En Corso Expresso no vamos a hacer sangre con el cine español. Aunque en Salamanca sólo ha dejado dos perlas: una es 'Octavia', de Patino, tan extraña como personal, y por lo tanto película de culto; y 'Tuno negro', un escupitajo a la cara de una ciudad que se merecería mucho más. Curiosamente ha sido Iker Jiménez quien ha empezado a tirar de la madeja, pero por el lado más rocambolesco. Con su reportaje del 6 de julio sobre Torres Villarroel, el célebre esotérico, astrólogo, doctor e investigador del siglo XVIII, el Nostradamus español que fue probablemente el último de los alquimistas o sabios arcanos de España. Una pena que Salamanca sólo llame la atención por este tipo de cosas, productos del misterio que en realidad sólo llaman la atención a los curiosos y a los que no dan más amplitud de campo... (!). Pero por algo se empieza. Tantos siglos de piedra, tanto dinero gastado en promoción cultural, tanto de tanto, debería tener salida en algo mucho mejor que 'Tuno negro' o 'Vantage point', dos insultos a la inteligencia que algunos del Ayuntamiento les heló la sangre después de poner el oro y el moro.
martes, 8 de julio de 2008
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