miércoles, 30 de junio de 2010

Maldita Inglaterra...

Sí, una vez más la Pérfida Albión ataca de nuevo, esta vez en forma de corredor de Fórmula 1, Lewis Hamilton, que llama envidioso al paladín español Fernando Alonso (ha ha ha) y se mete con un doble campeón del mundo. El problema de Inglaterra, como recuerdan una y otra vez los historiadores, siempre ha sido el mismo: su pequeñez espiritual, convertida en victorioso pragmatismo materialista que les llevó a construir un imperio y a consagrar su cultura como la vara de medir universal. Nuestra civilización bebe directamente de las aguas anglosajonas, tanto en su fuente originaria (Reino Unido) como en las ex colonias (EEUU, la maltratada Irlanda, Australia, Canadá, Nueva Zelanda…). La música, el cine y muchas de las corrientes literarias vigentes hoy salen de esa amalgama cultural. 


Odiamos y amamos a Inglaterra a partes iguales, porque les admiramos, pero también porque su única obsesión es denigrar a todo aquel que le suponga un escollo o problema, jugar sucio para quitárselo de en medio y luego disfrazarse de juego limpio. Dice el proverbio, “no hay mayor hipócrita que el moralista lleno de virtudes”. La excusa es que varios historiadores han desvelado una duda: quizás la Armada Invencible no fue derrotada, sino que todo formó parte de un bulo enorme de Isabel I para evitar que su país se hundiera en tan delicado momento, que fueron las tormentas y no Drake la clave para el desastre. Sea como fuerte, qué bonita es la Union Jack y qué ganas de pegarle fuego a veces. Hamilton sólo es una muesca más de esa soberbia inglesa, sea blanco, negro o café con leche como él. 

Dicen los profetas de las teorías culturales que Occidente vive su Era Anglosajona, que terminará cuando ascienda el español y el portugués en América, el chino en Asia y las lenguas continentales centrales (francés, alemán, polaco, ruso) en Europa. O puede que no. De todas formas, por cada inglés molesto piensen como nosotros, recuerden ese mítico día del 4 de julio de 1776 y cómo un grupo de pordioseros pusieron de rodillas al Imperio Británico. Siempre nos quedarán las Trece Colonias, aquel paraíso liberal antes de convertirse en el Imperio Americano. 

lunes, 28 de junio de 2010

¿Qué tiene Escandinavia con la música y los libros?

¿Qué puñetas tendrá Escandinavia para que no paren de salir músicos y escritores a punta pala? Hay una razón aparente: la soledad, esos inviernos crudos como una tragedia shakespeariana que sólo deja tiempo para leer o crear, una religión que les conduce irremediablemente hacia el esfuerzo personal, un sistema educativo superior donde se cultiva el fondo más que la forma magistral. Y sobre todo, un alma que es como las aguas del Mar del Norte, turbulentas. Ya hemos hablado mucho de las letras nórdicas, pero no tanto de la música. Tomamos prestado de ‘El País’ unas palabras sobre Olöf Arnalds, autora de la ininteligible ‘Innnundir Skinni’. Una islandesa llegada desde la patria del volcán que odia los aviones y del paraíso que hizo crack en las finanzas. Siguiendo la estela vaporosa y mística de Björk o Sigur Ros, el periódico define su música como “crepitantes arpegios de guitarra, que acompañan a unas canciones honestas y sin artificios”. Folk que se resiste a serlo, más o menos. Pero la duda sigue en pie: ¿qué hay en esa parte de Europa para que parezca la Toscana del 1400? ¿O quizás es muy buen marketing al estilo Ikea y nos hemos tragado el anzuelo? Por cierto, el disco se publica en septiembre en España. 


