Ya tardaba el diablo en menear el rabo. Todos los años pasa algo: cuando no es el ruido es la mala baba, cuando no es una cosa es la otra… Ahora resulta que se han cargado una de las conchas multicentenarias de la Casa de las Conchas de Salamanca. El pecado del Festival de las Artes: encargaron al colectivo de creadores SPS que hicieran algo especial para este año y se les ocurrió poner corbatas rosa a cada una de las conchas, para mezclar elementos masculinos (ergo, la corbata y su estilo fálico) y femeninos (la concha, y sí, aceptamos chistes argentinos). Resultado: dos posibilidades de la desaparición de la concha de piedra de varios kilos. O bien se cayó por el deterioro y en el Festival y SPS han tenido la mala suerte de que haya coincidido, o bien alguien quiso una de las corbatas, jorobar al personal o directamente llevarse la concha a casa.
Aquí apostamos por estudiantes extranjeros borrachos como cubas recién salidos del Irish Rover que está a unos 15 metros del palacio. Es la explicación más tangible en vista del aspecto de esa zona a partir de medianoche, y da igual que sea martes o sábado. Sea como fuere, lo cierto es que se han cargado una pieza de patrimonio local, regional y nacional que era una joya de piedra a la que todos, nosotros incluidos, le teníamos cariño y aprecio. Los enemigos de la vanguardia, los nacionalistas charros, los paternalistas del patrimonio y las autoridades más reticentes ya tienen gasolina para alimentar la hoguera donde quieren quemar el Festival de las Artes. Luego están los que quieren salvar el color rosa del Festival y hacen lo que sea, incluso mentir, para evitar que liguen destrucción del patrimonio con el evento. Pues la batalla está perdida: ya ha quedado ligado para siempre en la memoria colectiva las corbatas, el rosa, el Festival, SPS y sus ideas a la madrugada loca de algún grupo de Erasmus colgados que quisieron llevarse un recuerdo de Salamanca. Una coña charra: como más de uno sospecha lo mismo que nosotros, ya circula una lista con voluntarias para un comando de asalto que vaya a París, Roma, Berlín, Amsterdam o Londres y se llevan algo, como la cabeza de la estatua de Nelson, uno de los caballos del carro de la puerta de Brandenburgo..., la Gioconda... Lo que sea hasta que devuelvan la concha.
5 comentarios:
Una verdadera lastima el desgaje de la concha. Y una soplapollez lo de las corbatitas rosas, me temo que subvencionada.
No lo temas, querido/a Juncal, es totalmente subvencionada. Los de SPS son buena gente y han tenido un par de ideas buenas, pero me temo que esto de encorbatar piedras con 500 años les va a pasar factura profesional. Ahora siempre les ligarán, a ellos y al Festival, con la Concha Perdida.
Como visitante de Salamanca me horrorizan los proyectos pseudoartísticos pagados por la administración a "artistas" locales de calidad ínfima.
El caso de Jesús Portal es paradigmático, pero el de SPS creo que también crea escuela.
La iniciativa de las corbatas no es ningún "proyecto pseudoartístico", creo. El arte, o el pretendido arte, se ha llevado a los teatros, las calles y los museos. Las corbatas anuncian, no son ese arte. Ligar la propuesta con los actos vandálicos con el argumento de la causa-efecto me parece un error. Por lo mismo, deberíamos prohibir la circulación de los coches por su relación con los accidentes.
Una cosa es la validez artística, las buenas ideas y la inocencia de SPS, y otra bien diferente son las ganas de barbarie del personal. La cuestión causa-efecto es inevitable, porque así es como funciona el cerebro humano. De todas formas, vamos a hacer algo especial en Corso.
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