jueves, 11 de diciembre de 2008
El Festival de las Artes y los 1,5 millones de maravedíes que le faltan
Mucha gente se ha escandalizado, pero aquí, en este tugurio infecto, pensamos que quizás no sea tan grave. El Festival de las Artes ha decidido, en secreto (hasta ahora, eso sí), buscar patrocinadores privados para sostener el edificio vanguardista que es este evento de quince días. Un infierno para la prensa, un desahogo para la intelectualidad y una caja china sin solución para el resto del populacho que busca cultura y se da de bruces con una vanguardia que no hace pedagogía, que no se explica ni sabe venderse. Resulta que Guy Martini y compañía pidieron permiso para buscar "guita", "pasta", sobre todo en vista de que pasaban de 3 a 1,7 millones de presupuesto para 2009. Vamos, que la Junta de Castilla y León sacó el cuchillo jamonero para recortar gastos en medio de una crisis e hizo lo que todos los gobiernos con dos dedos de frente: meter mano en cultura, deportes e investigación. Entre otras cosas porque saben que si lo hacen en educación o sanidad los sindicatos le montan un pollo que ni el gobierno griego de hoy en día. Así que al final siempre paga el pato el más débil: lo virtual, lo cultural. La organización del Festival, que depende de la Fundación Siglo, que a su vez genuflexiona ante la Consejería de Cultura de la Junta, ha tocado al menos a 300 empresas, españolas y extranjeras, para así poder dar sentido y recaudar fondos para evitar que el festival se convierta en una medianía (aunque ya lo sea por otros motivos...). Buscar patrocinadores privados no es malo, es parte de la tradición milenaria del mecenazgo, pero vivimos tiempos en los que la ligazón público-privado se mira con lupa y desconfianza. Malo, porque la cultura sigue siendo tema privado, les guste o no a los progresistas, pero también algo fundamental para la civilización y que debe ser alentado incluso con impuestos, le guste o no también a la derecha. Oficialmente no es que quieran llegar a los 3 millones de euros, pero no estaría de más para ellos. El precio es sencillo: si quiere usted ligar el nombre de su empresa a nuestro festival tiene que pasar por caja y poner 10.000 euros. Aquí, en Corso Expresso, apoyamos una iniciativa que sólo tiene un fallo: se hizo en secreto, de tapadillo, como si fuera un crimen. Pero, les han pillado in fraganti.
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