viernes, 30 de octubre de 2009

Es bueno ser Rey (si sabes serlo, claro)

Siempre ha sido más fácil ser soldado que general, eso seguro; porque recibir órdenes y excusarse con que la idea no haya salido bien será más descargado y sencillo que tener que pensar una idea. El general, si falla, se la carga con todo el equipo. Pero para poder ser Rey hace falta mucho más, especialmente cuando uno confía en malos soldados para hacer el trabajo sucio. Saber ser rey es fundamental para evitar que la tropa se le subleve a uno, y desde luego el látigo nunca funcionó. No le sirvió de nada la disciplina draconiana a Jerjes y Darío, ni a las SS de Hitler, ni al Ejército Rojo: siempre hubo grandes fracasos provocados por la brutalidad. En el trabajo moderno sucede lo mismo: sacar un látigo de siete colas y fustigar a los trabajadores sólo es un sinónimo de fracaso y falta de ideas. 

Los malos generales dan gritos y aprietan las tuercas; los buenos líderes se limitan a crear el sentimiento de camaradería imprescindible para salir adelante en cualquier situación, a forjar lealtades, jamás levantan la voz para dar una orden (no lo necesitan, se hacen respetar por sus palabras y sus actos) y desde luego dejan la correa bien suelta, flexible, porque saben tirar cuando deben

No vamos a repetir por enésima vez la metáfora del roble y el junco en la tormenta de la filosofía china, pero más de uno debería tenerlo en mente cuando tome decisiones. Especialmente aquellos que sí tienen madera y se sacrifican pero descargan su responsabilidad en malos chusqueros que confunden el mando con la chulería y las represalias. Tito Corleone jamás levantó la voz. Ni Eisenhower, ni Bradley ni Marco Aurelio. Y no sirve de excusa que el soldado en cuestión sea un memo reconocible a distancia. La cuestión es que por cada berrido mal dado un soldado más ya apunta con el arma a la espalda del chusquero, y eso genera una bola de nieve que crece hasta destrozarlo todo

jueves, 29 de octubre de 2009

Kipling

Uno de los poemas más repetidos y citados, que ya salió en este blog tiempo atrás. Es una versión de ‘If’, de Rudyard Kipling. El santo y seña de muchos miles de corredores de fondo y aprendices de brujo que juegan con el futuro, que ya han puesto 33 clavos en la cruz camino de su particular calvario, pero que volviendo a leer los versos del escritor se han convertido en 33 razones para seguir pensando que cada día es distinto en el fondo que no en la forma, y que el sol siempre sale y siempre se pone. Todo lo demás es circunstancial. 

Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros cuando otros la pierden y te cargan su culpa; 

si confías en ti mismo cuando todos de ti dudan, pero aún así tomas en cuenta sus dudas;

si puedes soñar y no hacer de tus sueños tu guía;

si puedes pensar sin hacer de tus pensamientos tu meta;

si triunfo y derrota se cruzan en tu camino y tratas de igual manera a ambos impostores;

si puedes hacer un montón con todas tus victorias;

si puedes arrojarlas al capricho del azar y perder;

si puedes remontarte a tus comienzos sin que salga de tus labios una queja;

si logras que tus nervios y el corazón sean tus fieles compañeros, y resistir aunque tus fuerzas se vean menguadas con la única ayuda de la voluntad que dice, “adelante”;

si ante la multitud das a la virtud abrigo;

si aún marchando con reyes guardas tu sencillez;

si no pueden herirte ni amigos ni enemigos;

si todos te reclaman y ninguno te precisa;

si puedes rellenar un implacable minutos con sesenta segundos de combate bravío;

tuya es la tierra y sus frutos, y lo que es más, serás un…

Aquí se llega al final, pero lo hemos decidido cambiar, porque entonces seremos más que hombres, seremos reyes. Seremos también mercenarios de nosotros mismos, libres por completo, sin más amo que nuestro gusto y nuestra voluntad. Lo que arguyó Marco Aurelio aquí se condensa y se hace realidad en apenas un puñado de versos. Fue la senda del rey-filósofo, del más grande de todos. 

miércoles, 28 de octubre de 2009

Jibarizar los clásicos

Ya hablamos una vez de la resurrección parcial de los clásicos en nuevas versiones que supuestamente las modernizan. ¿Para qué? Mucha gente encuentra genial la forma de expresión de ‘El Buscón’ de Quevedo porque el sonido barroco del castellano de la época les encanta. Esos quiebros, cuando hasta los porqueros parecían tener un don especial para hablar en verso o tener la lingüística en las venas. Hoy en España cada vez se habla peor, se usa menos vocabulario y se utilizan muchas onomatopeyas que sustituyen a las palabras y demuestran el analfabetismo funcional de la masa menor de 20 años, o más… Se habla peor porque se enseña peor, o mejor dicho, porque la sociedad ya no es capaz de controlar a una masa que se enroca en la preferencia de lo fácil: de lo sencillo, que es dejarse devorar por los vacíos y la ignorancia.

Para esa gente, muchas veces, se ha creado la actual corriente que recupera a los clásicos de todos los tiempos para darles un nuevo brillo, a veces con acierto, a veces con desatino. En noviembre estará en Salamanca ‘Fedra’ (original de Eurípides y guía de las nuevas versiones), con Juan Carlos Plaza al frente y como grandes actores Ana Belén y Fran Perea. A pesar de esas cejas arqueadas que acabáis de tener por instinto (tienen todas las dudas, una por veterana resabiada y el otro por novato sin muchos dones) resulta que no está tan mal, o cuando menos eso ha comentado la prensa. Desconfiamos notablemente de esa jibarización de los clásicos, que no tiene por qué ser en los textos, sino en la puesta en escena. Pero esa manía de tener que readaptarlo todo a la percepción moderna es un primer paso para perder la autenticidad de un clásico, que lo es precisamente porque sus valores e ideas superan la barrera del tiempo. 


