Se acabó el sufrimiento para Jerome David. Ha conseguido, por fin, que le dejen en paz. Su reclusión voluntaria alejado del mundo ya no tiene sentido: de simple mortal paranoico, huraño y agrio ha pasado definitivamente a ser una leyenda, un mito, uno nombre que se repetirá incesantemente hasta convertirse en un mantra en labios de lectores mundanos, profanos o expertos. Ha muerto, con 91 años, más de cuarenta de ellos como recluso de sí mismo, Jerome David, autor de ‘El guardián entre el centeno’, publicada en 1951 y que es el referente de muchas mentes perturbadas y otras no tanto que disfrutaron con su insidia. Otro RIP que no queríamos citar, pero para el aso es igual: Salinger, el apellido que da sentido a Jerome David, llevaba muerto para el mundo muchas décadas. La imagen es la última foto que se tiene del autor. Una pena, y una grandeza a la vez.
jueves, 28 de enero de 2010
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