Otra vida mítica que se escapa entre los dedos de la Muerte. En este caso Dennis Hopper, que ha caído por un cáncer a los 74 años. Un actor de carácter que empezó su andadura al lado de Rock Hudson en 'Gigante' y alcanzó la leyenda al hacer 'Easy Rider' con Peter Fonda y Jack Nicholson al son de una banda sonora que rompió moldes (Steppenwolf, Bob Dylan, Jimi Hendrix).
Se ha ido un tipo limitado como actor (salvo en los papeles de hombres en el filo del abismo) pero que como cronista de su tiempo fue inmejorable. Un tipo capaz de atrapar en su retina y luego vomitar la esencia de los 60 y los 70, que supo ver cómo había cambiado EEUU y dejarnos piezas de orfebrería audiovisual. Casi podría decirse que ayudó a fijar los usos y costumbres de la cultura pop americana. Tras 'Easy Rider' empezó su pago en taquilla al diablo, que le convirtió en un guiñapo de las drogas y el alcohol (30 cervezas al día, tres gramos de coca, y eso sólo por día). Otro más que cayó antes de tiempo. De haber tenido lucidez y voluntad, quién sabe lo que habría hecho. Otro RIP que no queríamos hacer. Una pena. Y ya van muchas este año. Sólo se nos ocurre recordar la frase mítica que le marcaría para siempre: "Born to be wild", de 'Easy Rider', cómo no.
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