domingo, 26 de septiembre de 2010

Lehman Brothers da sentido al arte


Reconocemos que no estamos muy excelsos con el verbo, pero esta vez merece la pena. Para poder pagar a sus acreedores, el gran banco Lehman Brothers ha tenido que vender su colección de arte contemporáneo. Resultado: 12,27 millones de euros. Así que, verbigracia, ya sabemos para qué sirve el arte contemporáneo: para que los bancos lo compren cuando no tengan un chavo con el que pagar sus desmanes y estupideces. El arte sirve pues para que los economistas, cuando son incapaces de hacer predicciones científicas serias (o sea, nunca), puedan tener un colchón con el cual la caída libre desde el 27º piso de la vanidad no suponga los 200 y picos huesos del cuerpo pulverizados.
"Esta colección se reunió con mucho cuidado y visión", señaló al término de la puja, el director de arte contemporáneo de la firma, Tobias Meyer, que destacó que los directores del fallido banco de inversiones compraron obras de artistas talentosos en el inicio de sus carreras y que después se revalorizaron. Así pues, no compre usted oro o plata, joyas o tierras, simplemente compre alguna instalación de Enrique Marty, rasque algo de Juan Muñoz si puede y luego siéntese a esperar a la siguiente crisis. Ahora ya no podrán decir que los artistas no hacen nada por la economía: la salvan, o cuando menos, ayudan a pagar a los buitres que oscurece el cielo. Dios, para qué ha quedado el arte… que triste.

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