sábado, 26 de junio de 2010

Gorillaz y Lou Reed

Hablando de cómo las vacas sagradas también comen césped normalito: Lou Reed se atreve con Gorillaz. O la diva abducida por Warhol tiene fino olfato o un agente que le dice lo que tiene que hacer cuando consigue concentrarse lo suficiente para atender al mundo real. Ha sido en Glastonbury, la catedral abierta del rock y el pop de donde han salido decenas de bandas todos estos años, y el modelo a imitar ya que no nos hacen caso con lo de los festivales temporales de uno o dos años. Quitando aberraciones como mezclar a Shakira (¿tú qué haces aquí, niña?) con Stevie Wonder, Damon Albarn, papaíto de Gorillaz, se las ingenió para ser otra vez el centro de todo con su banda invisible, donde él pone la voz y los demás bailan a su son. Albarn ya ha logrado ser varias veces cabeza de cartel, y este año repite con Bobby Womack, Lou Reed y Shaun Ryder, todos a una con Gorillaz, el cómic convertido en música. Lo que no consiga una buena idea no lo mueve nadie.


jueves, 24 de junio de 2010

Melómanos emigrantes (1)

Ante todo, perdón por estas 48 horas de silencio. Volvemos, classicmaniacs. Una vez fulminado el Florilegio que organizaba la ya inexistente Caja Duero, y que no volveremos a ver salvo catarsis cultural en el nuevo consejo de administración (viejos y rancios como la tierra que les vio nacer, así que olvídense, que para mariscadas en Valladolid si hay dinero, para música no), ya sólo queda la posibilidad al melómano clásico de hacer lo mismo que los fans del indie y el rock en Salamanca: emigrar. Vamos a hacerlo en dos tandas, primero para que coja usted el DNI, que en Europa no hace falta pasaporte.

Ojo al dato fuera de España: Bayreuth y la herencia Wagner (25 de julio al 28 de agosto, www.bayreuther-festspiele.de); Salzburgo, más clásico imposible (25 de julio al 30 de agosto, www.salzburgerfestspiele.at); Lucerna, la fiesta de Eros en manos del 'Tristán e Isolda' (12 de agosto al 18 de septiembre, www.lucernefestival.ch); el gran festival galo, Aix-en-Provence, con todo Mozart (del 1 al 21 de julio, www.festival-aix.com); los míticos BBC Proms de Londres, la gran fiesta popular de la música clásica (del 16 de julio al 11 de septiembre, www.bbc.co.uk); y Pésaro, con Rossini como eje central del festival, consagrado al más genuino compositor italiano (del 9 al 22 de agosto, www.rossinioperafestival.it).

lunes, 21 de junio de 2010

Periodismo, economía y corrupción

Lo dijo Larsson, que fue periodista económico durante un tiempo, y también lo decimos nosotros, que conocemos a más de uno: no hay nada más corrupto que un periodista económico, acepta dinero, manipula la información al gusto de quien le pague y sus miedos son sus cadenas (el poder del dinero, que diría el otro). Un ejemplo está en cómo unos y otros se han puesto a sacudir o defender España de los especuladores.
Los que atacan porque sirven al amo que les da de comer en The Wall Street Journal, The Times, Daily Telegraph, Financial Times o los suplementos de economía del New Yort Times: su voracidad se traduce en decenas de artículos de opinión (porque manipular las noticias es más duro) contra la solvencia financiera del sistema bancario nacional. Darle al socialista simplemente porque no es de derechas (los mismos que han pergreñado esta crisis con sus desmanes, porque el mercado libre ya es como isla Tortuga en 1660), porque los fondos de inversión anglosajones tienen apuestas a la baja sobre la deuda española y porque en EEUU y Gran Bretaña se ponen cachondos soñando la muerte de la Unión Europea. Y por el dinero se puede conseguir. Ah, el gran amigo inglés (tan admirado, tan despreciado, tan miserablemente hipócrita en cada cosa que hace).
Pero no menos corrupto es el Cid Campeador postizo que se ha agenciado España, que niega la mayor, que hace lo que le pide el PSOE, Prisa, Mediapro o sus colegas; éste también vende sus manos, su mente y su talento (escasito, por cierto) para defender a unos bancos que maquillan las cuentas (como todos en el mundo) y que dicen que nuestro país es como una roca. Piedra, sí, pero agrietada y erosionada por los elementos (sobre todo, el paro). Al final da igual quién gobierne, lo que importa es que hay 5 millones de parados, que nadie tiene varitas mágicas (y Marianguti menos) y que esto es cosa de sangre, sudor y lágrimas. Cuando la tormenta pase y los tiburones y los paladines estén a otra cosa, nadie se acordará de nada. Y todos seguiremos igual de machacados. Al final no es que Dios exista, es que tendrá que existir para que alguien ponga a tanto radical libre en su sitio, que paguen por mentir a favor o en contra. Y si su hijo se hace periodista económico, ponga cruces en su puerta y rece un Ave María cuando lo vea. Es el diablo...

