miércoles, 6 de enero de 2010

Zefirelli: retírate

Hoy vamos a disparar con uno de aquellos cañones de 88 mm que tenían los alemanes en Normandía. Hace poco el meapilas insoportable, ñoño e infantilizado de Franco Zefirelli echó a una soprano por gorda de un montaje operístico. Aparte de la demostración de frivolidad y falta de sensibilidad el pequeño insoportable demuestra una cortedad de miras muy cercana a la que tenía el nazismo: si no es rubio, joven y esbelto se queda fuera de la foto. La soprano se defiende: "no se canta con el cuerpo sino con la voz". Cierto, totalmente, y ahí está la larga lista de tenores y sopranos que parecían pelotas de playa pero cuya voz no claudicaba nunca. Cierto también que una escuálida mezzosoprano como la Callas pasó de oronda a famélica, pero el talento es lo que tiene, que perdura. Por eso Zefirelli tuvo su momento ñoño e infantilizado en el cine de los 70 para luego hacerse polvo, pasándose a la escenografía operística, mucho más mafiosa que el cine y también menos problemática. Zefirelli, que presume de moralina religiosa y de sofisticación estética, le debía de sentar mal en encuadre de los michelines. 

Mr. Z, el gran amigo de ese ejemplo de valores cristianos y conservadores que es Berlusconi, es otro de los muchos creadores envejecidos prematuramente que confunde su oficio con el arte, cuando en realidad es parte de una industria que cada día demuestra más que los grandes episodios eternos se escriben con las tres i: imaginación, ingenio e inteligencia, y que todo lo demás sobra y entorpece. Si la norma que impera es la imagen y no el talento, entonces esa ópera que está preparando Zefirelli será digna del mejor vertedero. Si no le gustaba cómo cantaba que lo hubiera dicho. Ahora, la soprano antes desconocida ya puede hincharse a hacer entrevistas que no verá otra como esta en años. En la imagen inferior está la pobre soprano. Juzguen ustedes. 


PD: Sí, nos molesta la injusticia, nos ponemos la capa y sacudimos. Cada vez que pensamos que este energúmeno hizo aquella versión naïf y apostólica de 'Romeo y Julieta' que parecía sacada del diario secreto de una novicia de 15 años... es para tirarlo del barranco de Montecassino abajo con la soprano a cuestas...

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