovisual siempre se ha basado en dos bazas fundamentales: la pericia argumental, esto es, un buen texto que emule al mundo literario pero con una suavidad más clara, porque se narra más deprisa; y el poder de impacto visual, que ya es trabajo de director, iluminador y director de fotografía. Cantan ahora que vivimos la Edad Dorada de las series de televisión, y es probable que acierten, pero eso no quita que los anteriores cuarenta años de producción de ficción en TV sea malo, ni que algún día decaiga: simplemente el cine se hunde y otros han cogido el testigo. Mientras, una recomendación: 'The Wire', 'Fringe' o 'True Blood', esta última quizás con menos caché dramático, sin duda, pero uno de los pequeños placeres de la caja tonta.

martes, 2 de agosto de 2011

Todo sea por el arte


Los roces entre sentimiento religioso y arte son tan antiguos como el mundo, y los de la Iglesia Católica & Cía con los artistas, tan abundantes como sus buenas relaciones. ¿Qué habría sido del arte occidental sin el patrocinio y mecenazgo de la Iglesia? Probablemente un 70% menos, y desde luego antes de 1700 casi un 90%, con esa décima parte en forma de servicios a las grandes casas nobiliarias que pagaban con algo más que bendiciones. Sin embargo a medida que el arte se desligaba de sus mecenas para ser bohemio, libre, anárquico y profundamente independiente, los roces aumentaron. Ya nadie se acuerda de Julio II y de cómo espoleó a los artistas para que el Vaticano fuera el gran museo del mundo. Ahora de lo que se acuerdan es, con toda la razón, de la ofuscación católica porque alguien hace una foto de un actor como un Cristo cualquiera tapándose los genitales con una cruz. Bueno, cosas peores se han visto, desde luego, pero no deja de ser curioso que la gente se escandalice ya por eso, tanto como que la izquierda se enerve porque les hayan quitado una foto. Son los brotes de pasión visceral tan ibérica como el jamón de bellota.

La foto no está mal, pero no deja de ser un artificio muy bien preparado para luego ser como una cuchilla de afeitar, de la misma forma que hay católicos que ya sólo viven felices si no es contra el mundo. Por ese camino van muy mal los fieles de Roma, porque nadie puede vencer al mundo, hagan lo que hagan. Lo contrario es un sueño infantil: la Historia seguirá su curso y Roma podría ser borrada por el tiempo igual que lo fueron los dioses egipcios, griegos e incas, tan fuertes (o más incluso en algunos sitios) como lo es hoy roma. ASí que un poquito más de cabeza y menos corazón, todos ganaremos. Eso sí, quede para la cuenta de las grandes capulladas universales cómo los conservadores se han vuelto a cubrir de gloria democrática al censurar esta foto (nada mejor para publicitar algo que prohibirlo...) que reproducimos con máximo gusto. Todo sea por el arte y la pobre Blanca Portillo, ¿no?