jueves, 24 de julio de 2008
Tápies, Barceló y Gordillo en Fonseca
Lo bueno de las fundaciones corporativas es que gastan el dinero a manos llenas para justificar el perfil cultural y social que toda gran sociedad capitalista debe tener. Las fundaciones son vitales para la cultura, pero más por una cuestión de mecenazgo que de acción directa. Quedan algunas excepciones como Caja Madrid o La Caixa, monstruos que invierten millones y se sacan de la manga La Casa Encendida en Madrid o el nuevo edificio de La Caixa a un tiro de piedra de El Prado. Luego, en Salamanca, aparecen esporádicamente, siempre para momentos puntuales. El miércoles se inauguró uno de esos instantes de lucidez intelectual: la exposición en las salas principales de la Hospedería Fonseca de una selección de la Colección de Arte Contemporáneo de AENA. Poder público gestionado como algo privado y con perfil social: Tápies, Barceló, Gordillo, Palazuelo y compañía, una exhibición de poderío creativo que debería electrizar a más de uno. Un éxito para la Universidad de Salamanca, que se las ha ingeniado para tener hasta el 12 de octubre una de las mejores exposiciones de arte contemporáneo que hay en España. Punto para la Usal, que no para la Fundación Salamanca o Caja Duero, siempre tan tradicional en sus selecciones (pero no por ello equivocada, que hay tiempo y gusto para todo). De 12 a 14 y de 18 a 21 horas de martes a sábado y de 10 a 14 domingos y festivos.
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