"El caso de Manolo García es muy típico: estudiante de arquitectura con pasión por el cómic que termina usando su talento para el dibujo para vivir el particular sueño del creador moderno, mientras que Jorge García retrata la vida heroica de la Guerra Civil española en volúmenes como ‘Cuerda de presas’, mientras que su compañero de apellido crea series especiales para Spiderman, por poner un ejemplo. Y muchas veces sin necesidad de irse a EEUU, sino cumpliendo los plazos.
Raúl Sinovas es el alma de Shogun, y también un intermediario entre estos creadores y el público, un librero antiguo que ya no reparte ediciones de Homero o Cervantes a sus clientes sino que distribuye a genios como Moore, Stan Lee o Will Eisner, por poner nombres clásicos. El éxito, según él, es sencillo: “El cómic se ha adaptado y se ha hecho mayor, ha conseguido captar un público nuevo con historias que nos tocan directamente, que podemos ver en la vida real. Por ejemplo, Persépolis, sobre cómo es la vida en Irán”. El gran cambio llegó con el premio Pulitzer que ganó ‘Maus’, en el que se tocaba el tema del Holocausto judío; el actual ganador del Premio Nacional es Paco Roca, que estuvo hace quince días en Salamanca y arrastró a cientos de personas. Su logro, retratar los estragos del Alzheimer en el volumen ‘Arrugas’. “La gran virtud del cómic es que es como la literatura, hay tantos estilos, temas y géneros como el cine o la literatura, y todos encuentran algo”. El cine, quizás vacío ya de ideas, se vuelca en la adaptación a su medio de los grandes héroes de la tinta y el papel, mientras que la literatura se acerca tímidamente en el formato de novela gráfica hacia un género que ya se hace hueco en el mundo del arte y ha sustituido a muchas vanguardias contemporáneas en el imaginario colectivo de la sociedad ante el aislamiento cada vez mayor del arte contemporáneo".
Continuará…
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