martes, 7 de julio de 2009

Mendelssohn y el rechinar de dientes wagneriano

Atrás queda ya la concesión a cierto tipo de música contemporánea realizado por el Florilegio de este año. Anoche le tocó el turno a Turina, Ravel y Chausson en el Patio Barroco de la Pontificia con el Cuarteto Ysaÿe como principal ejecutor de música española y francesa que cabalgó entre los siglos XIX y XX con maestría. Ya le gustaría a más de un profesional seducir al melómano como anoche, si bien el desierto es tal en Salamanca que no hay quien se dedique a mirarle los dientes al caballo de la música clásica. Como dijo uno de los espectadores del concierto, “Si no fuera por este festival…”. Dicho esto, queda para hoy el sentido homenaje centenario a uno de los mártires de lo políticamente correcto en la música clásica: Félix Mendelssohn, judío alemán que dio a su patria gloria y arte y ésta se lo devolvió con la versión más antisemita de Wagner. La diferencia es que mientras Mendelssohn fue el ejemplo perfecto de tipo afortunado y feliz, Richard se pasó media vida rechinando dientes y dándose de cabezazos contra las paredes en busca de inspiración para culminar su música de otra época. Nadie le quita mérito, sólo señala con el dedo las carencias humanas de un compositor fundamental pero que todos han pisoteado alguna vez. Ahora los dos son mitos, pero muy diferentes y quizás con diferente resultado: al primero le dedica el Florilegio (que una vez más no elige piezas wagnerianas, pesadas como un tanque Panzer de 1944) un concierto especial con la Sinfonía número 4, la Italiana, y el Doble Concierto para violín y piano en Re Menor. Será, de nuevo, en el Patio Barroco a las 22.00 horas con la pianista Plamena Mangota, el violinista Corey Cerovsek yla Joven Orquesta de la Fundación Caja Duero. Y por supuesto con Gérard Caussé a la dirección.


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