viernes, 16 de julio de 2010

Ciao, Tacheles...


Lo que tanto habíamos temido ha terminado por suceder: van a cerrar el Tacheles. Después de muchos amagos durante años, finalmente un banco, el HSH Nordbank (sea lo que sea, es un claro objetivo del terror a partir de ahora), se ha quedado con el solar y el mítico edificio, uno de los lugares más queridos por nosotros, por todos los que hemos tenido el lujo de estar en esa gran caja mágica de arte, juerga y libertad, y que va a terminar como pieza para el mejor postor. 

El antiguo dueño entró en quiebra y el banco se quedó con la pieza, el cual, después de muchas prórrogas y de no entender lo que implica el Tacheles (uno de los cuatro destinos turísticos más requeridos en Berlín, con más de 500.000 turistas al año, por cierto…), quiere sacar tajada. El Tacheles está en pleno centro neurálgico de Berlín, en el barrio del Mitte, entre la Friedrichstrasse y la Oranienburgstrasse, que creció en atractivo turístico gracias al Tacheles. La rúa está llena de bares, galerías, clubes y restaurantes gracias a esa célula okupa, cultural, libre, anarquista y que ha seducido a todos los que entraron. Nos sentimos afortunados de haberlo disfrutado aunque sólo fuera un poquito antes de la voracidad inmobiliaria. Nada de prejuicios anticapitalistas. Si algo odiamos son los típicos tópicos, y los lugares comunes, pero no deja de ser tan estúpidamente repetitiva esta negación del arte libre que no podemos dejarlo pasar: sucios malditos capitalistas de mierda…

Recordamos las más de tres plantas enteras de galerías, el patio convertido en salas de exposiciones y circos itinerantes, en los garitos temáticos en cada zona baja del edificio, en los grandes apartamentos desguazados donde artistas de todo el mundo creaban y compartían, los mercadillos de las plantas para vender desde camisetas a pins o esculturas, la cafetería de la planta superior, las escaleras y las paredes cubiertas de graffiti, los focos, las risas, gente de toda Europa mezclada… Trágico. Suponemos que buscarán un nuevo edificio, o migrarán por bloques al Kreuzberg, o asaltarán el ayuntamiento berlinés para ajustar cuentas. Pero por favor, que no se pierda el espíritu que vimos allí...


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