martes, 27 de octubre de 2009

'Darts of pleasure' - Erwin Olaf

Quédense con este nombre, Erwin Olaf, holandés, provocador, bromista, fotógrafo y creador de las imágenes que más y mejor han llegado al hipotálamo y a esa parte reptiliana de todo encéfalo humano. El DA2 se ha convertido en un particular reducto de la fotografía teatralizada, tal y como avisamos hace no demasiado, y merece la pena hablar un poco de este tipo de aspecto atlético que parece sacado de una revista editada en la calle Fuencarral de Madrid. Ya saben a qué nos referimos: pero su obra merece mucho respeto y admiración. A través de más de cinco series diferentes en el DA2 queda lo mejor de su imaginación desde 1984 hasta nuestros días. Series como 'Paradise', 'Fashion Victims', 'Chessmen' o 'Royal Blood' dan al traste muchas ideas preconcebidas de lo que es la fotografía. Olvídense de esas imágenes en blanco y negro sacadas de la realidad. Eso es el pasado: el futuro se llama escenificación, se llama Photoshop artístico y se llama digitalización. También se llama manipulación. 

La realidad se queda corta, o cuando menos no da todas las oportunidades al fotógrafo para hacer lo que quiere. Una frase de Olaf desvela el espíritu que tiene a la hora de coger una cámara: "Sentía envidia de los pintores, que creaban con los pinceles mundos oníricos y de fantasía que yo no podía hacer. Hasta que apareció el Photoshop, desde entonces soy feliz". Olaf crea una situación artificialmente y la fotografía, luego retoca, limpia, carga, modula y muta para hacer lo que tiene en la cabeza. Y luego lo expone. El resultado son cerca de 200 imágenes y vídeos únicos capaces de seducir como pocas veces: el vídeo de 3 minutos 'Grief' nos parece una obra de arte de la comunicación sin palabras, y la luz, el estilo años 50, el color y cómo baña con luz los rostros de las dos actrices y sus gestos convierten la consecuente serie fotográfica en una obra de arte que nos ha gustado como muy pocas veces. No es peloteo, va en serio. Nos han dado en la diana del gusto, formado de muchos hastíos y pocos aciertos, pero éste es uno de ellos. 



sábado, 24 de octubre de 2009

La fórmula para salvar el negocio del libro (1)

¿Para qué sirve una Feria del Libro? Pues depende de lo que se busque. Ninguna feria sirve para fomentar la lectura, eso seguro. Así que fuera excusas filantrópicas que no se cree nadie ni borracho. Normalmente son reclamos mediáticos para presentación de nuevos libros, o tinglados extras para hacer caja extra. Nada mejor que tener a un montón de gente en un sitio y hacer una presentación pública de la última novela de Fulano de Tal para que el boca oreja funcione. Un ejemplo de negocio redondo es la Feria del Libro de Madrid, donde el más avispado se da cuenta de que el truco de vender libros en la calle y concentrar toda la atención sirve para sólo los más grandes. Las ferias en las ciudades más pequeñas no son económicamente rentables, y nos da igual lo que digan los libreros o sus representantes. En una ciudad como Salamanca, que tiene tres citas anuales con el gremio de Gutenberg (Día del Libro, Feria del Libro y Feria del Libro Antiguo y de Ocasión), sólo sirve para hacer caja la primera. Las otras dos pueden suponer un plus del 10% de lo que se hace normalmente, y sólo si la feria se hace en la Plaza Mayor. De todas formas nunca se sabe bien si es cierto lo que dicen los libreros o no, porque las cifras bailan en función de a quién se pregunte. Y ahora viene la razón: al cadena Fnac ha demostrado que si se concentra en un edificio cine, literatura, música y audiovisual se genera más caja en todas las secciones que en cualquier otra tienda parecida. 

En Salamanca los libreros siguen pensando artesanalmente, todos, y nadie se ha parado a pensar cómo frenar lo que ya está pasando: El Corte Inglés ya les ha dado un mordisco en los riñones que va a dejar a más de uno por el camino. A lo que intentamos llegar es a que en Salamanca hay un protozoo de lo que debería ser la Fnac local: es la librería Víctor Jara. Si comprara el edificio de al lado y lo dedicara a música y cine ese trozo de calle sería un imán, mejoraría el servicio y mucha gente, por puro contagio, fomentaría el consumo literario. Como dijo uno de los jefes franceses de Fnac cuando abrió en Madrid y nadie daba un duro por ellos: “Primero la música, y luego, por inercia, los libros y el cine”. 


jueves, 22 de octubre de 2009

Dos tragedias y una bonanza

Primera tragedia: el sancta santorum del periodismo internacional, 'The New York Times' (da igual lo que digan otros, lo es y punto pelota, a la lista de Pulitzer y Booker Prize en nómina nos remitimos), va a tener que echar a otros cien empleados para capear la crisis publicitaria. Ojo, las ventas siguen, porque todo el mundo tiene medio dolar para comprarlo o internet para leerlo en la Red, pero no todo el mundo está dispuesto a pagar la tarifa para meter publicidad en el medio. Por ahí es por donde la crisis ha embestido a los medios. Si cualquier despido es terrible, en el Templo lo es más porque de su calidad ilusionante viven legiones de plumillas del mundo entero, como un referente, como una esperanza de lo que debe ser y no es en España.

