sábado, 23 de agosto de 2008

Tiene talento, pero...


Hace muy poco Juan Manuel de Prada, ínclito escritor de futuro glorioso pero un soberano cabezabuque (por ponernos castizos, que lo conocemos y seguro que si lee esto le gusta el apelativo, refrendado por muuucha gente), dijo que "si el arte católico ha entrado en decadencia es porque ha dejado de entrar en terrenos inhóspitos". Bonita forma de definir dos conceptos falsos: por un lado arte católico, que no es otra cosa que el arte al servicio de la Iglesia, que constreñía como nadie las vías de expresión del autor; y por otro lado "en decadencia". Digamos que la decadencia existiría si hubiera arte al servicio del cristianismo católico, pero es que no lo hay. La última obra es el altar mayor que hizo Barcelò en Mallorca y la jerarquía de turno rajó de él en privado porque no tienen agallas de hacerlo en público. Aquello se filtró y se armó el belén, nunca mejor dicho. No existe el arte católico porque hace mucho tiempo que la gente no quiere esos temas: Occidente se ha secularizado. Y desde luego eso de entrar en terrenos inhóspitos debe referirse a la homosexualidad latente en todas las representaciones de Juan Bautista o San Sebastián, convertido en icono gay y al que se puede hallar con cierta facilidad en Chueca, por poner un ejemplo. Hay gente que tiene mucho talento, pero que no es de este mundo, como el reino de Cristo, que diría el otro. Por cierto, es el mismo escritor que se estrenó con un libro llamado 'Coños', dedicado a eso que está pensando en ese momento. Qué cabriolas mentales hacen algunos, ¿eh?

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