Un leve gesto sirve para partir la caja torácica. No es una llave de artes marciales, no es el gatillo de un arma, no es la empuñadura de una espada: es Tricicle. Desde aquella versión de la canción de Julio Iglesias, vista pro vez primera en televisión en los 80, estos tres gamberros aburguesados (sí, y además catalanes y además no lo niegan – ninguna de ambas) han conseguido hacer reír en paralelo a Martes y 13. Pero mientras el lenguaje y los giros y guiños del absurdo eran fundamentales en Millán y Salcedo, en ellos la palabra sobra: sólo es un gesto, un movimiento de una mano, una cara, una mirada, una ceja arqueada… y la risa. Es el nivel más básico, intuitivo, primitivo y eficiente de la carcajada.
“Reid mientras estéis vivos. Si os duele, estáis vivos; si os reís, estaréis todavía más vivos”, dijo Gervaise de la Rochelle mientras cruzaba el Rin aquel lluvioso martes de febrero de 1945. ‘Carrick’ es lo último de Tricicle, más fenicios que nunca, pero al mismo tiempo con nada que demostrar. Puede ser bueno o puede ser malo: sea como fuere, los viejos monstruos siguen adelante como unos Rolling Stones del humor ibérico que no han parado. Ni lo harán. Son, por decirlo así, y junto con Buenafuente, la cara más universal y menos nacionalista (en principio, ojo) de la carcajada catalana. Son como esa pirueta que hacía Buenafuente: cuando estaba en TV3, para poner tenso al personal y hacer reír al público trufaba sus monólogos y diálogos de palabras y frases en castellano. Cuando se fue a Antena 3 hizo al revés y empezó a ser más catalán que nunca. Lo que sea por llevar la contraria: lo que sea por hacer reír. Ya saben: si duele, vivimos, si reímos, vivimos más. Tricicle estará el 2 y 3 de abril en el CAEM salmantino.
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