Segunda Tragedia: 'El País Semanal', ese antiguo suplemento dominical de calidad y prestigio que muchos ansiaban leer durante toda la semana para completar el placer del domingo, ha puesto en marcha una campaña publicitaria fusilada por otros medios más pequeños. El "Yo leo El País Semanal" les va a costar varios lectores, nosotros. Explicación: la nómina de incongruentes aburguesados que han usado para publicitarse puede valer con su público objetivo (rojillos variopintos menores de 45 años residentes en grandes centros urbanos con tendencia a dejarse llevar por la voz invisible de la propaganda) pero no para otros. Usar como ejemplo al Robinson Crusoe de sí mismo de Agustín Fernández Mallo, a Alejandro Sanz (!!!), la siempre amodorrada y lenta Rosenvinge y Boris Izaguirre (conocida en los medios como Su Majestad Isabel III de Inglaterra) le quitan las ganas de leer a cualquiera. El único que merece la pena de todos los que están ahí es Joaquín Reyes, el particular pynthonesque español que con Muchachada Nui ha dejado el listón pero que muy alto. Definitivamente no nos queda nada, ni 'El Mundo', ni 'El País' ni 'Pub....' (jajajajajaja).

Y lo bueno: La ONU empieza a ser lo que debe y ha obligado a los señores de la guerra y de la religión afganos a hacer segunda vuelta porque las elecciones que ganó Karzai estaban amañadas. Por fin un poco de valor ateniense en este planeta de sumisos y corruptos bizantinos. Otra cosa buena: esta noche empieza el Festival Salamarte en el CAEM de Salamanca. Para abrir boca, a partir de las 20.00 horas, Southern Arts Society y luego Lonely Drifter Karen. Sólo por ser diferentes merecen la pena, aunque sean indies. Pero como dijo Axel Pi recientemente "todas las etiquetas hacen daño porque te ponen límites". O no.

PD: ¿Habéis visto que manera más chula de hacer publicidad de 'El País'? Ah, lo que no pueda un billete de 50 euros...

miércoles, 21 de octubre de 2009

Difusión cultural y mass media

El gran fallo del uso social de los medios de comunicación se resume finalmente en un solo postulado: son unos lerdos. ¿De qué sirve llenarse la boca con la función social de los medios y su misión pedagógica si luego los periodistas se lo pasan por el arco del triunfo parisino? 

La historia reciente del periodismo está lleno de escenas en las que efectivamente un periodista lucha a brazo partido para conseguir algo, se ilusiona y luego, cuando intenta hacerlo público le guillotinan espacio, le escamotean recursos y lo dejan cerrado y enclaustrado en una esquina. Luego los autores ven el tratamiento dado y a continuación, lógicamente, se niegan a colaborar más: “¿Para qué, para que me dejes como un comentario al margen, en la sección de reportajes curiosos entre el niño de la cabeza grande y los melones de diez kilos en Murcia…?”. No sirve de nada que un director, un jefe supremo, quiera darle más brío a la educación, la ciencia y las artes si luego los monos depilados que tiene entre la masa redactora y él (o ella) son unos negados que ante la duda se cierran en banda. Si no saben de qué va el tema, que se documenten, que aprendan algo, que no sean simples trabajadores de clase media sin voluntad ni mollera. Caen chuzos de punta y de nuevo, una vez más, resucita Millán-Astray con el “Muera la inteligencia”.

Una anécdota al caso: Nos contaba un periodista de cultura en un diario nacional de Madrid que fue a hacer un reportaje sobre fotografía y belleza femenina, con imágenes y obras de Helmut Newton y Maplethorpe. Uno de sus compañeros miró las imágenes y el diseño de la página y dijo “qué bonito, algo de belleza en el papel”. Cuando uno de los jefes abrió la página para revisarla dijo a voz en grito “coño, por fin tías en bolas en el periódico”. No comments. 


martes, 20 de octubre de 2009

El Premio Tongo Planeta

Escena de la nueva película de suspense que nos ha regalado la editorial Planeta: varias horas antes de que se fallara el ganador del Premio Planeta de 2009 apareció en Wikipedia la respuesta, era para Ángeles Caso, en cuya página de información de la enciclopedia en la red ya figuraba como ganadora. Como diría el Luisma, "me parto y me mondo". Ella no tiene la culpa, simplemente hizo lo que haríamos todos: poner la mano. Fue la demostración palpable de que el mayor premio de las letras hispánicas, por dinero y por difusión publicitaria, es uno de los mayores tongos y pufos que se conocen, una red mafiosa que hará verdad aquella leyenda urbana que aseguraba que Terenci Moix escribió por encargo la novela con la que ganó. Mejor dicho, le hicieron ganar. La desconfianza es tal hacia el mundo editorial que casi hacen parecer retoños con pañales a los tiburones caníbales de las discográficas. El hecho también hace verdad el famoso dicho de NGS: "la mayor parte se dan entre amigos". Ya no cabe la posibilidad de que un día aparezca un mirlo blanco que surja de la nada con una obra maestra, no hay opción al genio desconocido porque se le cierran las puertas de los premios, y los que todavía buscan a ese talento anónimo son tan pequeños que apenas tienen repercusión mediática. 

Queda un resquicio, el Ministerio de Cultura, que parece remar en dirección contraria y le entrega el Premio Nacional de Literatura Dramática a Paco Bezerra, un imberbe treintañero que no tenía dinero y personal para subir a las tablas su obra ganadora. Suponemos que ahora sí, porque si no es para matar a alguien en el Ministerio. Sea como fuere, algo huele a podrido en el Estado de las editoriales. Así de sencillo. Suponemos que es más fácil vivir de la reedición de clásicos y de encargarle al escritor rancio de siempre de origen castellano o catalán para que ensucie más páginas en blanco. Recordamos pues la sinceridad de Thomas Bernhard, escritor austríaco, que se descolgó con esta frase para justificar por qué había aceptado todos los premios que había recibido en su vida: "No estoy dispuesto a rechazar 25.000 chelines, soy codicioso, no tengo carácter, yo también soy un cerdo". Pues eso, que todos hacemos oink oink porque ninguno nació rico. Y si es así, ¿para qué escribes, burgués pestilente? ¡Vive la vida tú que puedes!

