La bicicleta es como el pulgar prensible en los homínidos: el salto definitivo hacia la civilización. No estaría de más medir el grado de progreso y de convivencia de una sociedad en función del número de bicis que se ven circular por la calle. No sólo es más barato, sino que por cada bici hay un coche menos que atasca el tráfico; se hace ejercicio y es más divertido. En ciudad es la solución ideal y hace no mucho un grupo universitario creó el baremo-bici para medir si una ciudad es "liberal y civilizada". Recientemente Corso Expresso puso una mini delegación temporal en Vitoria y se dio cuenta de por qué la ciudad supera a la mayoría en civismo y progresión sociológica: mucha gente joven, y la que no lo es aparenta varios años menos; todo está lleno de bicicletas, se habla más de una lengua, el patrimonio arquitectónico está bien cuidado y tiene sentido, el transporte público funciona y es usado masivamente por la población. Y sobre todo, las caras, los rostros, se detecta una alegría de vivir que otras ciudades esconden bajo toneladas de polución, caos y tópicos. Además Vitoria está rodeada por cuatro parques inmensos, al estilo de Berlín: salga por donde salga usted se da de bruces con un árbol. Conocemos una ciudad que por tamaño y aspiraciones debería ser como Vitoria, sin embargo ni es consciente de ello ni pretende serlo.
No importa cuánto se ame la ciudad natal o la tierra que le vio nacer, porque si nadie hace nada para mejorarla se convierte en una ciudad-fosil incapaz de ser aquello que sueña y que cada vez queda más lejos. Es una revolución mental, de cada ciudadano: las grandes sociedades seimpre nacieron de cambios culturales que las hicieron más liberales y abiertas al mundo, sin prejuicios ni ese olor rancio de las comunidades conservadoras encerradas en sí mismas; y sobre todo, con industria, que es el imán que atrae el progreso material necesario para dar el salto mental posterior. Y eso no significa ser de izquierdas, porque Vitoria ha sido siempre el bastión conservador y nacional del País Vasco. Eso ya no sirve de excusa para no destrozar el futuro de una sociedad en crecimiento. Por cierto, aparte de los erasmus y algún que otro con sentido común, ¿ven mucha gente en bici por Salamanca...?
1 comentario:
Te imaginas Salamanca con las bicis tuneadas de los canis? Teniendo en cuenta que el Lanzabotes quiere poner un tranvia pero no llamado deseo... Y teniendo en cuenta que pasaria por la Gran Via, lugar de copeo por excelencia, los atropellos pueden estar a la orden del dia... Pero no pasa nada, lo importante es lo que se vea de cara a la galeria y no de arte precisamente. Señor Expreso (he de confesar que soy mas de cafe con leche) te animo a que hagas un post a cerca de los canis. Que por que? porque este blog habla de cultura y es necesaria una mencion a la anticristo de la cultura...
Publicar un comentario