miércoles, 8 de octubre de 2008
Sobre la verdadera riqueza
En algún lugar de la Odisea o de la Ilíada de Homero (ahora mismo no lo recordamos bien), hay un pasaje que siempre queda bien, una de esas conjunciones de palabras que pueden dar a entender muchas cosas sin necesidad de extenderse demasiado. Más o menos dice así: "Un hombre verdaderamente rico es aquel que puede llamar amigo a alguien sin arrepentirse; aquel que pueda contarlos con una mano es verdaderamente dichoso". Es difícil decir adiós a alguien de quien se ha aprendido, una de esas personas que derrumban el orgullo para convertirlo en humildad sincera y hacer que el soberbio se dé cuenta de hasta qué punto había errado. Puede que Homero se quedase corto con sus palabras, o simplemente estuviera escribiendo justo las necesarias para decir adiós a alguien. Pues bueno, podemos decirlo con muy pocas letras, con muy poco esfuerzo y desde la humildad y la sinceridad de quien ha cometido muchos errores y ha intentado, al menos un poco, aprender de ellos: Corso Expresso es rico. Ciao, ragazza, nos vemos.
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