Adiós a la variedad, a las piezas maestras en formato de cámara, a poder escuchar de nuevo las Variaciones Diabelli por tres músicos diferentes con tres instrumentos contrapuestos. Adiós al respeto a Caja Duero, que para poder ajustar cuentas contables para la puñetera fusión con la entidad cadáver que es Caja España ha metido la guadaña en la Obra Social. Adiós a toda su programación, perdida y diluida en la de la Fundación Salamanca. Adiós a muchas cosas. Adiós a Gerard Caussé, que una vez más usó al periódico del Sindicato del Crimen local para quejarse y de paso recibir una soberana patada en el culo.
Y ahora, repitan todos con nosotros, a coro, bien alto, para que se enteren todos los rentistas y fenicios que no saben qué hacer con su dinero: "Que vuelva la Sociedad de Conciertos ya, por favor, que viva la iniciativa privada y el dinero particular que no sabe de conveniencias políticas y sí de gusto y mecenazgo". Como diría Tarantino, "malditos bastardos"...
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