En los próximos días del siguiente mes Salamanca podrá decir que ha tenido, al menos una vez en su vida, cierto protagonismo. Con el Festival de las Artes en perspectiva silenciosa lo que nos queda es soñar con que el colpaso capitalista no pase excesiva factura en el futuro. De momento todo se acumula y atasca en apenas 30 días miserables. El 29 de abril llega Fito Páez de gira; el 7 de mayo Andrés Calamaro (y no José Calamaro, como dijo el enanito de frente despejada...) dará el único concierto que albergará Castilla y León; Gary Moore también pasará cual tornado del Medio Oeste el 13 de mayo, tan fugazmente como aturullado, porque aquí o lo concentran todo en un día o les da el tembleque; y por último, Amaral arrancará su nueva gira el próximo 23 de mayo, también en Salamanca. De ahí el título del post, seis cuerdas de guitarra de muy diferente calaña.
Páez y Calamaro pueden ponerse juntos, a fin de cuentas son los mismos productos de la cantera del rock en español que es Argentina, último reducto de algo más que ritmos latinos prefabricados y de miseria artística incalculable, lo mismo que se ha comido la creatividad en España. Aquí ya sólo se hace pop o sucedáneos malolientes de lo latino, como si nacer en Soria fuera lo mismo que hacerlo en Guayaquil. Pues no, queridos, no es lo mismo, pero en fin. Nos agarraremos a Gary Moore como lapas y miraremos para otro lado cuando Amaral vuelva a hacer lo mismo otra vez después de mil oportunidades para evolucionar. Al principio histórico de este blog soñamos con un concierto perfecto, con Dylan, U2 y The White Stripes, quizás ahora con The Killers y algo de Coldplay, por contentar a las masas. Seguid soñando niños, y daros con un canto en los dientes, que el capitalismo zozobra y dentro de poco no podremos ni piratear música a mayor gloria de los bolsillos de Teddy Bautista (más conocido como el Hijo de Satán).
sábado, 25 de abril de 2009
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