Momento Zen de la semana

Un discípulo blando de mollera fue a buscar al viejo maestro Wu-Tang, que nada más verlo venir resopló de hastío. "Maestro, maestro, una gran pena aflige mi corazón". "Qué raro..." pensó el viejo sabio. El pobre discípulo movía los brazos como si fuera un molinete. "Maestro, me duele porque un amigo, un camarada, un hermano, me ha enumerado mis errores en la vida y no ha parado hasta que he perdido el equilibrio y la serenidad. La ira me ha invadido y he sentido el mal en mi cabeza y mi pecho". Wu-Tang suspiró, miró al cielo como siempre hacía antes de hablar. "Si es tu amigo y ha hecho eso es porque te aprecia y entonces ha preferido ser él quien te señale tus fallos". El discípulo no se quedó tranquilo y volvió a preguntar: "Maestro, maestro, pero es que quizás tenía razón... Me dijo que mi pecho no albergaba un dragón sino una tortuga, que no me arriesgaba, que no luchaba...". Wu-Tang miró al suelo y vio una hormiga que, afanosa, cargaba con una hoja siete veces más grande que ella. "Fíjate, discípulo, en esa hormiga. Trabaja y trabaja sin descanso para el grupo, sacrifica su egoísmo individual por el bien común y en su esfuerzo encuentra la recompensa de ser parte del gran engranaje universal...". 

El viejo maestro comprobó, con pesar, que aquella enseñanza no le había hecho mella en el corazón. Entonces recurrió de nuevo al comodín de siempre. "Escucha, todo lo que es tiene su función, su momento y su papel; cuando llegue el momento serás lo que debes ser, y no antes, ni después. La materia vibra a su ritmo y tono, no a otro. Nunca discutas, porque perderás tiempo y energías que deberías usar en concentrarte y saber que eres como un canto rodado, como una gran roca de río: el agua te pule, pero no te traspasa. Si caes en la ira y el deseo de poder habrás perdido. Que cada enojo, cada impulso negativo no sean más que esquirlas de un golpe de agua que te ha pulido un poco más". Entonces, por fin, el alumno suspiró aliviado. Dio las gracias con repetidas reverencias y se fue con el paso lento y sereno a hacer algo de meditación. 

Wu-Tang esperó paciente a verlo desaparecer y rechinó los dientes. Mira que son ganas de tocar las narices. Hizo llamar al guardia del emperador. "Búscame al colega de este tarugo y dile que como vuelva a hacer de consejero sin pedírselo nadie usaremos sus dientes para hacerle un collar a mi perro, ¿está claro?". El guardia asintió y raudo y veloz fue a cumplir el mandato. 

Porque si es cierto que el arrojo y el valor en la vida son grandes virtudes, también es cierto que sólo los necios y opulentos pueden saltar al vacío sin pensarlo. ¿Qué es mejor, el impulsivo o el paciente, el león o la hormiga? Siempre la moderación, el término medio, porque Wu-Tang sabe que vivir es cazar, y todo cazador sabe que debe esperar y calcular el momento adecuado, que debe saber ser león o ser hormiga cuando las circunstancias así lo indiquen. De lo contrario, sólo queda el resquemor con uno mismo, el vacío del salto mal dado y la insondable tristeza del que no supo saltar a tiempo. Además, si fuéramos chinos tendríamos los ojos rasgados y no es el caso. Somos occidentales maquiavélicos y calculadores. Lo que sea, será. O no..., ¿realmente importa?


lunes, 19 de octubre de 2009

Consejo gratis para escritores - Dumas no lo hizo

Este post va a cuenta de una conversación captada por el brazo izquierdo del Equipo en la calle Compañía de Salamanca, esa vía con siglos de antigüedad que, losetas mediante, es una postal eterna a la que está pegada una cafetería igual de arcana que es una mina de historias. Dos aprendices de escritor hablaban de su nuevo curso de escritura, pasándose apuntes como si el acto mismo de poner palabras encadenadas sobre el papel fuera un mecanismo. Craso error. Al contarla se nos vino a la memoria una escena que no es apócrifa, sino verídica, con un periodista de por medio y que luego el sujeto nunca negó, aunque no corroboró. Un célebre escritor, antiguo miembro del jurado del Premio Planeta (de este tongo bien organizado ya hablaremos más adelante...), del que salió escopetado por puro pundonor (y no, no es Marsé), dejó bien enmarcado lo que pensaba (y pensamos) de los cursos y talleres de escritura, como si hubiera una universidad de la literatura. 

El maestro estaba a lo suyo en una facultad cualquiera, hablando con un periodista que le iba a publicitar un libro suyo. Apareció un alumno de un taller literario que daba un buen amigo suyo, y al ver al maestro apoyado en la barra se acercó solícito. El periodista contó luego que al escritor se le nubló la cara nada más percibir por el rabillo del ojo que venía uno "de esos aprendices de Cortázar, barba y pose intelectual incluida" a darle la murga. "Buenas. Disculpe que me meta pero es que Mateo Díez (era el otro autor) ha incluido una obra suya en el listado de temas del curso y me gustaría poder contrastar cómo hizo para estructurar la última novela...". El maestro empezó a cambiar de colores y suspiró, como si se dijera eso de "tranquilo, tranquilo". Le dijo lo que piensan todos: "Simplemente léala". Como el tipo insistía, el periodista se retiró un metro para ver mejor la escena. Conocía de sobra al maestro y barruntaba vulcanización vesubiana. Al final el "tranquilo, tranquilo" no sirvió de nada y el otro, con esa cara de sargento chusquero que tiene le soltó el guantazo: "¿Usted es así de rojo ferrari o se lo hace? No hay fórmulas para escribir, ni talleres ni hostias. ¡¿Usted se cree que Dumas recibió clases para escribir?! O se tiene o no se tiene, y si no lo tiene lo busca leyendo más y escribiendo más. Esto es como tocar el piano: practicar, practicar y más practicar. Ande, vaya a buscarse el don, coño". Aquello fue tan bueno que el plumilla no tardó en dejarlo colgado en un blog, creando así de paso una leyenda que después de un telefonazo reciente resultó ser cierta, no literal pero sí del estilo. Al parecer el maestro usó vocabulario algo más grueso, pero para cincelar ya estamos nosotros. 

