Chillida-Leku va a cerrar el próximo día 1 de enero si no hay un plan de salvación in extremis: un ERE se va a llevar por delante a los trabajadores, y es casi seguro que pongan el candado al gran legado de este vasco universal. Sea como fuere, es una desgracia que uno de los mejores y bien planteados museos de escultura de España se pierda. O de Europa, incluso. La falta de feeliing entre visitantes y la obra de Chillida y la apatía de muchos puede dar al traste, con ERE incluido, este sueño del propio escultor, que murió dos años después de verlo abierto. No ha sido esta vez la propiedad pública el problema, sino el privado, incapaz de luchar contra unas pérdidas colosales que ya no podían asumirse. La ayuda pública no ha aparecido, al menos no como debiera, pero salta una vez más el problema de saber dónde está el límite. Si no funciona, no funciona, y pasarle las deudas a las arcas de todos no siempre es una solución, sólo agrava todo. Quizás una mayor pedagogía de la obra de Chillida, que tiene obras repartidas por toda España, podría haber logrado un éxito mayor: esculturas en medio de un parque-museo, quizás hubiera sido mejor plantearlo de otra forma, pero cualquier cosa que se haga ahora sólo será un parche. Una verdadera pena.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
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