lunes, 17 de mayo de 2010

¿Será verdad que son sordos?


Después del fin de semana de asueto, volvemos.
Un músico clásico y de jazz de la ciudad nos dice que ya apenas da conciertos en Salamanca porque sus compañeros prefieren hacerlo fuera, en Valladolid, León, Burgos... al parecer pagan más, o directamente pagan. Está algo molesto con ellos, pero en el fondo tienen razón, ¿para qué tocar en Salamanca si nunca se llena, si les dejan clareas inmensas? Un ejemplo más: Serrat, con nuevo disco, nuevas canciones, y no fue capaz de llenar el minúsculo aforo del Multiusos. Ni hay escritores ni hay oído musical en Salamanca.
Vivir del cuento, eso es lo que hay, pero también es cierto que durante muchos años aquí se labró la mejor generación de intelectuales que ha tenido nunca España, pero de eso hace ya mucho tiempo, cuando esta santa ciudad se parecía a Oxford y no a un pastiche mercantilista que depende de las limosnas de la Junta, del Gobierno y de los acuerdos con municipios y diputaciones. Al final va a ser cierto el rumor sobre esta parte del mundo: Que es una ciudad imposible para la música. ¿Será verdad que es una ciudad de sordos? Aquí hay excelentes dibujantes e ilustradores, y al cómic se le da la espalda; hay dos conservatorios de donde salen muy buenos músicos, pero no se les abre las puertas, también porque la gente no llena. Sin gente no hay industria cultural que valga. Ahí está la tragedia de Salamanca.

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