Moraleja: como decía De la Rochelle, "escribo y escribo y escribo...". Ya puedes ir a mil clases, tener mil títulos colgados de la pared, como no practiques o tengas talento olvídate. Y como decía Picasso, "que la musa me pille en el taller trabajando". Así que si queréis ser otro Cortázar cualquiera (ni falta que hace, qué tío más pesado, otro como Borges...) abrid el Word, página en blanco y a darle a la tecla. 

viernes, 16 de octubre de 2009

La mejor banda sonora posible: 'Bleu'

Pocas veces la música ha dado tanto sentido a una película como con 'Bleu'. El filme lo dirigió Kristof Kieslowski, pero el alma la puso su compatriota Zbigniew Preisner, un músico absolutamente prodigioso que compuso la banda sonora perfecta. La música daba alma y fuerza a una historia de pérdida completa. Una mujer que dejaba atrás, en un accidente de coche, a su marido y su hija pequeña. El dolor reflejado en el rostro sereno de Juliette Binoche: pero tiene truco, su aparente relajación esconde realmente el sufrimiento excesivo que en algunas escenas es delirante. Recordamos especialmente cuando ella, angustiada cuando la realidad emerge con fuerza por encima de su sedación emocional, arrastra su puño cerrado por un muro de piedra, pelándose los nudillos, sangrando por sus dedos retorcidos. 

El azul lo domina todo, la metáfora de la tristeza, pero también de la liberación en la iconografía revolucionaria a la manera francesa. Azul es libertad, blanco es igualdad, rojo es lucha y fraternidad. La protagonista se libera finalmente, pero lo hace a través de la asimilación de la pérdida, y para hacerlo termina la partitura que su marido músico fallecido había dejado inacabada. Entonces estalla la última versión final de su obra. El mismo tema inicial, esa canción de Europa, repetida por Priester al final pero con otra carga emocional. De las pocas cosas que ponen los pelos de punta a más de uno. Recomendamos la película, pero todavía más la banda sonora, porque el film no se entiende sin los acordes, pero sí estos sin las imágenes. Probablemente el músico le ganó la partida al cineasta. 

jueves, 15 de octubre de 2009

Guía para leer a William Shakespeare


En los grupos de teatro amateurs de todo el mundo llega el momento Shakespeare, en el que los actores tienen que enfrentarse a uno de los grandes monstruos de la literatura. Después de leerle ávidamente durante años, llegamos a la conclusión de que a Willy the Bard le pasaba lo mismo que a Homero, que debía ser trascendente y genial hasta para ir a mear. Introducirse en el mundo del bardo es complicado, porque el lector no tiene apenas ayudas a un lenguaje y una forma de escribir antediluviana. Un célebre actor inglés hablaba, en el documental maniaco depresivo de Al Pacino 'Looking for Richard', que la forma de hablar de Shakespeare ya no existía: "Para decir cógeme el vaso empezaba con 'usa las alas de Mercurio para atravesar el hogar y recoger con las manos el recipiente'". Dicho de otra forma: es un clásico y hay que ir a él de rodillas, y eso duele. Por eso hemos decidido, para todos esos actores y lectores salmantinos (y de fuera) que quieran ser un Hamlet cualquiera, una especie de guía culinaria para leer al bardo. 

Aperitivo: Con paciencia, es mejor leer alguna que otra comedia costumbrista suya, para abrir boca. Recomendamos 'La fierecilla domada', 'Trabajos de amor perdidos', 'Como gustéis' o 'Mucho ruido y pocas nueces'. De esa forma el lector se hará con la forma de expresarse en dramaturgia de William y abrirá boca para otros platos de más calado. También puede leerse 'Romeo y Julieta', no por comedia sino porque su argumento está tan manido y es tan popular que leerlo no será complicado.

Primer plato: Aunque están dentro de la categoría de comedia, el siguiente escalón debería ser 'El mercader de Venecia', por ser de los textos más representados y usados, pero también habrá que ponerlo un poco más complicado. Coja usted un buen diccionario y atrévase con 'Sueño de una noche de verano' (¡viva la metáfora!). Son dos buenas opciones, y una tercera sería, por padecer de gula, 'Ricardo III'. Si sois capaces de leer esta obra maestra sin pestañear, entonces casi que no necesitáis la guía. Simplemente es sublime, especialmente el monólogo de Ricardo al principio: "Ahora, el invierno de nuestra perdición, se convirtió en verano por este sol de York...".

Segundo plato: Aquí viene la artillería pesada, las piedras de toque y las que siempre deberá atreverse en algún momento a leer. Es como hacer el amor, montar en bicicleta, sufrir la gripe o conducir: más tarde o más temprano tendrá que pasar por ello. Agarre también un buen diccionario y un paquete de Almax: por este orden, 'MacBeth', 'El rey Lear' y 'Hamlet'. Para nosotros estas tres son la Santísima Trinidad del bardo, a la que habría que añadir, creemos, 'Ricardo III'. Con esas cuatro ya está más que servido. Pero podría añadir 'Julio César' (muy buena, y con una excelente adaptación al cine de 1953 de Mankiewicz), 'Enrique IV' y 'Enrique V'. Vale, son muy buenas, pero para nuestro gusto no alcanzan a las otras cuatro.

Postre: Para cerrar podría atreverse con algo más que teatro, por ejemplo los 'Sonetos', tan famosos como la obra en drama. Otra opción es volver a la comedia. Quedarían en el tintero 'Noche de reyes', 'Las alegres comadres de Windsor', 'Los dos hidalgos de Verona' y 'Medida por medida'. Y una rareza que ha sido adaptada al cine por más de uno, pero disfrazada: 'Cuento de invierno'. 

