lunes, 24 de noviembre de 2008
Malos tiempos para la lírica - No hay un duro
Corren malos tiempos para el arte de grandes dimensiones. Los teatro líricos italianos, algo así como el Hollywood de la ópera, van a ver cómo el gobierno les recorta subvenciones y ceden la gestión a entidades privadas. Todo esto tendrá dos consecuencias: una, que se acabó el riesgo en las apuestas musicales, con lo que privarán al público de apuestas interesantes; y dos, que cuando el dinero escasea el pueblo no está para veleidades divinas. Es muy posible que a la cultura le ocurra como a la sociedad misma: a tiempos malos, vicios pequeños. Un crítico decía que el auge de determinadas formas de arte en nuestros días están vinculadas con la falta de medios y el desplome de los espectáculos. El despegue del cómic, además de un acto de justicia, sería una respuesta ante el hundimiento creativo del cine, que ha visto cómo sus cabezas pensantes se pasan en masa a la televisión, mucho más generosa a la hora de pagar. A fin de cuentas el cómic es más barato y es reutilizable. Por algo el Liceo de Barcelona retransmite en pantalla grande en los cines sus óperas. Un ejemplo es el interés de los gurús académicos: cuando los intelectuales prestan atención es porque se ha convertido en un filón. Ejemplo, Román Gubern y Luis Gasca exploran en profundidad en el 'Diccionario de onomatopeyas del cómic', recientemente editado por Cátedra en su colección Signo e Imagen. Y otro día hablamos del teatro, siempre en crisis pero insumergible, la verdad.
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