sábado, 19 de junio de 2010

Surrealismo: la subversión de las imágenes


Ahora que llega el calor miserable y que el invierno que hace pensar se aleja, nada mejor que meterse en un museo para estimular, y para recomendar ciertos campos nunca bien cubiertos por este sistema educativo nuestro: el surrealismo será la primera de las recomendaciones para los próximos meses. Hace un año, más o menos, estuvo en Salamanca una retrospectiva única de Man Ray que apenas incidió en el surrealismo como algo anecdótico. Fue más una monografía bien estructurada del artista, pero no del movimiento. La Fundación Mapfre en Madrid ya tiene algo para cubrir ese hueco dejado por Ray, o mejor dicho, el vacío creado por Ray.
Su obra no podría entenderse si no es dentro de ese movimiento. Padre de las vanguardias junto con Le Corbusier, Man Ray fue el gran innovador fuera del campo pictórico del surrealismo, y la exposición 'La subversión de las imágenes' abierta el pasado 12 de junio es la perfecta combinación que llenará esa laguna en el espectador. En total unas 400 piezas fotográficas y de otro tipo que representan la investigación y la profundidad creativa de unos autores que se zambulleron en la fotografía y otras técnicas, para romper los límites y fronteras del arte. Años de crisis, pero también libres, los 20, 30 y 40 fueron la panacea del nuevo horizonte del arte: la imagen pasó de herramienta a lenguaje mismo. Totalmente recomendable. Especialmente, claro está, la aportación de Man Ray.


Fundación Mapfre. Paseo de Recoletos 23. Teléfono: 91 581 61 00
HORARIOS: Lunes de 14.00 a 20.00 hrs. De martes a sábado de 10.00 a 20.00 hrs. Domingos y festivos de 11.00 a 19.00 hrs.

CÓMO LLEGAR: Autobuses 5 - 14 - 27 - 37 - 45 - 53 - 150; Metro: Línea 4 (Colón) y línea 2 (Banco de España); Cercanías: Líneas C-2, C-7, C-8 y C-10

viernes, 18 de junio de 2010

Malditos RIP: Saramago

Hartos de cantar loas a los muertos. Así nos sentimos últimamente. Vale que José Saramago no era santo de nuestra devoción, como decía maese T., demasiado comprometido para ser realmente interesante, muy escorado a la izquierda y olvidando el propio sentido de lo que eso significa (desconfianza, rebeldía, inteligencia, no doctrina e ideología), pelín pesado... Pero perder un escritor que ha encontrado su voz es tan grave como perder un sentido natural del cuerpo. Una tragedia, un problema que no se soluciona ni se solventa. Porque no todos son sustituible, y aunque ningún intelectual es imprescindible, sí que es cierto que algunos no se sustituyen jamás. Escribir no es un trabajo prototípico que otros puedan hacer: hay que saber, hay que intentarlo y sobre todo hay que encontrar la voz personal. Que guste más o menos es algo secundario: si el autor ha encontrado su estilo, su visión y su propia mitología literaria, entonces la parte más difícil ya está hecha. Así que "rest in peace", querido portugués exiliado en España, sube a tocar la lira con Delibes y Ayala.

miércoles, 16 de junio de 2010

Literatura irrealista

Después de una pequeña conversación acerca de si la literatura está masificada o no, lo cierto es que sí, está masificada. Madame Sabugal puntualizó dos cosas: primero, que las editoriales han reducido a la mitad sus novedades, y segundo, que el que vende marca la pauta.

