lunes, 4 de enero de 2010

Góngora y las gárgaras

Góngora, gongorinos, gorgoritos, gorgojo, bicho en general. Una de las razones por las que el periodismo escrito es mejor que el resto es porque el lenguaje permite hacer filigranas que ni una televisión ni una radio se puede permitir. Por tiempo, por rapidez, por dinero y porque hay que soltar la información deprisa. Primero la radio embistió contra la prensa y ésta reaccionó pasando del pasquín escueto al periódico tradicional. Y cuando la televisión de posguerra volvió a golpear la hegemonía del papel la prensa tardó su tiempo pero encontró su método: la información tarda 24 horas en llegar, cierto, pero se cuenta mucho más detenidamente y reflexivamente que en la radio y la televisión. En esto apareció Internet y nos quedamos todos un poco mirando a Poniente, pensando si saldría el sol de nuevo al día siguiente. Sí que salió, pero a costa de acelerar el periodismo escrito y perder parte de la profundidad y densidad que había ganado a partir de 1950. Una pena, aunque no está del todo la guerra perdida. 

Eso sí, por culpa de esa necesidad de densidad en el periodismo escrito apareció una subespecie que abunda mucho: el gongorino. Ya habíamos escrito antes en dos ocasiones sobre esta variante del Homo Periodisticus, una rama apoyardá del escritor informativo que en realidad es una gárgara continua con las letras. No vamos repetir aquello de las Cinco Leyes del Periodismo Escrito, pero si queréis, pinchad para leer que os ayudará mucho (el becario se las ha tatuado en los brazos como un tribal tattoo). Sólo mencionaremos una fecha, hoy 4 de enero, y unas siglas, A.R.L. Está en internet. Nos ahorramos más comentarios, pero en Salamanca van a pillar al vuelo el tema: ningún medio escrito, y menos ése, se merece semejante gárgara con aguarrás. Hay negados que se piensan que en lugar de informar hacen metafísica escolástica, y encima otros le hacen la ola. Qué pena, con tanto buen periodista pastando en las oficinas del paro… “Virgencita, virgencita, que nos quedemos como estamos”. 


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