Uno de los grandes inspiradores de este blog acaba de traicionarnos, pero con el estilo proio que ha inspirado muchas de las entradas de Corso Expresso, redactadas a veces con la pregunta “¿Qué diría este cafre si estuviera aquí?” en la mente. Madrileño para más señas, su personalidad obedecía a su origen: borde, ácido, cínico, rompehuevos, contradictorio, agresivo y ácrata. Se definía como un conservador izquierdista y se quedaba tan pancho: fueron gestos y palabras así los que le convirtieron en el motor inspirador. La cuestión era meter el dedo en el ojo. Cuando gobernaba la izquierda votaba a la derecha, y viceversa. Y sobre todo, se las ingeniaba para sacar tajada de todo. Sólo él logró además que un comunista y un falangista intentaran partirle la cara la misma noche. Pues resulta que nos ha traicionado.
El mismo que juró y perjuró que jamás se casaría porque era lo que hacían “los castrados que no saben dónde han dejado las pelotas (lo dijo tal cual)” ha terminado en el altar sonriendo para la foto. Un soplón nos lo confirmó por sms. Eso sí, no se quitó las gafas de sol y cuando en la comida posterior el padrino le preguntó en qué pensaba todo el rato, sonrió y dijo “Por vuestro bien será mejor que me calle…”. Qué encanto de persona. Si hubiera más gente como él Madrid sería como Nueva York, España como Inglaterra y todos nosotros mentalmente más perturbados y por lo tanto más interesantes. Si él ha caído, definitivamente las mujeres son mucho más poderosas y listas de lo que la propia realidad puede reflejar. Y sí, se parece mucho al de la foto. Lo dicho, vivan los machos beta liberados… (juas juas)
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