Bueno, pues ya tenéis el menú. Ahora depende de vuestra voluntad. Por supuesto se trata de leerlos en español, porque hacerlo en inglés como hizo varias veces LC es un poco quimérico. Se entiende, pero no se digiere gustosamente si no se termina de asimilar todas las acepciones del vocabulario. Eso sí, el reto final es leer 'Hamlet' en inglés: espectacular. Y una vez más, antes que nada, un buen diccionario. Lo necesitarán si no están acostumbrados. 

miércoles, 14 de octubre de 2009

Es bueno ser la oveja negra

Ah, el regusto de ser la oveja negra de la manada, siempre tocando las narices, siempre mirando de soslayo, siempre metiendo el dedo en el ojo, hallando el error en todo..., fijaos en la imagen, esa cara de mala gaita, avispada y tenaz frente a la bobalicona oveja blanca. Uno de los discípulos distraídos de Hans Kung, Harald Niemanns, escribió varios artículos sobre esa figura tan denostada y al mismo tiempo tan pertinaz. Una de sus frases tajantes era: "Hay cierto placer irracional en la idea de ser el único que rema en dirección contraria, como si el saberse minoría solitaria con un discurso propio le diera la razón por puro antagonismo". Esa consideración siempre desemboca en cierto tipo de manías persecutorias, como si ser la oveja negra fuera malo. Que va, simplemente son ganas de tocar los cojones.

No hay nada malo en ser la oveja negra: es saludable. No se trata de ser Pepito Grillo, porque el insecto en cuestión era un moralista insufrible que se pensaba que todos los demás somos idiotas. Básicamente el Pepito Grillo piensa que sus consejos son incuestionables y que cuando dice o hace algo carga con la cruz del mundo a cuestas. Cuánta egolatría moral. La oveja negra es desconfiada, irreverente, no se fía ni de su sombra, siempre mira con las cejas en V porque para ella siempre huele a podrido en el Estado de Dinamarca (¡qué frase, qué frase!). A la oveja negra siempre le sacuden pero se aguanta. Siempre le bailan el agua, pero se aguanta. Siempre la señalan con el dedo índice de la credulidad bovina ajena, pero siempre espera ver a los demás estrellarse para acercarse luego al borde y decir eso de "te lo dije". O no, quizás simplemente pone en solfa todo lo que le dicen. 

Bien mirado, la oveja negra es cartesiana, que es lo que se debe ser en un mundo donde todo se da por sentado y lo cuestionable se disfraza de sagrado. Y la culpa la tienen los medios, que uniforman a la sociedad con una efectividad que ni siquiera consiguieron la religión, la ideología y el Estado. Manda narices el método: son tan buenos que incluso abren vías de escape preparadas para los que no se quieren unir a la masa dominante, crean minorías controladas en función de los gustos estéticos (tribus urbanas) y al marginarlas le dan carta de rebeldía. Todo está pensado, salvo para la oveja negra, que en su paranoia completa y absoluta desconfía incluso de sí misma cuando se ve en el espejo. Entonces pregunta eso de "¿quién será esa vestida de negro que me mira raro?". 


domingo, 11 de octubre de 2009

IV Festival Smash de Música Contemporánea

La vanguardia absoluta en música no está en las calles de ninguna gran ciudad, ni en los guettos, ni el Londres ni en los arrabales de ninguna megalópolis. Está en pequeños estudios de edificios clásicos donde jóvenes compositores llevan al extremo la música sinfónica. Ejemplo, el IV Festival Smash de Música Contemporánea. Mientras los géneros populares (rock, pop, hip-hop, etc) no dejan de reciclarse para dar más de lo mismo sin avanzar, cuando las modas cíclicas no dejan avanzar (por ejemplo, ahora se pone de moda el soul femenino, lo que implica que nadie inventa nada nuevo), la música sinfónica contemporánea bordea las fronteras de lo posible y se exhibe en certámenes pequeños, para minorías, pero donde el 80% de lo que suena son estrenos. El IV Festival Smash arrancará el próximo 28 de octubre y terminará el 1 de noviembre, vuelve con el sobrenombre de 'La Resistance', porque lucha contra la crisis, contra el desconocimiento y por hacer visible un arte que es incluso minoritario entre los melómanos clásicos. Sólo para iniciados, dicen, pero que es lo más progresivo y vanguardista: es lógico, porque su repertorio está en plena formación, como si hubiera un tanque vacío que hubiera que llenar hasta rebosarlo y entonces empezar a vivir de lo acumulado, como el clasicismo. 

Todo será en el Auditorio San Blas, pequeño, coqueto, algo frío a nuestro entender, y siempre a las 20.30 horas. En cuatro años han migrado demasiado: de la Hospedería Fonseca a la Sala B del CAEM, de ahí al DA2 y a Fonseca de nuevo, y después a San Blas. La oficialidad no sabe bien qué hacer con Bertrand Chavarría y el resto de miembros del Smash Ensemble, que para nosotros además de grandes músicos son pioneros y valientes porque no se van a Valladolid o a Madrid, o a León, donde les enseñen billetes, sino que se quedan en la Salamanca de los dos conservatorios que pasan desapercibidos, en una ciudad que acumula orquestas de cámara pero que sigue, todavía, sin un circuito estable. Si se pudo conseguir con la música comercial y crear 'Salamanca es Música', ¿por qué no se puede hacer lo mismo con lo sinfónico y coral? ¿Hay fobia a determinados géneros y artes? ¿Miedo al vacío de no ser popular...?

sábado, 10 de octubre de 2009

Momento Zen de la semana

Un discípulo impaciente le preguntó a su sabio maestro Wu-Tang: "¿Por qué yo trabajo el doble que Wei, el capataz no hace ni dice nada y el emperador nos da los mismos sacos de arroz?". El sabio fumó de su pipa y miró hacia el cielo. Luego a su discípulo, y con cara de póquer le contestó: "El perezoso siempre carga su estupidez en los hombros del que no lo es". El discípulo asintió. Pero eso no le quitaba su amargura. "¿Debo pues, maestro Wu-Tang, dejar de trabajar para hacer justicia?". El sabio volvió a mirar al cielo. "No, porque entonces serías igual de perezoso que él". El discípulo dijo que sí, que efectivamente, tenía razón. "Pero maestro, ¿cómo puedo entonces eliminar esta injusticia que me devora la voluntad?". 

