lunes, 29 de noviembre de 2010

Wikileaks le pone la zancadilla al mundo

Hoy no cuenta la cultura, cuentan más otras cosas. Y teníamos una batería de post preparados, pero los giros en la trama mandan. Si alguno es periodista hoy es un buen día para decirlo bien alto. O cuando menos, fingir que se parece del gremio. También hoy es un buen día para no llamarse Pedro J. Ramírez, que debe estar mesándose las neuras en su despacho al ver cómo, después de años trabajando para tener un equipo de investigación casi invencible (si algo tiene bueno ‘El Mundo’ son sus profesionales, especialmente para husmear el olor a podrido del poder), ‘El País’ le gana por la mano. Ya empieza a despreciar el scoope de su archienemigo diciendo que es una cortina de humo: han hecho falta meses para preparar lo que publica hoy ‘El País’ junto con 'The New York Times', 'Der Spiegel', 'Le Monde' y 'The Guardian'. A partir de hoy esos cinco medios impresos son la cúspide, el Olimpo del oficio de contar medias verdades y enormes mentiras, que hoy, por fin, gana algo más de prestigio. Y los que no sean capaces de verlo, entonces es que no merecen trabajar en esto o simplemente no comprenden el mundo globalmente sino desde sus pequeñas vidas. 


Hoy también es un buen día para hacer análisis de conciencia y pensar que si un portal como Wikileaks ha sido capaz de burlar y sobreponerse a todo el aparato de seguridad de Estados Unidos, muchos otros podrían hacer lo mismo para contar toda la mierda que se esconde bajo las alfombras de ayuntamientos, diputaciones, Juntas o Gobiernos varios. Porque debe haber para ensombrecer el alma del mismísimo Jesús de Nazareth: pero claro, cuanto más pequeño es un reino, más poderosos son sus caciques, ¿verdad? A Julian Assange, fundador de Wikileaks, le han acusado de traición, de violación y ahora caerá más basura sobre él: es el peso de ser el que señala con el dedo. Cualquier cosa que hagan contra él a partir de ahora será por esta filtración mundial sobre cómo funciona la diplomacia exterior de EEUU, y todo el peso de la conciencia recaerá sobre ese país y sus aliados, muchos de los cuales han quedado con el culo al aire, por cierto. Ahora los ciudadanos del mundo conocen mucho más de cerca la pasmosa y terrible humanidad de sus gobernantes. Que siga la hola, que abran todos las ventanas, que “algo huele a podrido en el estado de Dinamarca” (y del resto del mundo). 

Wikileaks (http://wikileaks.org/)

'El País' (http://www.elpais.com)


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