jueves, 14 de agosto de 2008

Berlín (4) - Unter der Linden y 17 Juni strasse

En una ciudad acostumbrada a serpentear sobre el curso curvo del Spree, Berlín tiene una de esas líneas rectas brutales que organizan la urbe y la alargan. Además, la parten en zona norte y zona sur sin estridencias. Arranca en la cabecera de Unter der Linden, el antiguo sendero rural convertido por los reyes prusianos en acceso de entrada y que muere en la Puerta de Brandenburgo, que a su espalda guarda la descomunal 17 Juni strasse. Es la misma que divide en dos como un cuchillo Tiergarten y llega hasta el Ángel de la Victoria para continuar luego más allá por la Bismarkstrasse y hundir la punta de la daga en el barrio de Charlottenburg. Dirección este/oeste. En total son unos cinco kilómetros (más se si cruza el Spree para tomar la cabecera de Unter der Linden) que en bicicleta pueden ser una guía espectacular de las dimensiones de esta ciudad, que crece a lo ancho y no a lo alto, que no se abigarra como Madrid o Barcelona, empeñadas en urbanizar desniveles. 

Sin duda que la tierra que alberga Berlín sea totalmente plana ayuda mucho a este tipo de extravagancias geométricas, algo que no podría hacerse en la inmensa mayoría de urbes españolas. Además, Berlín tiene otra ventaja: empezó a ser grande hace relativamente poco, a finales del siglo XVIII, cuando Prusia se convirtió en potencia. Esa juventud urbana le permitió hacer algunos experimentos de expansión industrial que le dieron a la ciudad una libertad que no tuvieron París, Londres o Roma, ni tampoco Madrid, que a pesar de los intentos de Carlos III de meterla en vereda se resistió a ser moderna en favor de ese barroquismo madrileño que tanto atrae a los turistas y tan poco gusta a los nativos, hartos de tanta callejuela absurda. Al este hay otra demostración de linealidad: la unión de la Karl-Marx allee y la Frankfurter allee; todavía más larga que la anterior conjunción y que pone rumbo al lado oriental de la ciudad. Después de todo eso se entiende la obsesión berlinesa por las bicis. 

1 comentario:

José Ángel Sanz dijo...

Oye, muchas gracias por estas visitas guiadas a Berlín. Ya me he apuntado el 'Helter Skelter' y más de una idea.

Por cierto, ¿has cambiado la cabecera? (no sé si es que no me había fiajado antes, pero no recordaba la frase que has puesto, y te felicito por ella)

Un abrazo, compañero del metal