Wu-Tang, progresivamente hastiado de su quejica discípulo, miró a la tierra y luego suspiró. "Debes ser como una roca de río, que el agua te sobrepase pero no te atraviese, que la corriente te pula en lugar de destruirte. Cuanto más pienses en el mal más cerca estarás de ser igual que ellos. Sosiega tu alma y sigue haciendo lo que hasta ahora, simplemente deja que el agua no te atraviese...". El discípulo, finalmente satisfecho, agradeció el consejo y se fue con el alma en paz. 

Entonces Wu-Tang llamó a uno de los guardias y con sumo cuidado susurró a su oído: "Dile al capataz que o pone a Wei a trabajar más o le rompo las piernas. Como tenga a este pesado todo el día quejándose me va a dar un jamacuco, ¿estamos?". El guardia se fue diligente y el sabio respiró tranquilo, porque aunque es cierto que debemos ser como piedras de río y no dejar que la fuerte corriente nos destruya, también es cierto que una buena presión ejercida en el punto adecuado hace milagros en la voluntad de los inútiles y perezosos. Pero no sería él, desde luego, que la excelencia y la virtud tienen una imagen que no debe ser manchada...

Dejemos pues, que nos pula la corriente del río de la vida, porque si no... crack.

viernes, 9 de octubre de 2009

Fotografía teatralizada: el nuevo arte

¿Qué tendrá la fotografía que últimamente nos llega a lo más profundo? Quizás es que entra por el sentido más sobredimensionado y utilizado por el ser humano, por el que entran la mayor parte de las artes. La visión se abre para que las imágenes se conviertan en verdaderos mitos reales ante nosotros. El vacío del arte contemporáneo basado en ideales personales de los artistas aquí son mensajes que cobran un sentido pleno, como pequeños flashes de una película. La fotografía teatralizada o escenificada es una historia, una performance detenida en el tiempo donde el autor toma una serie de imágenes que expresan algo de forma cerrada. Así, por ejemplo, cuando se pasea por una sala llena de estas imágenes da la sensación de que se está frente a un fotograma de una película más larga. Como brochazos de un cuadro impresionista. Así se abre camino el nuevo arte de la fotografía que no es manipulada, sino dirigida desde la base. Ejemplo: una escena de violencia, así que metéis en un recinto a tres tipos con bates y ellos asumen el momento de un ataque. La fotografía ya está hecha, y el mensaje también. Mucho mejor que irse a un guetto a buscar camorra, ¿no?

Todo esto sale a cuento de la nueva exposición del DA2, una de las mejores. Asumimos que otras muestras no han tenido tanto éxito en nuestro gusto hastiado, pero lo cierto es que finalmente los que conducen esta antigua cárcel convertida en centro de arte nos han pillado la vena con la aguja. ¡Dadnos más! En perspectiva queda ya Erwin Olaf, adelantada al 23 de octubre, y por lo que sabemos puede ser de auténtico órdago. ¿Se llenará de gente por fin el DA2, que siempre parece semidesierto? Porque animadversión no tenemos, eso seguro. 

PD: La imagen superior es 'Meeting point II', de Manuel Bautista. La de abajo, de Tim White. Para que no nos digan luego que si copiamos las fotos y no decimos nada y tal y tal...

jueves, 8 de octubre de 2009

La verdad sobre el arte contemporáneo

Sobre el arte contemporáneo a raíz de una nueva exposición en el DA2 hay una frase de LC que lo explica todo, a pesar de que haya cometido no uno sino dos errores garrafales en un sólo día. Pero bueno, se le perdona porque en el fondo es una hormiga que se mira en el espejo y ve sus pifias como lecciones. Demasiado Sun-Tzu lleva a estas situaciones de humildad punitiva. Porque como bien dijo un sabio, "puedes hacer nueve cosas perfectas, pero cuando la décima esté mal, nadie se acordará de las anteriores nueves". Pero a lo que íbamos, la gran frase: 

"El arte contemporáneo siempre será lo contrario de lo que usted ha creído entender, y cuando crea haber pillado el truco, entonces estará realmente equivocado"

Dicho de otro modo: que hay que tener más cuidado con lo que se dice y hace respecto al arte posterior a 1918, entre otras cosas porque se trata de un discurso solipsista. El arte abandonó su función como forma de comunicación cuando el primer impresionista decidió que era más hermoso y auténtico un rostro con cuatro trazos que no un dibujo sobre el que pintar luego. Desde entonces la espiral del artista se ha cerrado tanto que ha perdido por completo cualquier lazo con el ojo del público. Dicho de otro modo: han creado un universo cerrado al que sólo se accede con guía, con dinero (para comprar la obra) o con fingido esnobismo. En el fondo Antonio López tenía razón: "El artista se queda solo si los otros no le entienden, y entonces su trabajo no tendrá valor alguno". Claro que tampoco se pilla a la primera al Picasso más abstracto y aún así nos gusta. Lo dicho en la frase: no me entero, y cuando lo hago entonces realmente no me entero de nada. Por ejemplo: ¿qué ha querido decir Cai Guo-Quiang con estos coches colgados en el Guggenheim de Bilbao?

martes, 6 de octubre de 2009

Dos recomendaciones en Madrid

Primera, en Madrid y fabulosa: El Prado, por fin, mete parte de su colección de pintura del siglo XIX en el propio edificio. Una inepta deuda adquirida desde hace demasiados años queda saldada para siempre. La colección más extensa de El Prado no estaba a la luz, con cerca de 3.000 cuadros, y que ahora por fin estará al aire junto con Goya y compañía. Desde que años atrás empezaran las eternas obras del Casón del Buen Retiro y los cuadros perdieran visibilidad (sólo el Guernica tuvo el honor de salvar su imagen migrando al Reina Sofía) había una cuenta que saldar y finalmente se hizo realidad hace bien poco. Ahora lo abrirán con todo el boato y de paso darán exigua justificación a los millones de euros que salen de nuestros impuestos y que sostienen a la Familia Real: enviarán a alguno a hacer los honores y tal y tal. 


