sábado, 4 de septiembre de 2010

Primarias para todos

La democracia es mucho más que convocar elecciones cada cuatro años para cualquier cargo público, la ley de partidos, el derecho de asociación y de expresión. Es una cultura entera. En Europa nunca se han dado cuenta de que la democracia es más que un sistema político. La izquierda, en su simplismo de base, nunca lo entendió, confundiendo democracia con sistema burgués. Y la derecha nunca terminó de tragar un sistema que podía desalojarles del poder cuando sus incongruencias lógicas eran muy evidentes como para taparlas. La democracia es un sistema de vida en el que todo es analizado, reflexionado y donde se toman las decisiones por consenso o bien por interés de la mayoría. Por eso habría que hacer primarias para todo.

Resulta grotesco y vergonzoso ver cómo un partido político se lanza a unas primarias como si fuera un pulso por el poder, sobre todo cuando se trata de dar lo mejor de sí mismo en el servicio al pueblo. Y el otro partido mayoritario ni siquiera las contempla, acostumbrado al estilo búlgaro: golpe de tacón y 100% de votos para el amado líder, sea amado de verdad o no. Nosotros haríamos primarias para todo, incluso para dirigir cualquier tipo de centro social (cultural, educativo, deportivo...). Incluso primarias en la familia. Eso sería divertido. Bromas aparte, el déficit democrático sólo se cura con más Sociedad Civil y menos partidos, más responsabilidad individual y menos conciencia de grupo, más libertad para todo y menos prohibiciones. Y un estado fuerte y sin contemplaciones que cultive la democracia haciendo que el sistema electoral se base en listas abiertas. Todo lo demás son excusas mediocres para líderes mediocres que nos hacen a todos mucho más mediocres.

Los norteamericanos pueden ser más ignorantes y simplones que los europeos en la vida diaria (de media, claro, que aquí los lerdos también crecen como los rábanos), pero su democracia imperfecta es mucho más perfecta que la nuestra, y allí hasta el cargo más nimio de cara al público es puesto en tela de juicio cada poco. En el fondo todos tienen un pequeño George Washington palpitando dentro de ellos, un Thomas Jefferson en la oreja (en la imagen) y un Madison en el corazón. Europa debería aprender de los Padres Fundadores, y así seríamos todos buenos hijos de una gran república. Salud, ciudadanos. Mañana, más cultura y menos política, prometido...

3 comentarios:

Adrían dijo...

Un blog interesante. Pero habláis con una soltura muy cargante muchas veces. Nadie cuestiona vuestro nivel cultural(seguro más alto que el mio), pero vosotros deberíais ser los primeros en hacerlo y no decir cosas tan radicales como: "La izquierda, en su simplismo de base, nunca lo entendió, confundiendo democracia con sistema burgués". Me parece una tontería generalizadora y discriminante. UN SALUDO.

Anónimo dijo...

Baeza: Estoy contigo Adrián en que pontificar, a veces, lleva a meter en la definición a toda la tribu, pero no me negarás que Corso tiene algo de razón si contextualizamos su comentario en su experiencia vital (me da que que son jóvenes ciudadanos de la postransición) y no han mamado la obsesión por la democracia de esos años, y por ello, no me atrevo a quitarles su razón de forma tan radical. En el fondo, uno que si participó en esa época y que ahora es espectador de esta izquierda, por hartazgo, estoy más cerca de ello; lo siento.

Corso Expresso & Cia dijo...

Adrián, tienes razón en que a veces se nos va la mano. Más moderación equivale a una visión más abierta. Tomamos nota, pero hablamos con conocimiento de causa. Lo que tenemos ha costado mucho y hay que agradecérselo a los que lucharon (nuestros padres entre ellos), pero también es cierto que no podemos dormirnos y exigir que nuestra democracia sea mejor, más completa y más abierta que la simple elección entre esta partitocracia tripolar. Muchas gracias por los comentarios.