jueves, 21 de mayo de 2009

Red Café Música (Festival de las Artes)


Solución para los disgustos laborales (cuando el individuo se percata de la estupidez congénita ajena y la ingenuidad propia y repite la frase de Homer Simpson de "ganas de matar aumentando..."), para las desgracias personales (habrá algún camino de baldosas amarillas más allá del arco iris, que decía Judy Garland antes de escoñar su vida) y para el hastío: los pequeños conciertos. El Corrillo y el Irish Rover Theatre de Salamanca son las dos sedes de Red Café Música durante el Festival de las Artes. La calidad a veces se confunde con la extravagancia, pero eso no quita para que las cosas que se le ofrecen puedan ser más que interesantes. Nos referimos a que las perlas pequeñas son muchas veces más hermosas que los grandes diamantes que parecen cristalitos, ya nos entienden, pero la verdad es que hay mucha música experimental en la programación, nuevos sonidos que deberían tener su oportunidad para demostrar que no todo bebe de las mismas fuentes. Ya lo hemos dicho hasta la extenuación: "se llega antes al éxito por la diferencia que por la contundencia". 

El ciclo arranca el 29 de mayo con Aaron Thomas en El Corrillo (23.00 horas), sigue el día 30 con Dead Capo en el mismo sitio y hora (música instrumental imposible de clasificar) y salta luego al Irish Rover el 4 de junio con Space Jahourt (22.00 horas), con su particular versión "post-apocaliptica" de la 'chanson français'. Seguimos: Zoo el 5 de junio en el Irish Rover (22.30 horas); el 7 de junio, Jazzeria en El Corrillo (22.00 horas), jazz al estilo castellano con un joven espíritu. Finalmente, Remate en El Corrillo de nuevo (22.30 horas), con guitarra acústica, folk, piano y muchas ganas de redefinir la música con un estilo Johnny Cash muy personal; y para cerrar, el hijo 'raro' de Jodorowsky (hablando de tipos desconcertantes), Adanowsky (el de la foto), que cerrará el ciclo el 13 de junio en el Irish Rover (22.30 horas), con una puesta en escena "delirante" que tendrá que cohibirse un poco visto el pequeño tamaño del escenario. Si se acercan por Salamanca sólo vayan, aunque sea por las birras, las copas y oír algo raro, que igual les gusta. 

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