Segunda, también en Madrid (qué raro...) y todavía más fabulosa: CaixaForum muestra lo mejor del arquitecto renacentista Palladio (1508-1580), padre del arte moderno de construir casas y templos, recuperador del estilo romano, durante los próximos meses. Maquetas, cuadros, vídeos, dibujos originales de sus trazos para construir los edificios canónicos de la modernidad europea y una detallada historia de su vida y obra, fundamental para entender el Renacimiento y la arquitectura posterior. Baste decir que es el autor, en 1570 (evidentemente publicado en Venecia, la patria de los libros), del tratado 'Los Cuatro Libros de la Arquitectura', la suma canónica del conocimiento de la construcción de entonces, y que todavía hoy es pieza obligada en los estudios de esta disciplina. 


lunes, 5 de octubre de 2009

82 samurais y el Museo Oriental de Salamanca


¡¡¡HEMOS VUELTO!!! En realidad dejamos a un becario al mando durante unos días de relax y resulta que se ha dedicado a jugar al Tetris y bajarse películas con muchas X en los títulos. No preocuparse, ya le hemos guillotinado y su cabeza juvenil decora ahora la chimenea de la sede del Equipo. 

Escribimos hoy de Salamanca y el famoso misterio del Museo de Arte Oriental del que hablamos tiempo atrás: las piezas son en su mayoría falsas, o copias recientes de las que fueron más antiguas. Sin una tasación pública a manos de expertos no se puede decir que una piedra es una talla Ming con seis siglos. Nosotros también podemos decir que el cuadro que tenemos en casa es de Picasso y negarnos a que lo tasen y valoren. Sin pruebas no hay bendición. La cuestión está en que uno de los dueños de la colección, Nicolás Gless, se hinchó como un globo mientras presentaba la nueva exposición 'Samurais: El alma de Japón' (82 grabados y 20 piezas de cerámica) cuando le volvieron a preguntar por ese tema y el presupuesto de una exposición de piezas privadas con dinero público. Lo que en cualquier otro país democrático del mundo sería lo más natural aquí es una rareza: de hecho, se cabreó con la prensa. Eso demuestra que si salta es por algo, que a todos estos arribistas y buhoneros fraudulentos se la trae al pairo la cosa pública y que nuestro dinero en impuestos, al menos la parte proporcional que le toca a Salamanca, se dedica a exponer piezas falsas. A eso se le llama fraude, aquí y en la China Popular, que diría Pepe Luis Carod-Rovira. Pero no importa, si don Julián dice que el cielo es verde y el sol malva, pues el cielo es verde y el sol es malva, como en 'La fierecilla domada'. Si Shakespeare estuviera vivo y le conociera, Dios nuestro, ¡¡qué gran comedia universal saldría de este burdel cultural!!

jueves, 1 de octubre de 2009

Pythonesque (Gervaise de la Rochelle)

El nunca descubierto por el gran público, Gervaise de la Rochelle, se pasó media vida escribiendo renglones épicos sobre el sentido de la vida. Eso quedó para el público en general, cuando escribía cada día una pequeña columna en varios periódicos ingleses. Pero en la vida privada hizo siempre honor a un viejo dicho que luego los Monty Python adoptaron y entregaron envuelto en papel de regalo al mundo: "La trascendencia y la seriedad moral son las facetas del temeroso de Dios. Yo no vi a Dios por ningún lado en Normandía ni en el resto de la guerra, y eso que le busqué, así que...". De la Rochelle mantuvo siempre distancia suficiente con esa forma tan socorrida de ver la vida, como una especie de lista de deberes entre los que estaba hacer algo bueno por los demás. Se aficionó a gastar bromas en los funerales, a reírse de la la reina y del primer ministro de turno. Hacía unas imitaciones geniales de Churchill borracho y adoraba una pieza de Julius Fucik, 'The entry of the gladiators', de las más cómicas imaginables. Sus dos caras se acoplaron a la perfección incluso después de muerto: su hijo Jacob siguió con la tradición de mentir como un bellaco y crear referencias falsas al más puro estilo borgiano. 

Cuando lo deseaba sabía ser épico y trascendente, incluso pedagógico, eso que gusta tanto a algunos; pero por dentro se mofó y rió de todo y de todos durante toda su vida. Y cuando alguien le preguntó por qué hacía esas cosas, él se limitó a encogerse de hombros y recordar el 6 de junio de 1944: "Querido, yo he caminado por el infierno, he mirado a los ojos del diablo, así que no me vengas con tonterías...". Varios años más tarde, la biblia literaria de la Cámara de los Comunes en Westminster, algo así como un diccionario académico del inglés, recogía el adjetivo "pynthonesque" para definir la visión de los MP, la cual, según contaría más tarde John Cleese, se debía en gran medida a lo que le enseñó De la Rochelle en Cambridge. Lo mejor de todo eran sus delirantes cartas bajo nombres falsos o fingiendo ser una jubilada de Norfolk, o un abogado de Bruselas, o una viuda oligofrénica de Munich, de las que hablaremos algún día. Eso sí, su vanidad no podía permitirle no figurar de alguna forma, y en todas existía siempre la misma firma secundaria: Borgo Caen Victory Looser. Esperamos que algún día el mundo le conozca mejor de lo que le intuye ahora.