miércoles, 8 de diciembre de 2010

30 años sin Lennon

Fue un 8 de diciembre. Cinco disparos de un tarado y adiós a una de las voces más representativas de la música anglosajona, de las que marcaron una etapa en la manida "educación sentimental" de mucha gente, que es como decir en el fondo irracional de mucha gente. Más allá de todo eso, todos perdimos a un gran músico que se había acostumbrado, desde que dejó atrás a los Beatles, a ir unos cinco o diez años por delante del resto. Su deriva política emborronó su música, pero al final siempre superó las barreras para convertirse en un icono. Muchos críticos musicales aseguran que de haber vivido más años se hubiera convertido en una caricatura de sí mismo, como está haciendo ya Bono, pero al mismo tiempo habría dado discos pioneros convertidos luego en objeto de culto musical. Repetimos una vez más: toda voz perdida es irremplazable, porque cada artista es único en su forma de expresarse.

Perdimos todos: su familia a un ser insustituible, sus amigos, a un compañero y una inspiración, sus fans, a un mito, y todos los que aman la música, a una fuente de ideas y placeres. Siempre se imagina qué hubiera hecho alguien que muere joven de haber vivido más, pero eso son juegos mentales que no llevan a ningún lado salvo a la mortificación. Así que lo que nos queda es su música, sus neuras y sus palabras, y la nostalgia de lo perdido, muy al estilo Proust. Sacudan la cabeza y piensen que están vivos, que algo es algo.


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