jueves, 25 de diciembre de 2008

Charles Dickens y la verdadera Navidad

La verdadera fecha de nacimiento de Jesús no se encuentra registrada en la Biblia. Sí, efectivamente esta vez no hablaremos de cultura sino de fiestas, porque es Navidad y en estas fechas sólo la lírica decimonónica tiene cabida en los auditorios y escenarios. ¿Para qué gastarse 20 euros en escuchar a Verdi, Beethoven o Puccini cuando se tiene una mariscada en la mesa? Pues eso, que como decían los goliardos, “primero la barriga y luego el alma, que la primera siempre mendiga”. Lo cierto es que la fecha que usted celebra hoy es una invención surgida de varios concilios encadenados y del capricho de Constantino el Grande. De todas formas, la verdad es mucho más frívola, pero tendrá que leer usted hasta el final para saberlo. Los romanos celebraban el 25 de diciembre la fiesta del "Natalis Solis Invicti" o "Nacimiento del Sol invicto", asociada al nacimiento de Apolo. Cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C., el 25 de diciembre debió ubicarse entre el 21 y 22 de diciembre del gregoriano actual. De esta fiesta, los primeros cristianos tomaron la idea del 25 de diciembre como fecha del nacimiento de Jesús. Los pueblos germánicos tenían el 26 de diciembre como la fecha del nacimiento de Freya, diosa del sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol perenne (¿les suena?) que representaba al Yggdrasil o árbol del Universo. Y eso por no hablar de los ritos celtas que desde el norte de Escocia hasta el sur de Portugal asociaban el Solsticio de Invierno con su particular panteón naturalista. Así, la costumbre pagana se convirtió en sello cristiano por una pura convención, lo que debería hacernos pensar a todos muy seriamente sobre la seriedad del cristianismo…, pero ésa es otra historia. 

Y ahora, la verdad: ¿saben quién fue el verdadero responsable de que la Navidad actual esté asociada al árbol, las reuniones familiares, la compasión, los regalos (versión materialista de la generosidad con los pobres), la nieve y los buenos sentimientos? ¡Fue Charles Dickens! Su 'Cuento de Navidad' se hizo tan famoso en los países anglosajones (todos los años era editado y distribuido en reuniones sociales y colegios) que terminaron por convertirlo en modelo a seguir de la virtud, muy protestante, por cierto. Y de paso, nosotros nos lo tragamos con el ascenso de la cultura "english" en el siglo XX. Así pues, Literatura 1, Mundo Real, 0. Quién lo iba a decir, el torturador de Oliver Twist...

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