martes, 11 de noviembre de 2008
Ánimo Gabriel
Gabriel Velázquez pone alfombra roja el día 20 de noviembre para 'Amateurs'. Hasta aquí todo normal. Lo hará en los Cines Van Dyck, quizás el último rescoldo del cine de antes y con cierto gusto artístico en Salamanca. Seguimos bien. De repente, aparece la revista 'Fotogramas' y mete una película sin estrenar y que iba para joyita de culto en la lista de sus ocho recomendaciones del cine independiente europeo y americano. Vamos, que este chico puede terminar si no se tuerce en un referente excepcional de cara al futuro Porque todavía es accesible, porque el cine parece que le sale del corazón y porque Salamanca (no toda, claro) le espera con los brazos abiertos después de la puñalada al bolsillo del ciudadano (y a su gusto) que fue el estreno de 'Vantage point', Plaza Mayor volando por los aires mediante. Más allá del placer siniestro de ver explotar una Plaza a la que le hacen tanto la pelota que parece ya cubierta de babas, aquella película fue el paradigma de la estupidez mercantilista: se gastaron millones en promoción, y lo recaudado no debió de cubrir todo el presupuesto. Todo esto nos lleva a uno de los paradigmas del cine occidental: ¿más dinero o más calidad? Si hay de lo primero, normalmente los productores meten demasiado las narices en el asunto y la película termina convertida en un predecible producto audiovisual que pegará el pelotazo pero no sobrevivirá a ese mismo año. Si se escoge lo segundo, puede que ese filme se convierta en un mito (bendecido o maldito, da igual si luego se habla de él) y con los años crezca hasta convertirse en un icono y su autor en un genio. Es algo que ha pasado mucho. Por eso Corso Expresso le dice a Velázquez: sigue así pero desconfía de los pelotas, no te vayas a morir de éxito; siendo fiel a uno mismo se llega más lejos que vendiendo el alma al Poderoso Caballero, Sir Euro en el Bolsillo.
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