viernes, 15 de enero de 2010

Florilegio, kaputt

Adiós Florilegio, adiós arte en forma de pentagrama, adiós a uno de los pocos festivales "pequeños pero de calidad", como se suele decir. Adiós a una oportunidad única para poder disfrutar en una ciudad con dos conservatorios pero por la que apenas pasan orquestas de calidad; adiós a la posibilidad de que a los 15 conciertos anuales (siendo optimistas) de gran formato se les una una futura programación fija de clásica. Adiós al público de clásica, maltratado y que prefiere quedarse en casa escuchando las grabaciones de las orquestas que jamás pisarán su ciudad. Es decir, que vale más una buena edición de alta calidad de la Deutsche Grammophon que todo el dinero invertido por el Ayuntamiento y Caja Duero juntos en este apartado. 

Adiós a la variedad, a las piezas maestras en formato de cámara, a poder escuchar de nuevo las Variaciones Diabelli por tres músicos diferentes con tres instrumentos contrapuestos. Adiós al respeto a Caja Duero, que para poder ajustar cuentas contables para la puñetera fusión con la entidad cadáver que es Caja España ha metido la guadaña en la Obra Social. Adiós a toda su programación, perdida y diluida en la de la Fundación Salamanca. Adiós a muchas cosas. Adiós a Gerard Caussé, que una vez más usó al periódico del Sindicato del Crimen local para quejarse y de paso recibir una soberana patada en el culo. 

Y ahora, repitan todos con nosotros, a coro, bien alto, para que se enteren todos los rentistas y fenicios que no saben qué hacer con su dinero: "Que vuelva la Sociedad de Conciertos ya, por favor, que viva la iniciativa privada y el dinero particular que no sabe de conveniencias políticas y sí de gusto y mecenazgo". Como diría Tarantino, "malditos bastardos"... 

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