martes, 19 de agosto de 2008

Simpsonphilosophy



Hay dos formas de ver la cultura: 1. con perspectiva y sentido crítico, propio de sociedades modernas que saben ver el bosque más allá de las copas de los árboles; y 2. con reverencia, respeto y devoción. Esta última es propia de sociedades antiguas, con un brillante pasado y ganas de repetirlo en el futuro. Bien por ahora, pero decididamente la segunda forma es un fracaso. Los americanos, tan negados e inútiles para tantas cosas, son de los pocos que se atreven a tirar barreras cuando hablan de filosofía, por ejemplo. El mayor caso es un libro titulado 'Los Simpson y la filosofía', una excéntrica y divertida forma de abordar la filosofía a través de las enseñanzas diarias de los personajes de Los Simpson. Esto en cualquier otro lugar habría sido una aberración de bárbaros. La Universidad española, especialmente las carreras de humanidades, se hunden en arenas movedizas nacidas de la erosión de su estrecha forma de ver la enseñanza superior, y aquí le digo que jamás harán nada parecido. No les entra en la cabeza que Bart pueda ser un modelo nietzschiano, y que Homer sea un ejemplo del modo de vida no virtuoso del sistema aristotélico. Eso sería demasiado: ¡Aristóteles emparentado con una serie de dibujos animados de la televisión americana! Ay, cuánto tendremos que aprender aún para que Europa y España vuelvan a ser dinamos y no locomotoras a vapor. La modernidad se basa en romper fronteras y perspectivas, no en crear monumentos de soberbia aguda a un pasado que si no es actualizado no servirá para nada a nadie. El libro se publicará en España en invierno. Si la filosofía es crítica, ¿por qué nos empeñamos en convertirla en hormigón armado?

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