lunes, 29 de diciembre de 2008

San Jorge es lo de menos (leer hasta el final...)


Poco antes de cambiar de ocupación y dedicarse a criar malvas, el viejo maestro de la montaña le dijo a uno de sus discípulos: "hijo mío, más te vale no volver allí donde dejaste huella". En estos días de reencuentros y retornos a difusos palacetes en Brideshead nos acordamos del verdadero San Jorge, el viejo mito celta del guerrero que luchó contra los dragones en Britania e Irlanda. Al hacerlo, al que se siente desgraciado le diríamos que frente a la hipocresía, la malicia y el mamoneo siempre quedará la sinceridad (aunque duela), la fuerza mental (que tantos presumen tener y muy pocos la ejercen de veras) y el trabajo puro y duro. Cuántos cortesanos, mandarines y furcias mal pagadas en general y bufones en particular pululan por el mundo. Cuánta ceguera, cuánta ignorancia. Si leer un libro ha sido siempre un acto de valentía, hoy en día lo es incluso elevado al cubo, no por el hecho de aprender, sino por el hecho mismo de intentar aprender. Pero como dijo San Jorge (el auténtico, no el cristiano): "sólo los fuertes de espíritu sobrevivirán para ver un nuevo amanecer después de la batalla contra sí mismos y contra el mundo". Tened esperanza, el trabajo siempre dará sus frutos. Especialmente aquellos que un día se fueron y al volver se dieron cuenta de cuán bastardo llega a ser la forma de vida humana llamada hombre. 

Pd: Lo de menos es que la Casa Lis traiga lo mejor del gran Alphonse Mucha en mayo. Ya hablaremos de ello más adelante, cuando la Navidad no genere tanta depresión mal negociada e interpretada por los demás. Acudamos felices a algún poema de Neruda o Benedetti, a alguna novela de Dumas, Salgari o Stevenson. Sean felices en este año que se extingue y en el próximo que nace. 

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