miércoles, 29 de octubre de 2008

La serenidad de Massagué


Pasó Massagué por Salamanca con su acento catalán, su serenidad de hombre de ciencia, su tranquilidad insultante al verle afirmar sin cortarse un pelo que "el cáncer será curable o crónico, y por lo tanto gestionable, en esta primera mitad de siglo". Es posible que Joan Massagué no sea totalmente consciente de lo que supone una afirmación así de alguien que lucha desde hace años contra la peste moderna, mucho más que el SIDA o los accidentes de tráfico o los problemas de corazón. O quizás sí, y precisamente vérselas con el mal más enigmático conocido por el hombre le da esa tranquilidad y fuerza interior para soltar bombas como esa. Sea como fuere, su paso dejó un poso de conocimiento e inteligencia que miles de artistas y creadores encumbrados en torres de marfil no tendrán jamás, por mucho espíritu bohemio o de autor que exhiban o promocionen. Ya lo decía el gran Sebastián Vicente: "Calla, haz lo tuyo y guarda silencio, y verás cómo llegan los mejores halagos, los que te dicen siempre los demás y no tú mismo". 

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