No escribió nadie de Corso Expresso ayer porque era una noche histórica y había que esperar para ver qué narices pasaba con Estados Unidos, un país que siempre sorprende, por lo malo (y conservador) que puede llegar a ser, pero también por las pequeñas revoluciones que de vez en cuando surgen, como cuando fueron los primeros en diseñar el capitalismo de estado (años 30, Roosevelt), en crear el sistema industrial para la clase media (años 50, Eisenhower), en derribar los muros del racismo y convertir la lucha civil en ideología (años 60, JFK y Johnson) y en demoler sin saberlo el capitalismo neoliberal (gracias, George W. Bush, sin ti no hubiera sido posible). Obama ha ganado con amplia mayoría (en azul los estados demócratas, en rojo, los republicanos), sin trampas (como aquel fariseo de JFK, que usó a la mafia irlandesa en los 50 para ser congresista y luego a la italiana para ser presidente), sin necesidad de hacer demagogia barata, con una campaña electoral ejemplar que es de manual, con internet en una mano y la ilusión de grandes cambios en la otra, con un equipo de campaña joven, atrevido y multiétnico. Básicamente y a grandes rasgos: ha hecho las cosas como debe. 
Sin embargo se topará con obstáculos que diluirán su ímpetu. La crisis económica y los planes de Bush hipotecarán su mandato y quizás el siguiente si sale reelegido; la guerra de Irak y la de Afganistán son agujeros financieros que lastrarán la economía americana; y finalmente, la ilusión ciudadana siempre tiene fecha de caducidad y además es muy rencorosa si se ve defraudada. Eso lo sabe bien Zapatero, que ha pasado de mirlo blanco a cuervo canoso en muy poco tiempo. Desde aquí le deseamos lo mejor, que pueda ser un nuevo Franklin D. Roosevelt y no otro fallido JFK, no otro Clinton sino un buen Thomas Jefferson que además ayude a Europa a salir de los atolladeros de los que ningún payaso bufón como Sarkozy nos sacará jamás. Del capullo enano de oscuro origen húngaro ya hablaremos otro día... Good luck, Obama. Por la cuenta que nos trae a todos.
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2 comentarios:
A sus pies, Señor Corso Expresso.
En un mundo que poco a poco se va contagiando del "sueño americano" poco se puede hacer al respecto. Viendo como halloween debora las costumbres mas locales sin ninguna compasion me hace pensar que incluso hasta podemos desear der engullidos.
Imaginemos que todos cumplimos nuestro sueño americano, que nos enseñan a no abandonar y a no dejarnos vencer, a conseguir siempre nuestros propositos, a no perder, a no dejar ganar. ¿Que nos queda entonces? Como mantener el fragil equilibrio del ganador y el ganado, o del vencedor y el vencido? El futuro no pertenece a los presidentes sino a las masas. Ellas mandan y siempre lo han hecho. Lo que pasa es que nunca lo han sabido y aun hoy en dia tampoco lo saben.
Si todos queremos estar arriba quien sustentara los cimientos? Como dijistes: los inmigrantes tambien se han acomodado. Viviermos en una piramide invertida? Si es asi como mantener la carga sobre un punto tan pequeño?
y caer caeremos porque todo cae, nada permanece. Y supongo que si ahora tus vertientes se dirijen hacia las sinuosas y desdichadas curvas del oriente mas oriental... Te puedo decir que la sabiduria oriental es la que puede tener la clave para una supervivencia agradable en el decadente imperilismo. Y si no, el tiempo.
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