Una sala incrustada en una iglesia (acostumbraos, la caída de vocaciones y fieles es inversamente proporcional al gusto por el arte y exponerlo donde antes hubo suelo sagrado), la de las Francesas de Valladolid, será el hogar desde mañana día 7 de lo mejor que ha dado a la escultura española Jorge Oteiza, en una retrospectiva llamada ‘La casa del ser’. Más de ochenta piezas del pater noster de la escultura entre los años 30 y los 70, cuando más fuerte fue su creatividad, desde lo macizo de sus obras hasta el uso del vacío, nueva frontera de la escultura del siglo XX y que tuvo en España, también con Gargallo, una de las cunas de la nueva visión. Tanto talento y tan poca difusión mediática. Sirva esta muestra, amparada por las instituciones, más como divulgación que como ayuda al arte, que no las necesita (salvo la pecunia, como todos, un empujoncito no viene mal nunca y más con los recortes presupuestarios habidos y por haber) cuando es el talento el que se impone. Sirva pues para enseñar. Mente abierta y receptiva, por favor.
lunes, 6 de septiembre de 2010
Jorge Oteiza en las Francesas
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