En realidad lo que se produce es una inicial adaptación a los nuevos tiempos, porque si bien es cierto que gracias a Pérez-Reverte la literatura irrealista (otra forma de definir lo que era habitual antes del siglo XVIII, que tuvo su canto del cisne en el XIX y fue sepultado por el esnobismo y experimentación del XX), todavía existen salidas para esa novela centrípeta, la que gira siempre en torno a los pequeños detalles absurdos de una vida. La línea del hartazgo fue traspasada hace mucho tiempo, con gente como Elvira Lindo, que vive directamente del renqueante sentimentalismo barato de la literatura actual, basada en convertir en normal el fracaso y en habitual la inestabilidad psicológica. Lo malo es que tampoco Pérez-Reverte da con el truco final con el que se pueda hacer una buena genuflexión de admiración.



Hace falta un nuevo Homero, o por lo menos alguien que sea capaz de escarbar en el alma humana y lanzarla a las páginas en blanco. Y cuando más recóndita y gris sea el alma, más juego da. Así que seguimos huérfanos, y encima en medio de una crisis económica que rebaja las posibilidades de encontrar al nuevo homérico que se deje de tópicos, de prejuicios y de editores que sólo piensan qué bazofia soltarle a la mujer asalariada que ha mantenido las ventas de los últimos años. "Es que los hombres leen menos y las mujeres imponen sus gustos", se disculpó hace tiempo uno de los jefes de Anagrama en una entrevista. Los hombres si leen, lo que pasa es que se han pasado al Noveno Arte (cómic). Igual el próximo Homero es una mujer sin prejuicios de género ni ideas preconcebidas, libre para narrar lo que es consustancial al espíritu: escapismo, imaginación, honor y tesón.

lunes, 14 de junio de 2010

Rock in Rio huele a muerto

Hemos esperado el tiempo suficiente antes de hablar de Rock in Río, ese macroespectáculo infame que en Madrid ha terminado por cargarse una gran iniciativa. Pero eso fue 20 años atrás, cuando la música era de los músicos y no de LG y de otras compañías que patrocinan. Pero eso no es lo malo: a fin de cuentas el sector privado tiene tanto derecho como cualquier otro a invertir su dinero como le dé la gana. LG ha hecho bien, además, mejor una tecnológica que no una petrolera, una constructora o Coca-Cola. Lo peor es que Madrid ha confirmado la máxima de que "Si algo es para toda la familia, fijo que es una mierda". Recordamos a Keith Richards, años atrás, cuando todo esto empezó, diciéndole a uno de la organización de un festival "si veo un puto crío entre el público dejo de tocar".



Las familias reducen el riesgo, el atrevimiento, anulan el cruce de líneas rojas, no hay inventiva sólo sonidos fáciles o prefabricados. Y la música, si no se asoma al filo, no tiene gracia ni sentido. El arte no puede encorsetarse. Shakira es tan predecible como la diálisis, y su música tuvo cierta gracia cuando todavía era morena y colombiana, no rubia y latina a seca; Rihanna sólo sabe enlatar vender discos. Ni una sola canción suya ha despertado nada que no sea arqueo de cejas en el Equipo (además, es otra pantera negra al estilo de Beyoncé y compañía, donde sólo vale vender más y lucir palmito). Y de la ex Hannah Montana y nueva Señorita Cirus, pues... ha crecido mucho, ¿no? Y bien, ¿no? Pero su público eran miles y miles de púberes, prepúberes y postpúberes acompañadas de sus madres y otros hermanos que fueron a ver a Montana y se encontraron con una animadora desvirgada embutida en cuero y terciopelo. El tiempo pasa para todos. Incluso para los pobres Rage Against the Machine, que resucitaron por la pasta para Rock in Río y volvieron con lo de siempre: California is different y tal y tal. Mucha furia pero poca novedad. Para eso mejor que no se hubiera disuelto la primera vez.

