jueves, 14 de enero de 2010

¿El fin de Israel?

El sionismo ha fracasado: no ha conseguido el Gran Israel con el que soñaban. El super estado laico y progresista que diseñaron desde los kibbutz también ha fracasado: la extrema derecha religiosa judía se comporta ya como la teocracia católica medieval. El tercer tropezón fundamental es el cultural: mientras el pueblo judío estuvo diseminado y confederado espiritualmente por Europa y Estados Unidos fueron la élite cultural más importante del mundo. Hasta que la intolerancia los expulsó o eliminó. 

Sin embargo, después de 50 años de historia como Estado independiente, como el resto de naciones del planeta, Israel es un quiero y no puedo cultural que sólo ha conseguido avances en tecnología aplicada a la guerra. Una lástima. El mejor ejército del mundo (dicen, aunque aquí tenemos muchas dudas a este respecto...), pero se esperaba muchísimo más. Es como lo de los balcánicos: si Yugoslavia hubiera continuado entera sería una potencia europea de consideración, pero cuarteada le hace todo más fácil a los alemanes, polacos y rusos en el Este. La guerra contra el mundo árabe ha dado grandes nombres carismáticos como Ben Gurion o Moshe Dayán, gente como Elie Wiessel y dos Nobel de Literatura que ya nadie lee o reconoce (Isaac Bashevis Singer y Yosef Agnón). 

Pero de la gran explosión cultural que generaron en Europa entre 1700 y 1939 sólo quedan los ecos perdidos, una verdadera pena. Ni en lo político ni en lo cultural, que es lo que aquí nos importa, Israel ha rendido como se esperaba, y la posibilidad de que lo haga está cada vez más lejana. Quizás Toynbee tuviera razón y sean las élites sociales las que mueven y revolucionan las naciones, no la suma. Meter en una habitación a tres premios Nobel no tiene por qué dar como resultado una genialidad. Mientras tanto, el Estado de Israel que muchos admirábamos, el laico progresista de los años 50 y 60, se hunde bajo el peso de los bucles de ese nuevo fascismo hebraico con sombrero negro que por prohibir incluso a condenado la fotografía a seres humanos. Lamentable. ¿No sería mejor echar a los ortodoxos al Sinaí, bien controladitos antes de que empiecen una guerra civil judía, y hacer las paces con el mundo árabe para que el Gran Israel del intelecto resurja? Porque en una porra se nos ocurrieron nombres como Félix Mendelsshon, Walter Benjamin, la Bauhaus, Spinoza, Freud, Marx, Mahler... Mejor no seguimos. 

PD: Todo esto ha surgido porque el Ejército israelí quiere boicotear todo lo que publicite la modelo Bar Rafaeli, que se negó a hacer el servicio militar. Muy inteligente, sí señor, sobre todo cuando la Rafaeli, ex de Di Caprio, ha sacado su domicilio fiscal para no pagar allí impuestos. Así de paso se jode toda Israel. Ton-tos. 

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