jueves, 9 de abril de 2009

Otro guillotinado - Ciao, "Fede"

Dijo el profeta: “No te quejes ni llores tu desgracia, recuerda que siempre puede ser peor”. Más o menos eso es lo que debe estar pensando Federico Jiménez Losantos (y muchos ex ministros), más conocido como “Federrico” desde que a Gomaespuma se le ocurrió la gracia, cuando se enfadaban, de decir eso de “No me hinches que me pongo Federrico”. Realmente la crisis ya es de dimensiones universales: se han cargado a este hombre (mandándolo, dicen, a la noche) que era el rey mañanero del grito ibérico, de esa particular forma de entender el periodismo desde los bajos fondos del alma y las tripas. Y le echaré de menos. Donde otros ponían neuronas y mesura él ponía sangre, sudor y lágrimas. Había algo en él que me fascinaba, cierto toque a último mohicano que hizo que le tuviera cierta simpatía (aunque siga siendo un peligro para la democracia). Llevó al límite la libertad de expresión, la vulneró y pagó por ello perdiendo un juicio tras otro. 

Su gran logro ha sido crear el mito del Vocero Ultra, un elemento creador de opinión siempre extrema, sin moderación y que rompe la estabilidad democrática para difundir un mensaje: en breve habrá otro Federico, pero en rojo, es cuestión, ay, de tiempo. Conozco mucha gente que le ponía al despertarse para partirse la caja de risa. “Es el mejor humorista de España” dijo una vez Buenafuente, el pesadito rey de la retranca con recortada. ¿Habrán sido los obispos, temerosos de que su imagen negativa les perjudicara socialmente?, ¿habrá sido Rajoy, harto de que insinuara cierto tabú sobre su vida privada?, ¿Gallardón quizás? De todas formas, ahora se va con el otro peso pesado (metafórica y literalmente vistas las fotos y su capacidad para publicar libros que no dicen nada – sí, los hemos leído) de César Vidal, otro que un día se encontró una vena entre la mansedumbre de sus carnes y desde entonces no deja de hacer sangrías a diestro y siniestro. Adiós Federico, te echaremos de menos, tus acólitos salmantinos ya lloran tu marcha más que factible de la vieja radio católica. Si es que no somos nadie… Tiempo de guillotinas este, oiga.


1 comentario:

Adrián dijo...

Mejor que un café solo , a las siete y media de la mañana , para despertar.