Rock in Rio ha muerto. Solicitamos un bonito réquiem (el de Mozart, por ejemplo), un minuto de silencio (para escuchar a las masas jalear en los conciertos) y el deseo de que la muerte de los festivales de música de todo el mundo (mirad el FIB si no) sea lo menos lastimera y patética posible. Y no nos vale que vayan 60.000 personas. Volvemos al dilema de siempre: si el rebaño se tira del acantilado, ¿es tonta la oveja que no la sigue? Pensad en el Sonar y su sección para la familia y los niños (otra muerte lenta y dolorosa). Qué gran sabio es Keith Richards, "si veo un puto crío entre el público dejo de tocar". Ora pronobis, Keith, y deja de subirte a los cocoteros.

viernes, 11 de junio de 2010

Rebecca Ringst y los pardillos

Decía Summers que "todo el mundo es bueno". Decía Rousseau que "todo el mundo es bueno por naturaleza". Decía Damon Alexander que "todo el mundo es bueno hasta que los demás puedan demostrar lo contrario o inventárselo". El Equipo dice, "todo el mundo es un poco pardillo". O cuando menos, la realidad es ya tan retorcida que son capaces de creerse que la instalación 'Home sweet home' de Rebecca Ringst, hecha para el Fàcyl, es cierta. Ha montado un gran andamiaje con toda la parafernalia de la obras de toda la vida en la Rúa Mayor, frente a la Casa de las Conchas y la Clerecía. Usando un paralelismo, es como si alguien quisiera construir un hotelito en la plaza de San Pedro, donde está el obelisco, a unos metros del Papa.
Y la gente pica, y mucho. Así que una de dos: o la gente en Salamanca no lee la prensa que avisa de que es una intervención urbana y que no es cierto, que se usa para denunciar irónicamente la especulación urbanística, o son todos eso, pardillos. Hasta 35 comentarios sobre la madre del alcalde y de los constructores, unidos al intento espontáneo de un ecologista de encadenarse a las obras (éste, además de pardillo, idiota de primera, al estilo Mario Cipolla) y a que los teléfonos de la falsa cubierta informativa sobre las obras correspondían a la Diputación de Salamanca, dan como resultado la performance-intervención-denuncia-putada artística más original en años en Salamanca. Nunca nadie dio tan fuerte en la llaga como esta mujer. Aplaudimos a rabiar, y cada vez que nos avisan de otra vecina acalorada y furiosa contra el Ayuntamiento, simplemente, recordamos a ese gran sabio, el Luisma ("Me parto y me mondo"). Sí que es Fàcyl tomarle el pelo a la gente. Y no será porque los medios no avisan: diez días después todavía pican. Ay, qué país...


miércoles, 9 de junio de 2010

Bieito no es de este mundo

Definitivamente el Reino de Calixto Bieito no es de este mundo. Dijo hace unos días que en un auditorio como el CAEM en Alemania habría 200 técnicos para su programación, no dos o tres como aquí. Pues claro, porque no se puede comparar un país donde los teatros y los auditorios se llenan hasta arriba con otro donde sólo pone el completo Arturo Fernández. No es de este mundo. 

