Hemos dejado pasar el fin de semana porque era un momento especial que, finalmente, ha salido bien. De haber fracasado, los 23 tipos vestidos de rojo y azul habrían vuelto igual que regresaron tantos otros a casa, con el rabo entre las piernas y alimentando la leyenda negra del dolor común. El fútbol es mucho más que un deporte, que un espectáculo o que una mitología nueva, es un espejo en el que se miran millones de personas para alimentar su voluntad o sus sueños. De no ser así, ni los partidos políticos, ni las ideologías ni las multinacionales habrían metido la mano para intentar controlarlo o sacar tajada. Sea como fuere, hay ahora mismo 46 millones de razones para sonreír.
Pero lo más importante, es que algo tan aparentemente mundano y simplón como once personas dándole patadas al balón ha conseguido dar un nuevo sentido a una bandera que siempre había sido vilipendiada y unida a Franco. Ahora ya no es la bandera de los partidos españolistas, ni la de los fachas de derechas, es la bandera de todos porque esos 23 tipos de rojo y azul le han dado nuevo sentido y contenido. Así que, en cierta medida, hoy es el primer día después del nacimiento de la nueva nación española: trabajo, equipo y voluntad de querer.
PD: pero la mejor bandera es la que hemos puesto aquí, no hay nada más ibérico.
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