Concierto de Depeche Mode - La resurrección de los muertos
La piratería cultural tiene dos virtudes. La primera es el precio: es un acto de justicia que se puedan comprar discos por 2 euros, sobre todo cuando el coste final para la productora y la distribuidora suele ser tan ínfimo que casi resulta irrisorio. Alguien me habló una vez de 12 céntimos el disco, y ellos los venden a 20 euros. Hagan números. La segunda virtud es que los músicos, en vista de que les han torpedeado en la línea de flotación (las ventas de discos), han decidido recordar que son lo que son y las giras de conciertos han vuelto a ser lo que eran: fiestas, un tributo a la música y a los fans. Las antiguas giras descomunales para hacer caja que se perdieron en los años 80 han vuelto. La era del CD ha durado un suspiro, apenas 15 años de holgazanería y de grabar en estudio: ¿cómodos, eh? Un ejemplo regional será el concierto del 8 de julio de Depeche Mode. Me matará alguien por esto, pero esta nueva era musical también supone una verdadera resurrección de los muertos: grupos supuestamente acabados que resulta que nunca se extinguieron, simplemente se quedaron en la sombra. Merece la penas si sólo fuera volver a oírel viejo mito de la música electrónica británica, que cuenta en su haber con una de las frases más míticas de su más famosa canción (‘Enjoy the silence’): “Todo lo que necesito está en mis brazos”. Siempre me he preguntado si eso significaba una mujer, un hombre o algo más punzante y líquido…
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