lunes, 26 de julio de 2010

Bufones


Dicen que "ladran, luego cabalgamos". En los dos últimos meses varios mensajes han demostrado que a veces tenemos razón y hemos metido el dedo en el ojo. No al poder, que sigue pasando de nosotros (¿eso es bueno o es malo?). Sobre todo con el negocio de la música, ése que no entiende que su futuro está en la red, no en hacer discos donde se gasta demasiado haciéndolos y luego el que paga un precio desorbitado es el público (loado sea iTunes, si ellos pueden, ¿por qué el resto no hace lo mismo y pasa de la parafernalia y graba directamente para la red y reparte beneficios?). De todas formas, Salamanca es muy pequeña y España muy grande, así que las cuentas, al Rey. Nuestra misión no es otra que exaltar lo que nos parece bueno y digno de esta ciudad y de fuera de ella, y lo hemos hecho con la misma pasión con la que hemos puesto a parir todas las medianías sin futuro que han intentado colar como buenas. Y es el gusto el que nos guía, y cierto conocimiento acumulado que sigue siendo limitado y ansía expandirse. Aquí hemos leído demasiado a Darío Fo como para no pensar que el mundo es un gran escenario donde sólo los locos, los tontos y los bufones dicen la verdad. Hasta cierto punto hemos intentado ser lo primero y lo tercero, pero sospechamos que sobre todo hemos sido lo segundo. Sea como fuere, hemos criticado a gente que no se lo merecía, porque luego demostraron sus razones y nos retractamos, pero igualmente mantenemos muchas puyas porque si no, nadie las diría. Y si saltan es por algo. En Salamanca sobran cortesanos y faltan más locos y bufones. Luego, si son tontos de remate o no (seguro que lo primero, fijo), lo dirá el tiempo.

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