Un vistazo al público del Fàcyl en sala o en determinadas calles demuestra de qué pasta está hecha la ciudad: mayoría de estudiantes extranjeros y jubilados que a la mínima se van o se quejan de cómo se gasta el dinero. Ya saben, esa frase de “No sé si habrá dinero, pero para tontás seguro”. Un fotógrafo salmantino, al ver una escena semejante dijo entre dientes eso de “Nos quedan 10 o quince años”. “¿Para qué?”, preguntó un becario, “Para que estos la espichen”, contestó el otro. El problema es que, crueldades aparte, la siguiente generación no es mejor que la anterior, y la surgida entre 1975 y 1982 parece más preparada, pero no por ello más culta. No hay meritocracia, no hay liberalidad en la sociedad, no hay ese impulso educador y forjador de otras culturas donde lo fundamental es que el hijo sea mejor que el padre y no otro mantenido más. Igual, si fuéramos todos confucianos, protestantes o aristotélicos, entonces seríamos una nación mejor, de hombres y mujeres inteligentes y no simples paseantes de la vida.

No hay amor por aprender, por saber, por el conocimiento, sólo un amor desmedido por la vida cómoda de la clase media (trabajo, coche, casa, hipoteca, hijos no demasiado imbéciles y dinero para cañas y tapas) y por ese bonito ciclo biológico de nacer-crecer-reproducirse-envejecer-morir que corroe y destruye hasta el último aliento de cambio. Cuando De la Rochelle ingresó en las filas del ejército de la Francia Libre, un sargento le preguntó si era un hombre o una oveja, un machote o un cobarde. Él le contestó “Soy rey de mi mismo, ¿y tú?”. 


martes, 8 de junio de 2010

Número de junio de El Corso


Saludos cordiales del Equipo. Ya está colgado el número 5, de junio, de El Corso. Este mes tenemos dos novedades: una nueva firma y nueva sección (Ficción). En este último caso queda abierta a todo aquel que desee colaborar con El Corso. Si queréis que vuestros relatos se publiquen sólo hay que enviarlo al mail de Corso Expresso (maildelcorso@yahoo.es) o al de la revista (en la página 3). El Equipo lo leerá y juzgará: abstenerse Tom Clancy y Dan Brown, por favor. Y por favor, dadle la bienvenida a la señorita Santos... Que lo disfruten, y para cualquier comentario, ambas direcciones.

sábado, 5 de junio de 2010

Todo es más "Fàcyl" con música

Genial. Calixto Bieito, bajito, calvo, ingenioso y algo divo, ya tiene un punto a su favor, muy gordo y gracias a la Oscyl, a un director como Jimmy Chiang, al chelo de Marc Coppey y a la voz “brunildea” de Leandra Overmann. Se atrevió Bieito a meter una orquesta y música del siglo XX (ya saben, diatonal, disfuncional, sin aparente sentido estético y muy complicada para el oído sin entrenamiento) en la Catedral Vieja y le salió la jugada que ni bordada. Conseguimos ir al concierto (sin becario, que hay que hacer guardia) y todavía nos duelen las manos de aplaudir. Ligeti y Varèse, uno lánguido y espacial, el otro brioso y rocambolesco, antagónicos pero unidos ambos por su condición de padres de esas música “clásica contemporánea”, una formulación que no puede ser más contradictoria. 

Y sin embargo es eso. Una Catedral que, por cierto, es más hermosa que su hermana menor y más grande. No por más altura un templo medieval es más bello y equilibrado, ni contiene esos capiteles que parecen salir de un libro de Umberto Eco, algunos casi cantando a coro con Overmann en su pequeña pero teatralizada intervención. Nos quedamos con el iniciático y distante Ligeti, capaz de convertir los silencios en una parte más de una partitura, que hace soñar, que amodorra e inspira por igual. Y Varèse, nuestro descubrimiento particular: nunca la percusión a toda costa hizo tanto por la música. Su retrato de América en las dos piezas ‘Ameriques’ y ‘Offrende’ convierten la música en un latigazo largo y repetitivo, que enardece, que puso a la gente al margen mismo de saltar en los bancos de la nave central. Dicho con rima, “Todo es más Fàcyl con música”.

jueves, 3 de junio de 2010

Fàcyl: ya van dos

Justo cuando empezaba el Fàcyl (Festival de las Artes) a carburar, cuando la gente de los barrios se unía a la fiesta, cuando las proyecciones de 'Facedances' reunían gente, cuando la Plaza Mayor se llenaba para las compañías de circo y teatro de calle, cuando los conciertos al aire libre juntaban a más de 200 personas y superaban el aforo de la Cueva de Salamanca... justo entonces, apareció la estupidez. La organización del Fàcyl ya casi parece un patio de colegio: mucho voluntario joven, mucho estudiante, mucha gente muy técnica y todos con camisetas oficiales, pases oficiales, credenciales oficiales, muñequeras y móviles oficiales, coches oficiales... y gilipolleces oficiales. 

