No sirve de nada cubrir todos los espacios y alimentar la mediocridad popular con conciertos de pandereta ibérica: el folk salmantino auténtico está arrinconado. Encima cada edificio histórico que amenaza de ruina, en parte por el abandono deliberado de las instituciones, es devorado por las constructoras para hacer el enésimo bloque de pisos que no van a poder vender por la crisis. Conservan la fachada y santas pascuas, en lugar de reformar el edificio y reconvertirlo en un lugar habitable. Eso si se quedan con la fachada, porque la mayoría de las veces se la cargan.
Hay mucha, muchísima hipocresía y ceguera en Salamanca: sueñan ser un dragón pero no son más que esa bestia de varias cabezas. Si quieren de verdad ser un referente no pueden traer a Bustamante y demás ralea de malos imitadores latinos para hacer botar a varios cientos de adolescentes y señoras con la cadera de aluminio. Eso no es cultura, es un parche mal puesto. Els Joglars sí que es algo destacable, e incluso hasta cierto punto (y cogiéndolo con pinzas) lo es Amaral. Pero da igual, jamás será la Oxford latina, porque para eso hace falta un Plan Maestro que ni el PP ni el PSOE serán capaces de poner en marcha. Porque la izquierda charra es igual de chabacana: simplemente quitarían a unos cortesanos para poner otros pero con el discurso cambiado. En fin, seguiremos con el exilio interior...
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