domingo, 28 de septiembre de 2008

El Reino de la Novela Gráfica


Hace mucho que el cómic dejó de ser aquello que rellenaba las páginas de los tabloides entre los deportes y las noticias de economía. Hace también mucho que el cómic en España escapó de las garras de lo obvio y de los submarinos de la subversión de los tiempos franquistas, cuando TBO o el Capitán Trueno eran lo poco que el verdugo dejaba escapar entre los dedos. Pero han hecho falta casi treinta años para que la novela gráfica ibérica haya escapado de la ignorancia supina de los medios y la sociedad española, anclada todavía en ese mediocre desprecio que es la ecuación cómic=niños o adolescentes retraídos. La Casa Encendida de Madrid, el IVAM y el cada vez más poderoso Salón del Cómic en Cataluña dejan muestras de que eso no es así.


Dos generaciones se entrecruzan hoy; por un lado la que supera los 30 años y lleva muchos callos en las manos, gente como Paco Marchante, Luis Durán, Paco Roca, Ramón Trigo, Raquel Azlate o Carlos Maiques, por citar apenas un puñado de los que 'El Cultural' ha laureado en sus páginas en la última semana de septiembre. También habla de esa nueva hornada que sale sin complejos y con la idea de que lo revolucionario y antisistema quizás sea tan espúreo y estéril como el tradicionalismo. Marca tendencia el equilibrio. Todos marcados por el año 1977: Luci Gutiérrez, Gustavo Rico, David Rubín, Fidel Martínez, Carlos Vermut, Alberto Váquez, Alfonso Zapico o el ruso adoptado Nicolai Troshinsky. Falta uno, el exiliado laboral David Aja, un rebotado de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca que abre a machetazos el camino de la novela gráfica y deja a sus compañeros de promoción dedicados a hacer arte por los medios de siempre. Las dos ilustraciones son suyas.

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