miércoles, 19 de mayo de 2010

Pensar universalmente

Dice un proverbio artístico: “Negar la cultura local de una ciudad, pueblo o comarca por alagar la cultura universal es propio de esnobs sin sentido de la identidad propia”.

Dice la voz de la Razón: “Y producir sólo cosas de la cultura local nos encierra en el interior de una boina en la que no entra el aire de fuera, que se extingue mucho más rápido que otras cosas”.

Es muy interesante ver cómo algunos intelectuales de Salamanca, como Javier Sánchez Zapatero, se atreven a meterse en camisa de once varas con tal de sacar adelante un proyecto con aire universal. Acaba de publicar ‘Escribir el Horror. Literatura y campos de concentración’, con prólogo de Alfons Cervera, un libro en el que disecciona a autores como Max Aub, Primo Levi, Solzhenitsyn, Jorge Semprún o Imre Kertész, toda la literatura asociada a los supervivientes, a los que sabían de los KZ nazis, a los que lo denunciaron y que luego siguieron delatando las complicidades asesinas de unos y otros a través de los libros. Sánchez Zapatero es también uno de los padres del Congreso de Novela y Cine Negro, y merece la pena echarle un ojo y aupar a esas pequeñas voces que, a pesar de vivir en una ciudad “tan difícil”, como dicen todos, se ha atrevido a sentarse con los grandes para parir un nuevo ensayo. Porque para hablar de la Plaza Mayor, las murallas, el Tormes, Fernando de Rojas, las catedrales, la Clerecía y todo el patrimonio, sobado y manoseado como una furcia barata, siempre quedarán las luminarias del pueblo que viven al calor de la boina, Como dicen los chinos, “hay que abrir las ventanas para que entre el aire fresco, aunque vengan moscas también”. 


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