La vida es muy relativa. Tanto como el arte, tanto como la araña minúscula que lleva un buen rato explorando el monitor donde escribimos este post sobre la muerte del cine camerunés y José Luis Garci (no es broma, lean hasta el final). No ha parado de recorrer los bordes, y en un ataque de valentía se ha internado sobre la pantalla plana. En cuanto se le mueve el cursor se queda anonadada..... Sólo hay una cosa que nos llama la atención además del insecto: Camerún ha cerrado la última sala de cine que tenía abierta en todo su territorio.
No, no es broma. Acudimos a la agencia EFE para saber la razón (y mientras, la puñetera araña ataca de nuevo..., menos mal que somos pacíficos). "Siméon Fotso, propietario del cerrado Cinema ABBIA, de Yaundé, dijo que desde 1985, con la llegada de la televisión a Camerún, empezaron a morir las salas de cine. Para él, "la llegada del DVD y la mejora de la calidad en la televisión moderna llevó a una falta de clientes en las salas comerciales, lo que precipitó su agonía". Fotso acusó también al Ministerio de Cultura de haber favorecido la muerte de las salas de cine, al aumentar los impuestos, lo que hacía más caras las entradas y desanimaba al público". Brutal. Eso sí que es una tragedia y el cumplimiento de la profecía que hicieron en los años 50: la TV matará al cine. Pero miren por donde, aquí no ha pasado. Sin embargo no deja de ser algo sorprendente, algo impensable en cualquier otro lugar del mundo.
PD: por cierto, el próximo 3 de marzo aterriza en Salamanca José Luis Garci, para hablar sobre cine y de cómo un prometedor Frank Capra ha terminado convirtiéndose en una pantomima de director conservador víctima de ataques hormonales de sentimentalismo. Otro como Robihno, talento desaprovechado.
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