jueves, 2 de octubre de 2008

Como decíamos ayer...


Como decía Fray Luis de León, ese monje petrificado del Patio de Escuelas en Salamanca, que lleva ahí dejándose fotografiar sin cobrar desde hace ni se sabe cuánto, "decíamos ayer...". Ante ciertos comentarios sobre la estructura del post de ayer, 'Europa vs EEUU', vamos a terminar de cerrar el círculo argumental que no pudimos o supimos completar. Los puntos de los que hablábamos eran las consecuencias y principales causas de la tensa relación entre ambos lados del Atlántico, y quizás se infería cierta laxitud a la hora de sacar conclusiones. Pues bien, allá vamos.
Primera conclusión: A pesar de que son competidores económicos, Europa y EEUU se complementan. De hecho, sus economías y sociedades están realmente globalizadas desde hace muchos años. La globalización la inventó el Atlántico y es el único lugar donde funciona. Por la tanto si Europa coge lumbago a EEUU le sube la fiebre, y viceversa (más esto que lo otro, pero es cuestión de tiempo). 
Segunda conclusión: Nos necesitamos, porque somos sociedades democráticas complementarias, porque por mucho que nos pese tenemos mucho más que ver con un granjero de Kentucky que con un jefe tribal del Rif marroquí o un obrero de Guayaquil. Política y económicamente van cogidos de la mano. 
Tercera conclusión: EEUU, a pesar de todo también, es el principal escollo para Europa. Porque su paraguas protector nos ha hecho perezosos a los europeos a la hora de salvar nuestro pellejo militarmente, porque su actitud imperial con Europa es un insulto a una de las tres cunas de la civilización (las otras son la India y China, se pongan como se pongan...), y porque de socio comercial EEUU ha pasado a ser un problema comercial. 
Cuarta conclusión: La historia se mueve por ciclos, y a pesar de que Europa parezca envejecida, decadente y anquilosada, las dos siguientes generaciones tendrán dos detalles que nadie ha visto con racionalidad. Por un lado, en 20 años llegará al poder la "generación Erasmus", mucho más europea que ninguna y que ha conocido los rincones de su continente con becas universitarias; y la "generación mestiza", esa que ha sobrevivido a la inmigración y a pesar de ser negra, amarilla o parda se siente tan europea como el cuarto movimiento de la Novena de Beethoven. Sangre joven y distintas, mezclada. 
Corso Expresso se moja: Somos tan europeístas que casi nos podéis llamar carolingios, pero también somos demócratas y entendemos que EEUU es como una pareja sentimental, la amamos y la odiamos sucesivamente en función del humor y las necesidades. Vamos cogidos de la mano pero eso no implica que tengamos que agachar la cabeza. Europa heredará el cetro occidental, de eso no nos cabe duda, y EEUU tendrá que decidir por una postura constructiva o el antagonismo. 

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