sábado, 30 de mayo de 2009

Envidia malsana de Barcelona

Cómo envidamos Barcelona en estos momentos. No por las glorias deportivas (GRRRR) sino por el cada vez mayor Salón del Cómic. Envidia malsana de ver cómo Batman cumple 70 años como creación heróica y gótica del cómic y lo celebra allí con un número especial; celos al leer las entrevistas de Mike Mignolla, padre de Hellboy, en las salas del Salón; miseria moral cuando sabemos que lo mejor del noveno arte se pasea libremente por Barcelona, libres del movimiento de masas de fans que tienen en Estados Unidos, mezclándose entre sus acólitos españoles, franceses, italianos y alemanes que pierden el honor y el culo detrás de ellos. Pero sobre todo tristeza porque somos conscientes, como publicamos tiempo atrás, que Salamanca es una de las mayores canteras de ilustradores de España, que por su facultad de Bellas Artes ha pasado lo mejorcito de la región y del norte de España, y que hay una fuerte minoría de consumidores de cómic de todas las edades y condiciones sociales posibles que son fieles, con crisis incluida. 

No es de recibo que no haya un Salón de Cómic en Salamanca, pero entendemos que todo no va a ser, salvo porque organizarlo sería tremendamente sencillo (lo haría todo el grupo que trabaja alrededor de la librería Shogun) y relativamente barato. Sería la típica historia que debería recaer en la iniciativa privada, especialmente de las librerías y las editoriales con olfato: recuerden que en Salamanca hay dos universidades repletas de potenciales compradores y fans. Basta un paseo de fin de semana por la ciudad y fijarse en las camisetas de cualquier persona menor de 30 años para darse cuenta (aunque luego, en la librería Shogun, nuestra gente haya pillado a más de un cuarentón trajeado comprando series enteras de Thor, Batman o Tintín). Piénsenlo. Mientras tanto, vayan hoy al concierto de Cycle: ¡¡Viva el pop electrónico de gafapastas!!! (risas enlatadas). 


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