Si contratas a una compañía, ¿no es mucho pedir que les pregunten si van a hacer un pase para la prensa o si directamente van a dejarse fotografiar en el espectáculo? Y eso es sólo el principio: hay dudas, descoordinación, gente que no sabe lo que hacen los otros... Independientemente de las razones de una compañía (igual tienen miedo de que les roben el alma con las cámaras y tal) para no permitir hacer fotos, no es excusa hacerse el sueco y ni siquiera llamar a los medios para decirles que no van a dejar hacer fotos. Así no se hace industria cultural, pequeñines, sólo cabreas a la gente y no permites que otras personas conozcan de cerca lo que se hace en la ciudad. Si se trata de hacer la ola mediática para que la cultura sea útil, entonces en Salamanca no se han perdido nada.  

Un escenógrafo nos contó un día, a través de un crítico de teatro de Madrid, que muchas compañías hacen esto para que las imágenes no vayan circulando por la red, para que no haya copias de movimientos, ideas o escenografías que otros puedan copiar. Es decir, que si un competidor quiere copiarles, que pague por lo menos la entrada. Lía Rodrigues estrenó 'Pororoca' y no dejó que nadie se acercara. A esta mujer tan inteligente alguien debería haberle dicho que su supermontaje está ya colgado en YouTube. Si es así, ¿por qué no permiten grabaciones o fotos?, ¿cuestión de estilo, de marcar el territorio, de no dejar que los medios les aturdan al principio, los flashes distraen, ruido de fondo? Si algo hemos reivindicado siempre en este blog, todos los del Equipo, desde quien escribe a quien se chiva, es que la cultura esté conectada por todos los medios a los ciudadanos, porque sin ellos sólo serán ejercicios de estilo en torres de marfil. Aunque se llene el teatro: 200 personas no son 20.000 que podrían conocer mejor 'Pororoca'. Si no entienden eso, apaga y vámonos. 

miércoles, 2 de junio de 2010

Prensa, dinero y guillotina

Un año más tarde de empezar a trabajar para la prensa inglesa, Gervaise de la Rochelle envió una carta a su buen amigo y camarada de los tiempos de la guerra Jean Holland. Ambos habían luchado en la Resistencia cerca de Suiza y muchas de sus cartas quedaron recogidas en la biografía que escribiera Jacob de la Rochelle, su hijo, años después. En una de ellas, comentando cómo veía la prensa en aquella segunda mitad de los 50, le comentaba: “Veo crecer con tristeza una nueva especie en el mundo de la prensa, y es el del tipo del dinero. Son personas que no saben de este oficio, que no han escrito nunca, que sólo conocen el reducido mundo de los números y cuya cultura suele ser inversamente proporcional a sus ansias por controlar el gasto”. Y eso que sólo era una intuición de algo que se extendería como la espuma muchos años después. Jacob de la Rochelle hizo una anotación al margen: “Mi padre escribió esto en 1956. Hoy, cuando yo también me desvivo por ese mismo oficio que nos alimentó en Inglaterra, veo que la intuición paterna se ha multiplicado por mil. El periodismo murió el día que dejaron que mandaran tipos grises que sólo saben reducir gastos”. Todo eso nos lo recordó un fan que mandó un email; él también consiguió la biografía de Gervaise de la Rochelle y se fijó en este apartado, mencionándonos el ambiente de guillotina de estos tiempos. Lo bueno es que ya tenemos feedback con la audiencia.